08/08/2013

«El horizonte de una sociedad igualitaria es posible y completamente vigente”

Camino_Popular.jpg«La inflación, el dólar, el trabajo precario, la crisis habitacional, son todos problemas que tienen que ver con la estructura económica de la Argentina y que nosotros queremos discutir”, afirma Itai Hagman, referente de Marea Popular y candidato a legislador nacional por la Ciudad de Buenos Aires, del frente Camino Popular. «Aspiramos a superar esa lógica de kirchnerismo y antikirchnerismo, y a instalar esos temas que, para nosotros «“dice»“, tienen que ver con los sectores populares y con los problemas concretos del país”.


Itai Hagman es economista y referente de Marea Popular, espacio que va a hacer su debut electoral en las primarias del 11 de agosto. Comparte con Claudio Lozano la fórmula de Camino Popular, para ingresar al Congreso de la Nación por la Ciudad de Buenos Aires. «Somos un frente que apunta a quienes se identifican con las opciones progresistas o que tienen un compromiso con los sectores populares «“afirma Itai»“. Pero que también puede dialogar con quienes acordaban con el Frente para la Victoria y se han sentido defraudados por la política de acuerdos del kirchnerismo con el Pro, sobre todo en la legislatura porteña”. El objetivo del espacio es entrar al Congreso, dice. «No porque pensemos que con tener un diputado vamos a solucionar los problemas de la Argentina, pero sí porque nos parece importante que haya una representación de una lógica de militancia distinta a la de las estructuras políticas tradicionales”.

¿Cómo se instala una propuesta diferente, en un contexto marcado por el eje kirchnerismo/antikirchnerismo, y en el que los espacios se definen por su cercanía o lejanía con el Gobierno?

El frente que conformamos, Camino Popular, nace con el espíritu de escaparle a esa dicotomía. Pero, es cierto, hoy parece que lo único que importa es si el kirchnerismo va a avanzar o si va a retroceder en el Congreso. Planteado de esa manera, para nosotros, esa discusión deja afuera del debate los problemas estructurales que tienen el país y la Ciudad de Buenos Aires. Deja afuera la discusión de las propuestas, que debería ser el objetivo de una campaña, de un debate electoral. La inflación, el dólar, el trabajo precario, la crisis habitacional, son todos problemas que tienen que ver con la estructura económica de la Argentina y que nosotros queremos discutir. Las propuestas las tenemos y aspiramos a que se pueda superar esa lógica. A instalar esos otros temas que, para nosotros, tienen que ver con los sectores populares y con los problemas concretos del país.

¿En qué se diferencia Camino Popular de los otros frentes, como el FIT, que también proponen entrar al Congreso para instalar esas problemáticas de los sectores populares?

Creo que la izquierda en general «“y también el FIT»“ se amoldan a esa polarización entre kirchnerismo y antikirchnerismo. Esa es una de las diferencias que nos impulsaron a hacer una experiencia distinta. Nosotros planteamos los problemas que pensamos que son estructurales y que hay que discutir; no decimos solamente: «Acá el problema es que el Gobierno tal cosa”. Ese es un planteo que simplifica la discusión y que, aparte, corre el eje de cuáles son los problemas concretos del país, e incluso de quiénes son los responsables de esos problemas. Acá no es solamente si el Gobierno sí o el Gobierno no; también hay que discutir, cuando discutimos la inflación, los problemas concretos, cuál es el rol de los empresarios, de los sectores dominantes, de los medios de comunicación.

¿Cómo fue el encuentro con Claudio Lozano? ¿En qué aspectos acuerdan y, si es que las tienen, cuáles son las diferencias?

