07/07/2013

Mientras viajabas

tapa-1226.jpgTenés entre 16 y 26 años aproximadamente. Naciste con vagina. No importa si vas a la facultad, al trabajo o a encontrarte con alguien, importa tu estética. Estás en un aburrido viaje, adentrada en tus propios pensamientos, que nunca vienen al caso. Entonces click. Alguien te robó tu imagen «sin tu pose y sin tu permiso”. ¿Un stalker? ¿Un violador? No, un artista con 67.032 me gusta en Facebook hasta la fecha y en alza. Por Chorubczyk y Lopes Melillo


Desde Enero de 2012 una persona gestiona desde el anonimato una página de Facebook llamada «Chicas Bondi”. Diariamente sube distintas fotografías de mujeres que fueron retratadas sin su consentimiento en viajes de colectivo. El proyecto prendió, y la aprobación popular fue en ascenso. Entre los comentarios de cada foto se observan diferentes reacciones, entre las cuales se destacan las opiniones valorativas sobre la persona retratada y la jocosidad que propone el medio.

a-112.jpgLa serie de películas de James Bond presenta en cada una de sus entregas a una o hasta a tres «Chicas Bond” que reflejan un ideal de belleza cinematográfico o «“ más bien «“ de industria comercial sobre un cuerpo cosificado según el continente de la misión, y muestra también cómo ese ideal va modificándose o no en relación al año de su estreno, tal lo ilustran los casos de Kim Basinger (1983) y Halle Berry (2002). Joaquín Sabina perpetuó la noción de ser «una chica Almodóvar”: una categoría más artística donde la mujer carga con un carácter particular y un humor astuto que linda con lo trágico y lo burdo. Lejos de esto, el proyecto «Chicas Bondi” (con su retroalimentación constante en la red social del «Me gusta”) se acerca más a un catálogo de degustación similar a una página web llamada «Chicas lindas de Facebook” donde se exhiben fotos y se publicitan los links a perfiles privados de distintas mujeres repartidas en categorías como «chetas”, «tetonas”, «pendejas” o «culonas”, sin tener permiso para hacerlo.

Como contracara a este proyecto que se autoproclama artístico, surgió la página «Chicas Bondiola”, administrado por un grupo de personas que busca denunciar la intromisión que hace el autor desde su anonimato y que opera de manera similar al del tipo que te apoya en el colectivo. Lo cierto es que no hay nada ilegal en fotografiar sin permiso a personas que transitan el espacio público, siempre y cuando no se lucre con las imágenes. También existen artistas legitimados, como Vito Acconci o Sophie Calle, que con sus cámaras analógicas perseguían a anónimos por la calle y hacían un registro de este seguimiento. Pero más allá de las legalidades o los fines artísticos, sería muy ingenuo por nuestra parte validar por ello un proyecto que no denuncia sino que refuerza el acoso callejero y la naturalización de un arquetipo estético hegemónico de belleza. ¿Por qué son todas flacas? ¿Por qué son todas jóvenes? ¿Por qué sólo mujeres? Sabemos el por qué, y ese es el problema. b-75.jpg

En 1984 un grupo llamado Guerrilla Girls desplegó una serie de posters en su país de origen con el siguiente lema: «¿Deben las mujeres estar desnudas para entrar a un museo? Menos del 3% de artistas en el Museo Metropolitano son mujeres, pero 83% de los desnudos son femeninos”. Con esta pregunta problematizaban la relación entre el arte y la opresión de género. ¿Qué rol cumple el cuerpo de la mujer, y qué rol el de nuestra mirada? Ya en ese entonces este colectivo de mujeres (que escondían sus verdaderas identidades bajo máscaras de gorilas) hacía un llamado de atención sobre nuestra responsabilidad tanto si pertenecíamos al sistema artístico o si fuimos simples espectadores, y si en nuestro hacer «“ o nuestro consumir «“ no estábamos validando la naturalización de distintos tipos de violencia. Al parecer esa vieja pregunta supuestamente superada tiene que volver una y otra vez del pasado a señalar nuestros pasos de retroceso o falta de avance.

Fuente: Revista Curandera



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