03/12/2013

El fantasma del saqueo, clima narco y la necesidad en los barrios

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La policía actuó en todas las alertas y desde el Ministerio de Seguridad se anunció que se va a garantizar la seguridad para los comercios. Muchos de los comercios asiáticos volvieron a cubrir con volquetes sus puertas ante el miedo de robos en banda. Los medios de Rosario hablaron de trasfondo narco. Además, un análisis de la represión estatal como respuesta a la cuestión sanitaria y social, y una entrevista al críminólogo Enrique Font donde habló del narcotráfico y los homicidios en Rosario. Por Radio Popular Che Guevara.


El ruido de la sirena de la policía a cada rato por los barrios recuerda que hace 11 meses y pocos días más se vivieron en Buenos Aires, Rosario y Bariloche clima de saqueos con gusto a otra cosa. Las motos, una atrás de la otra, las aceleradas y vecinos armados dispuestos a todo desplegó una guerra de pobres contra pobres que muy lejos estuvo de un desborde social.

Si bien la necesidad fue notoria, la direccionalidad de los desmanes no fue espontánea y la imagen de la guardia de infantería custodiando los hipermercados mientras eras desvalijados los autoservicios chinos completa la imagen.

Mercado de calle Felipe More 3100 (zona oeste)

En estos días se pudo ver por televisión como en San Fernando y otras zonas de la provincia de Buenos Aires hubo intento de saqueo a un supermercado chino y rápidamente la noticia recorrió el país.

Aunque el rumor ya estaba circulando para diciembre, el clima se enrareció de repente y en Villa Gobernador Galvez estalló la furia cuando los medios locales difundieron testimonios de vecinos de esa localidad diciendo que, a partir de una promesa falsa, la gente se abalanzó sobre un comercio del cual hubo respuesta a los tiros y desembocó en un refriega policial que arrojó 40 detenidos y 5 heridos de bala de plomo.

Autoservicio de Av.Perón y Lima Oeste

En Rosario las fuentes policiales hablan hasta el momento de 3 intentos de ingreso a locales comerciales, pero que todos fueron desactivados y que está la garantía del accionar represivo de la policía para repeler cualquier intento de robo masivo en los barrios.

El gobernador de la provincia de Santa Fe Antonio Bonfatti aseguró que nos les temblará el pulso en actuar si es necesario, refiriéndose a los hechos en la vecina localidad y afirmó que «vamos a seguir castigando a aquellos que infrinjan la ley».

Autoservicio de calle Camilo Aldao y Temple (zona oeste)

«Esto también ocurrió en otros lugares: Bariloche, Mar del Plata. Nosotros apelamos siempre a una buena convivencia; no tengan dudas que tampoco me va a temblar el pulso para disponer de todas las fuerzas para frenar este tipo de delitos», aseguró el mandatario provincial sobre los saqueos desatados en la vecina ciudad y se replicó en Rosario. En ese sentido, el gobernador confirmó que «se trató de delincuentes que treinta están presos, y vamos a seguir castigando a aquellos que infrinjan la ley».

Al momento de analizar ligeramente el contexto, la televisión local desacreditó la palabra saqueo al argumentar que es muy duro hablar de ello para los argentinos y que existe un trasfondo narco. Ya en los incidentes de 2012, cuando la movilización era a partir de bandas que disputaban el territorio y se hablaba por lo bajo de que era un pase de facturas al gobierno provincial, ocurrió lo mismo. Rumores, saqueos, enfrentamiento entre vecinos, represión, cortes de luz, detenidos, más rumores y luego nada.

Autoservicio de calle 24 de Septiembre y Camilo Aldao (zona oeste)

El trasfondo narco pareciera una figura por demás vox populi pero que queda ahí nomas, en una existencia comprobable pero subjetiva, como la sensación térmica. En el camino, todas las miserias humanas que tienden a la supervivencia y aprovechamiento del caos. Sensación que es inexistente desde la peatonal o desde algún shopping de la ciudad.

El beneficio individual es a costa del pequeño comerciante al cual acude cotidianamente, pero siempre queda intacto el poder económico de las multinacionales como Carrefour y los gigantescos operativos de resguardo de sus intereses.

Soldado Aguirre al 2500, VGG, el lugar del conflicto (El Tres)

Minimizada queda la organización barrial y todos sus reclamos legítimos de educación, trabajo, vivienda para llevar dignidad a cada uno de todos los hogares. Sólo queda una sensación rara y fea que nos estigmatiza aún más a los argentinos y nos hace lamentar más la muerte de Ricardo Fort que la pobre realidad del vecino que no puede salir adelante.

