Continúan las amenazas a los integrantes de La Alameda

Trabajadores bolivianos integrantes de la cooperativa que funciona en el centro comunitario «La Alameda» han recibido amenazas de muerte. No obstante la Asamblea 20 de diciembre y el sindicato de costureros decidieron abrir sus puertas a la comunidad para instalar allí un centro de documentación. (En base a la información enviada por Daniel Giovannini, MyC-Prensa Asamblearia).

La situación en los alrededores de La Alameda (Directorio y Lacarra, parque Avellaneda) es todavía tensa. Durante el fin de semana largo hubo muy poco movimiento en el parque, lugar de paseo habitual de la comunidad boliviana. Para una de las integrantes de la cooperativa de costura que funciona en el local, el miedo no ha pasado. Este es el segundo domingo que decide, junto a su familia, no salir al parque. Las integrantes del taller han recibido amenazas directas e indirectas, a través de los chicos que concurren a una escuela de la zona y a través de familiares.

Los «talleristas» (algunos de los cuales tienen alrededor de cincuenta máquinas todavía funcionando), les han hecho saber a integrantes de la cooperativa de costura que funciona en La Alameda la siguiente amenaza: «los vamos a hacer desaparecer o los matamos». Se genera entre los bolivianos que decidieron salir del estado de esclavitud un gran temor. «Esto viene de parte de los talleristas», dijo una trabajadora de la cooperativa. Y agregó: «no es sólo salir al parque, tenemos miedo de llevar a los chicos a la escuela y sobre todo por los que caminan solos».

En cuanto a los talleristas hay que agregar que son suficientes los testimonios como para afirmar que durante el día hacen trabajar a los costureros que tienen documentos y durante la noche a los que no los tienen.

Centro de documentación

Consecuente con su historia, la asamblea abrió sus puertas a la comunidad y en el día lunes 17 de abril inauguró uno de los veinte centros de documentación para extranjeros que se abrieron ante la emergencia generada por la situación de los trabajadores reducidos a servidumbre. El acuerdo entre las autoridades de Migraciones y la Unión de Trabajadores Costureros se cerró la semana pasada.

Desde las seis de la mañana comenzó a formarse una larga cola frente al local, quien abrió sus puertas a las ocho y media, como estaba previsto. La preocupación de Tamara, una de las integrantes del sindicato, pasó por la escasez de elementos con los que se cuenta: «tenemos una sola computadora, migraciones no envió personal y hasta el papel lo tenemos que poner nosotros». Al mediodía se cortó la atención, dado que La Alameda sostiene una olla popular cotidiana, donde comen alrededor de cien personas. La tarea se retomó después, a buen ritmo.

La documentación necesaria es:
Radicación precaria, validez seis meses.

 Cédula de identidad del país de origen o pasaporte o carta de nacionalidad.

 Dos fotos de 4X4

 En el caso de un menor además de los requisitos señalados se necesita autorización de los padres y debe estar acompañado por lo menos por uno de ellos con CI o pasaporte o carta de nacionalidad.

Radicación temporaria, validez dos años.

 A los documentos anteriores hay que sumar el certificado de antecedentes en país de origen, el certificado de antecedentes en la Argentina, certificado de nacimiento, certificado de domicilio expedido por la policía federal y el pago de una taza migratoria de $200

 Para evitar este pago se puede gestionar un certificado de pobreza. Si, leyó bien, certificado de pobreza, no basta con serlo, sino que además habrá que pasar por el trámite que lo acredite con sellos y dos testigos que tengan DNI.

Radicación permanente.

 Para acceder a la radicación permanente el solicitante debe tener por lo menos un hijo nacido en Argentina o haberse casado con un nativo/a.

 En este caso, además de los documentos relacionados con la radicación temporaria, deberán presentar partida de nacimiento del hijo/a o libreta de matrimonio.

Para Néstor Escudero «quienes se acerquen al local no sólo se llevarán un documento sino que serán asesorados sobre sus derechos, les vamos a acercar una copia del convenio de trabajo, por ejemplo».
Lejos de estas posibilidades se encontraban todavía el día jueves aquellos que habían sido trasladados al centro del parque, en el polideportivo. Allí ciento diez bolivianos, alrededor de sesenta de los cuales eran sobrevivientes del incendio de la calle Luis Viale, esperaban ser relocalizados. En esta tarea se encontraba Patricia Malanca, funcionaria del Gobierno de la Ciudad. Auxiliada por personal de la embajada de Bolivia, que había traído a un traductor de aymará, estaba derivando algunos grupos a diversos hoteles o casas particulares, según elección de los trabajadores. Empleados de la embajada se habían comprometido a aportar para esta semana, los documentos bolivianos necesarios para continuar con los trámites de estas personas. «Sin estos documentos, las siguientes instancias de ayuda no se pueden concretar», señaló la funcionaria.

(En base a la información enviada por Daniel Giovannini, MyC-Prensa Asamblearia).