Buenos Aires para Todos fue el único espacio de lo que podríamos denominar el progresismo porteño que no se sumó a esa política de juntarse con cualquiera, con los radicales, con Carrió, para hacerle frente al kirchnerismo. Esa para nosotros es una definición importante, que tuvo como consecuencia, incluso, la ruptura del propio Frente Amplio Progresista, por una estrategia que tiene que ver con ir de la mano de cualquiera solamente para hacer oposición al Gobierno, y estrictamente ligada, también, a una lógica meramente electoral. Además, Buenos Aires para Todos y Claudio Lozano representan una historia en la CTA, y nosotros tenemos una lógica de militancia similar: no solamente para las urnas, sino también de militancia social. Después, en términos políticos, de propuestas, tuvimos muchos acuerdos con relación a qué problemáticas queremos discutir. Por supuesto, venimos de experiencias distintas, no pensamos igual en todos los temas, pero compartimos una idea de diálogo con otros sectores, de tratar de construir con cierta amplitud, pero sobre la base de acuerdos políticos. Hasta ahora, la experiencia fue muy buena y pensamos, honestamente, que puede sostenerse en el tiempo.

¿Qué expectativas tienen para las legislativas de octubre?

Creo que después de los tres bloques principales, que son el PRO, el Frente para la Victoria y este rejunte del UNEN, Camino Popular va a estar ahí, peleando el cuarto puesto. En principio, esperamos hacer unas buenas primarias, que nos permitan instalar este espacio político, para discutir de otra manera en octubre. Nosotros tenemos una primera pelea, que es instalarnos e instalar un debate que va un poco a contramano de la discusión dominante. Ese es el objetivo para agosto. Si logramos hacer unas buenas primarias e instalarnos como un actor de peso, vamos a discutir de otra manera de cara a octubre, ya con la posibilidad de ingresar al Congreso, que es el objetivo. E ingresar al Congreso no porque pensemos que con tener un legislador vamos a solucionar los problemas de la Argentina, pero sí porque nos parece importante que haya una representación en el Congreso de una lógica de militancia distinta a la de las estructuras políticas tradicionales. Si conseguimos eso, creo que se abre una posibilidad de cara al futuro en la Ciudad, de construir un espacio por fuera de las experiencias que ya fracasaron en el pasado, tanto desde la derecha y desde el kirchnerismo, como desde el progresismo.

Marea instaló, de alguna forma, la discusión electoral en los movimientos sociales. ¿Cómo ves esa cuestión? ¿Qué balance hacés de ese debate y cómo pensás que puede continuar a futuro?

El debate es mucho más profundo que lo estrictamente electoral. Creo que quienes nos reivindicamos parte de una izquierda que construye desde los movimientos sociales y populares, dimos tarde este debate. La propia realidad nos fue marcando la necesidad de dar la pelea también en el terreno político-electoral y plantearnos la cuestión de la lucha por el poder. Tenemos los ejemplos de otros procesos de América Latina que, con sus dificultades y contradicciones, han demostrado que sin disputar el poder estatal, la militancia social a secas se vuelve impotente para sostener una propuesta transformadora con el protagonismo de las mayorías. Desde que empezamos a afrontar este debate hasta la actualidad, se ha avanzado mucho. Hoy, en general, todas las organizaciones de esta izquierda popular tenemos mayor iniciativa política, y mayor visibilidad y referencia. En ese camino, la electoral es una herramienta sumamente útil, porque cuando hay que votar es el momento de mayor atención popular en relación con las propuestas políticas. Las experiencias que estamos desarrollando son importantes: en Capital Federal, en distintos distritos de la Provincia de Buenos Aires, en Rosario, en Jujuy, etc. Pero todavía son sumamente débiles para encarar los desafíos que presenta la Argentina de cara al proceso político que se abrirá hacia 2015.

¿Cómo debería afrontarse ese proceso?