Ayacucho al 6200 (zona sur)

Imágenes del 20 y 21 de Diciembre de 2012, cuando se produjeron saqueos similares en Zona Oeste, Rosario (por Radio Popular Che Guevara):

Comunicado de la FOB frente a los hechos sucedidos en Villa Gobernador Gálvez


«Combate contra el narcotráfico”, es la consigna repetida del momento en la Argentina del tercer milenio

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La dicen kirchneristas, peronistas anti K, socialistas y otros tantos gobernadores.

Piden, a continuación de la frase «combatir al narcotráfico”, más gendarmes en los centros urbanos.

Represión como respuesta a una cuestión social y sanitaria y una de las principales máscaras del capitalismo.

Pero no son originales los gobernantes argentinos.

Repiten las enseñanzas de Ronald Reagan.

El miércoles 18 de mayo de 1988, el entonces presidente de los Estados Unidos, el ex actor de Hollywood, lanzó la guerra contra el narcotráfico.

Había declarado «emergencia nacional” y calificó a la droga como el enemigo público número uno de Estados Unidos.

«El presidente, en su declaración, ha pedido que se endurezca drásticamente la lucha contra el narcotráfico y ha sugerido la utilización de las fuerzas armadas y el control estricto de las fronteras, y se ha mostrado partidario de aplicar la pena de muerte para delitos graves relacionados con los estupefacientes”, dijeron los diarios en español de aquellos días, un cuarto de siglo atrás.

Los gobernantes argentinos ya transitan el mandato del imperio.

Mientras tanto, en la provincia de Salta, el juez federal Raúl Reynoso de la ciudad de Orán, dice: «En los últimos ocho años decomisamos 18.000 kilos de droga, la gran mayoría responsabilidad de organizaciones transnacionales con gente de hasta 40 países»¦Hay miles de nuestros chicos con adicciones. Consiguen un gramo de coca por 10 pesos y paco por cinco. Me vienen a ver todos los días las Madres del Dolor. Es un flagelo tremendo»¦ Un ojo entrenado y una mente no corrupta pueden revertir esta situación”, sostiene el juez.

Sin embargo, desde la semana pasada la solución aplicada por el gobierno de Salta fue el mandato de Reagan.

La policía provincial tendrá ahora superpoderes, es decir que ahora podrá requisar y realizar allanamientos sin orden judicial, según lo votado por diputados y senadores de la tierra de Martín Miguel de Güemes al reformar el Código Procesal Penal.

El proyecto estipula también que la Policía puede requisar «vehículos, aeronaves y buques con la finalidad de hallar cosas probablemente provenientes o constitutivas de un delito…”.

En Salta se hacen más de 350 denuncias cada año por abusos de policías según indican datos de la Fiscalía de Causas Policiales y Penitenciarias. El caso de dos detenidos torturados en una comisaría de General Güemes en 2012 es uno de los que se conocieron en los últimos años. Una filmación anónima de los apremios llegó a los medios de comunicación y se reprodujo durante días en todo el país.

Según el Colegio de Abogados y Procuradores de Salta, «una vez más el poder político toma decisiones de trascendencia para la vida y seguridad de todos los habitantes en forma inconsulta, profundizando errores y desoyendo las advertencias de los distintos sectores y operadores del sistema penal”.

El Colegio agregó que «se desaprovechó otra oportunidad de debatir y rectificar cuestiones que merecen una reforma para mejorar la aplicación de la norma procesal actual, incurriendo en el facilismo de fusionar pautas de distintos códigos, en algunos casos contradictorios. El hecho de otorgar potestad para que personal policial pueda requisar a los habitantes sin orden y control de un Juez de Garantía, es una situación que no resiste análisis posible, deviniendo en una clara afrenta con las normas constitucionales y posibles responsabilidades del estado salteño ante organismos internacionales por su contradicción con los tratados de idéntica jerarquía”.

En Salta, tal como sucede con las llamadas leyes del narcomenudeo en Córdoba y Buenos Aires, el imperio ha logrado lo que ya viene aplicando en Colombia, México y Brasil, que las fuerzas de seguridad desaten su furia contra hijas e hijos de las mayorías. Una vez más hay que decir que el narcotráfico es un doble negocio para los dueños del mundo: económico y político ya que descargan un fenomenal control social que llega, en distintas geografías, al exterminio de los pibes. Con eso el sistema se garantiza que jamás serán revolucionarios. En las tierras de la guerra gaucha, ha comenzado la vieja guerra de Ronald Reagan.

