«Hoy, me tocó a mí»

«Hace un tiempo me enteré como un compañero fue privado de su libertad en San Pedro. Indignada me solidaricé y manifesté mi repudio por cuanto medio de comunicación supe tener a mi alcance. Días después, comenzó la lucha por el reclamo de paritarias y empecé a ver a mi amigo muy seguido, en cada movilización, en cada paro, en cada Asamblea.

Los trabajadores, los laburantes de las redacciones, nos conocemos todos, luchamos hace años desde cada redacción. Si no cursaste en la facultad, compartiste alguna nota, alguna cena, algún viaje, algún trabajo. Cuando un empresario decide cerrar un medio, nosotros, los periodistas, somos los que salimos a la calle a manifestarnos y repudiar el accionar capitalista en perjuicio de los empleados.

La semana pasada se cumplieron dos meses que iniciamos el reclamo de paritarias. En las Asambleas, cada semana, se va craneando el plan de lucha. Los delegados y paritarios ponen el cuerpo en el Ministerio y nosotros hacemos lo nuestro en cada acto, en cada texto, en cada canción.

Casualmente son los trabajadores y las agrupaciones de Prensa los que llevan adelante la misión que el sindicato ha dejado huérfana. La UTPBA, el gremio que debería representarnos, ni siquiera pone afiches para comunicar las marchas donde pedimos un salario digno.

Mañana hay elecciones, de modo inesperado y en medio de la lucha, la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires comunicó una Asamblea Extraordinaria en el Palomar a las 20 horas. Esta información no pasó desapercibido en los compañeros de INFOnews quienes dispusimos ir a buscar las credenciales de afiliación que hacía rato el sindicato nos debía.

Perón y Libertad eran las coordenadas, allí fui y allí también me indicaron que debía dirigirme a Avenida de Mayo 1209 4to piso H. No tuve la misma suerte en el segundo domicilio, nadie contestó el timbre. Me dispuse a esperar, un hombre a mi lado había tenido respuesta. Un miembro de la UTPBA bajaría a abrirle la puerta.

 «¿Qué querés?”, me dijo el representante del sindicato que bajó abrir.

 «Retirar las credenciales de compañeros afiliados”, le contesté, mientras me metía entre medio de las dos puertas antiguas de madera que separan la vereda del domicilio.

 «Mañana, mañana”, ironizó con voz burlona mientras comenzaba a empujar la puerta conmigo dentro.

 «Mañana hay elecciones, los necesito hoy”, contesté haciendo fuerza con la puerta para el lado contrario a su presión.

 «Solo se entregan los martes y jueves”, continuó mientras, ya para esa altura, me tiraba la puerta encima.

 «Me confirmaron en Perón que me los podés dar hoy”, arremetí exigiendo los carnet necesarios para asistir a la votación.

 «Yo no te voy a dar nada, andate”, dijo presionando con más fuerza mientras yo insistía.

 «Me estás empujando”, le dije y le pregunté su nombre.

 «Carlos”, escuché.

 «¿Carlos, qué?”, le pregunté pidiendo su apellido.

 «No te voy a dar información, andate”, dijo al terminar de dar el empujón que me sacó del medio de las dos puertas.

 «Tenés que decirme tu nombre y apellido porque sos el representante de UTPBA que está negándole la entrega del carnet a una afiliada”, manifesté mientras Carlos a los empujones me separó de la puerta y me sacó a la calle.

Había con él dos hombres, a los que les proclamé caballerosidad ante semejante conducta de su compañero. Ninguno respondió y la puerta se cerró frente a mi cara.