Hay que romper con los dogmas y prejuicios que nos autoconstruimos en relación con lo político y lo electoral. Y hay que acostumbrarse a pensar en grande, a que necesitamos un proyecto de país y que lo tenemos que construir junto con las distintas expresiones de nuestro pueblo. No tenemos que repetir el error de la izquierda tradicional, que cree que la revolución se va a dar cuando la mayoría del pueblo se haga marxista leninista. Quienes nos identificamos con las ideas clásicas de la izquierda debemos ir a la búsqueda de confluir con las distintas tradiciones políticas que existen en el pueblo. Y hay que hacerlo de manera real, no solo declamativa. Y eso implica embarrarse, sostener articulaciones con contradicciones, con tensiones ideológicas, aprendiendo a convivir en una diversidad. Creo que estamos avanzando, aunque nos falta y mucho. Muchas veces decimos que hay que confluir con diferentes sectores, pero después, cuando se presentan en forma concreta, rehuimos y empezamos con la clásica de la izquierda: «Este estuvo con tal, este estuvo con aquel”; «no hicieron autocrítica de su recorrido”, etc. Es decir que reivindicamos una voluntad de unidad popular que se torna abstracta, porque en lo concreto después aparecen los resquemores, los pruritos. Esto no significa que no se puedan cometer errores. Al contrario, los vamos a cometer y mucho, sin dudas. Pero preferimos equivocarnos con iniciativa y audacia, que tener razón encerrados en nuestras propias ideas preconcebidas.

Pensando más allá de los problemas concretos de la Ciudad y del país, ¿a qué sociedad aspira Marea Popular?

Marea Popular aspira a construir una sociedad sin explotación ni opresión de ningún tipo. Creemos que el horizonte de una sociedad igualitaria es posible y completamente vigente. El avance del capitalismo en las últimas décadas ha demostrado que es un sistema injusto en su esencia y que no alcanza con intentar mejorarlo o humanizarlo, sino que hay que plantearse otro tipo de sociedad. Ahora, por supuesto que el debate sobre cómo es esa sociedad es tarea del futuro. Nosotros no tenemos una respuesta cerrada, creemos que no esté escrito en ningún manual cómo se construye el socialismo. Quienes todavía creen que sí, se perdieron los últimos cien años de la humanidad. Hoy, hay experiencias interesantes. En Venezuela hay millones de personas que están discutiendo un socialismo del siglo XXI. Cómo va a ser no sabemos, pero hay millones que están discutiéndolo e intentando llevarlo a la práctica. Y discutir el socialismo no es solo cómo terminamos con la explotación económica, sino también otros aspectos que hacen a la opresión en nuestra sociedad.

¿Cuáles son esos aspectos?

La cuestión ambiental es hoy, sin dudas, parte de una agenda de primer orden, porque este sistema es incompatible con el desarrollo sustentable de nuestras naciones. La cuestión de género y cómo construir una sociedad igualitaria en ese sentido»¦ La discusión se complejiza, pero no hay que escaparle ni tampoco pensar que se resuelve en una mesa de café, o en un debate en nuestras organizaciones. Por supuesto que discutir un nuevo ideario de socialismo no implica tampoco quemar las bibliotecas, para nada. Hay mucho que rescatar y aprender de las experiencias concretas y de las ideas del siglo XX. Pero evidentemente hay que ponerle cabeza fresca al asunto. Esto no lo van a resolver un grupo de especialistas, de intelectuales; lo va a resolver la experiencia histórica protagonizada por los pueblos. Como decía Mariátegui, el socialismo en nuestra América no debe ser ni calco ni copia, sino creación histórica. Hay que recoger ese legado en un contexto histórico muy diferente.



0 comentarios

1000/1000
Los comentarios publicados y las posibles consecuencias derivadas son de exclusiva responsabilidad de sus autores. Está prohibido la publicación de comentarios discriminatorios, difamatorios, calumniosos, injuriosos o amenazantes. Está prohibida la publicación de datos personales o de contacto propios o de terceros, con o sin autorización. Está prohibida la utilización de los comentarios con fines de promoción comercial o la realización de cualquier acto lucrativo a través de los mismos. Sin perjuicio de lo indicado ANRed se reserva el derecho a publicar o remover los comentarios más allá de lo establecido por estas condiciones sin que se pueda considerar un aval de lo publicado o un acto de censura. Enviar un comentario implica la aceptación de estas condiciones.
Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Ir arriba