Fuentes: Diario «El Tribuno”, 20, 21 y 22 de noviembre de 2013 «“ Diario «El País”, de España, 21 de mayo de 1988 «“ Diario «Clarín”, domingo 24 de noviembre de 2013.

Por Carlos Del Frade, para www.pelotadetrapo.org.ar, reproducido por Indymedia Rosario.


«El fenómeno de drogas no es lo que está produciendo los homicidios en Rosario»

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24-11-2013

En los últimos tres años en el departamento Rosario, en el sur de Santa Fe, se triplicó la tasa de homicidios. La mayoría de los más de 215 crímenes que hubo en 2013 -el año con más asesinatos desde el regreso de la democracia- tienen un rasgo común: las víctimas son varones jóvenes pertenencientes a los sectores populares. Infojus Noticias entrevistó al criminólogo Enrique Font para analizar este fenómeno.

Enrique Font titular de la cátedra de Criminología de la Universidad Nacional de Rosario, integrante del Subcomité para la Prevención de la Tortura de la ONU y ex secretario de Seguridad Comunitaria de la Provincia. En esta entrevista, el criminólogo desentraña las causas del aumento de la tasa de homicidios en Rosario y analiza el rol de la Justicia en el crecimiento del narcotráfico y la violencia en las calles de la ciudad.

¿Cómo se explica el crecimiento de los homicidios en los últimos años en Rosario?

Desde que se miden los homicidios en Argentina Rosario siempre tuvo una tasa similar a ciudades de la misma escala: Buenos Aires, Mendoza, Córdoba. Este año probablemente cierre en una tasa de 21 homicidios cada cien mil habitantes, triplicando a la Ciudad de Buenos Aires. Es muy difícil precisar las causas. Lo que se puede hacer es discutir una distorsión interpretativa que está haciendo el gobierno de la provincia. La primera es no hablar de los homicidios en general, sino solo prestarle atención a los homicidios en ocasión de robo y decir que representaban un porcentaje pequeño de la realidad. En todas las provincias los homicidios en ocasión de robo representan un porcentaje muy pequeño del total. Es un argumento políticamente muy jodido. Te estás olvidando la violencia en los barrios. La segunda manipulación interpretativa del fenómeno es vincularlo todo a narcocriminalidad. Esto es una estrategia que puede tener un rédito político. Es no buscar las causas más profundas, sociales, de los problemas en los barrios.

¿Cuál es en general el perfil de las víctimas y los victimarios de esta violencia?

Son hombres, jóvenes y de los sectores populares, de algunos barrios en particular. Jóvenes incluídos en términos de aspiraciones: a un laburo, a dinero, a las nike; y profundamente excluídos en términos estructurales y en términos de trabajo, hostigados y estigmatizados por la policía. Pertenecer a una banda, participar de manera fluctuante de arrebatos, escruches y delitos es una alternativa para construir identidad, vínculos, redes. Y la hipermasculinidad de la violencia es un mecanismo fuerte de reconocimiento social en el contexto. Es produce quilombos todo el tiempo.

Los medios de comunicación suelen hablar de enfrentamientos entre bandas, disputas por el territorio.

Los pibes le llaman junta, no banda. No son las pandillas centroamericanas, esto es una cosa más elástica, más fluctuante. Podés ser parte porque te juntás en la esquina con el grupo equis pero no robás ni andás a los tiros. No es el concepto duro de banda como organización, pero producen un nivel de violencia muy alto. Es una violencia que con un buen enfoque de prevención social es fácil de prevenir. Son formas de construir identidad que lo que buscan es comunicarse. Es una violencia hipercomunicada con antelación. Vos ya sabés quién se la va a pegar a tal. Y cuando ocurrió ya sabés quién se la dio a tal, cómo y por donde viene el conflicto. Esos pibes son muy fáciles de encontrar, no estás buscando un delincuente que ya se profesionalizó. Está en la esquina, mostrándose. Con una política de prevención social que trabaje sobre la lógica de inclusión sociocultural para competir contra la violencia.

¿Que se hace desde el Estado en este sentido?

Nada. Varias investigaciones marcan la fluctuación. Estos jóvenes a veces laburan. Otras veces afanan, pero no es una actitud permanente y profesionalizada. Hay mucho ir y venir del trabajo legal al ilegal todo el tiempo. Ese es un pibe que todavía lo tenés a mano. Muchos también salen por un tema de maduración. Se rescatan a partir de equis edad. Incluso si uno no conociera las causa de esta salida, ya que alguien salga implica que el Estado tendría que estar fortaleciendo eso, haciendo más fácil esa salida. Esta cuestión de la fluctuación se da entre la violencia, el afano pero también la socialización. Es un pibe de un barrio: se casa, va a la escuela, a un cumpleaños, hace vida. Sobre eso no se está haciendo nada. Encubrir sobre narcocriminalidad el fenómeno de los homicidios es lavarse las manos, porque el grueso de los homicidios está ocurriendo por esta dinámica. Algunos de estos pibes participan del esquema de la narcocriminalidad también de manera fluctuante.

