Villa Alcira no quiere ser Venecia
El defensor del pueblo de la provincia de Buenos Aires, Carlos Bonicatto, investiga el barrio privado Nuevo Quilmes y su relación con las inundaciones que sufren los vecinos de Villa Alcira. Por El Caminante
Ante la inoperancia del defensor del pueblo municipal, José Estevao, fue su par a nivel provincial, Carlos Bonicatto, quien recorrió la zona y observó como las obras de Nuevo Quilmes producen daños de alto calibre en la situación del barrio.
Las obras realizadas por el emprendimiento convirtieron al barrio Villa Alcira en un pozo, ya que los terrenos de Nuevo Quilmes fueron elevados dos metros. Esto no hizo más que agravar la situación que vienen sufriendo los vecinos. A esto se le suma el taponamiento con basura urbana de un tubo ubicado por debajo de la calle Lomas de Zamora. Esto produce el anegamiento de las calles y éstas permanecen así por varios días debido a que el agua no tiene a donde desagotar. Villa Alcira es más bajo que la costa de Bernal, y además recibe agua de calles arriba, esto lo ubica en una situación muy vulnerable.
A través de la sociedad de fomento de la zona, los vecinos se manifestaron en contra del proyecto desde sus inicios. Ante cada pronóstico de lluvia corre el fantasma de la inundación, y los vecinos no encuentran respuesta de parte del municipio. No solo la lluvia los mantiene despiertos sino, también los problemas de napas que siempre sufrieron.
La defensoría del pueblo bonaerense ha decidido investigar a Nuevo Quilmes, reviendo las autorizaciones recibidas del municipio y los informes, por ejemplo, de la Autoridad del Agua que calificaron a las obras, en su momento, como clandestinas.
Nuevo Quilmes tiene una extensión de 100 hectáreas, y esta valuado en 25 millones de dólares. Fue realizado por los hermanos Claudio y Gustavo Grasso, y Nicolás Caputo, todos allegados al jefe de gobierno porteño Mauricio Macri. Esto debe haber jugado a su favor en la aprobación de las autorizaciones necesarias para iniciar el proyecto.
Destapar el tubo no deja de ser una solución superficial, ahora está en manos del funcionario provincial determinar los verdaderos alcances del proyecto. Y garantizar a los vecinos que el agua no los va a tapar.