¿Qué opinión le merece la comparación que suelen hacer algunos políticos o periodistas entre Rosario y Medellín o Ciudad Juárez?

Primero hay que regalarles un mapa. Para ser Ciudad Juárez tenés que tener tras la frontera a Estados Unidos, el principal consumidor de drogas y proveedor de armas. Nosotros no estamos en esa posición geopolítica. No es cierto que la tasa de homicidios de Rosario o de otra ciudad argentina sea igual a la de Medellín. Además el fenómeno de drogas no es lo que está produciendo los homicidios en la ciudad.

¿Cuál es la incidencia real del narcotráfico en estos homicidos?

Hay homicidios vinculados a narcocriminalidad pero no es todo. Que un tipo mate a otro pero que uno sea soldadito de un búnker no necesariamente es narcotráfico. Sino también se diría que hay un conflicto con el gremio de los gastronómicos, porque hay muchos pibes que laburan de mozos. Nuestra pelea a partir de las investigaciones es salir a discutir el argumento de que todo es narcocriminalidad. Hay causas muy diversas, algunas son vinculadas a disputas territoriales. Otras tienen que ver con circulación y disponibilidad de armas. Hay muchas armas y no necesariamente por narcocriminalidad. En todas juega un rol importante la policía.

¿Qué rol cumple la Justicia en este contexto?

Los homicidios no valen lo mismo. Un homicidio de un kioskero acá a la vuelta es un escándalo. En los barrios la policía los llama «homicidios ecológicos”. «Los negros se matan entre ellos”, en la jerga. En la práctica el Poder Judicial, la policía y el gobierno responden de la misma manera: van levantan el cuerpo, hacen algo de balística en el lugar con muy poco criterio y el caso no se investiga más. La de Santa Fe es una Justicia profúndamente degradada. La famosa banda de Los Monos es una banda de gente pobre de barrio La Granada. Sobre todo eran pistoleros: se dedicaban a cobrar usura, piratería del asfalto. Es una banda muy violenta, con mucha presencia en las páginas policiales. Después empezaron con la venta de marihuana y vía barrabravas se metieron en el creciente y lucrativo negocio de la merca. Hoy son una banda importante porque creció en todo sentido. Es una de las tantas bandas que no tuvo atención del Poder Judicial.

¿Hay selectividad de la Justicia?

Hay una selectividad corrupta y profundamente mediada por la intervención de la policía. Si vos tenés un Poder Judicial que ni siquiera pone preso a alguien que anda a los tiros de manera regular y sistemática matando gente estás jodido.

¿Y la Justicia Federal?

Salvo los cambios que se empezaron a dar desde que asumió Gils Carbó, la Justicia Federal es catastrófica. Es una Justicia que no se mete con los poderosos y que investiga mal. Se ha dedicado a investigar el eslabón más visible, más bajo, más vulnerable y más recambiable del fenómeno de la narcocriminalidad. Este es un mercado en una economía capitalista, tiene cosas comunes de los mercados legales: hay empresarios y trabajadores de distinta escala. Cuando la política de persecución penal se concentra en los puntos de venta en una ciudad te llevás puesto al trabajador más explotado de esa economía. Lo interesante del cambio de la PROCUNAR es que busca impactar en el narcotráfico y las complicidades policiales.

¿Por qué no se intentó hacer una reforma policial en la provincia?

Hay miedo. Es un área muy compleja, son muy recientes las experciencias de gestión política para abordar este conflicto porque siempre funcionó con autonomía policial. Siempre las condujeron con este doble pacto, que algunos llaman autonomía y otros la delegación. Un Estado que en lugar de asumir el control político de la seguridad y por ende de la policía dice «manejalo vos, quiero esto, esto y esto”. El acuerdo incluye recaudación ilegal, que se maneje el negocio y se mantenga en niveles tolerables políticamente. Esto quiere decir mantener en niveles tolerables para los sectores que tienen capacidad de joder la gestión. La autonomía siempre tiene como elemento central que sobre los sectores populares ocurren dos cosas: sobrecriminalización y desprotección.

Por Sebastián Ortega, para Infojus Noticias, reproducido por Indymedia Rosario.



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