«Todos somos víctimas de la estafa de Telefónica»
En la tarde de hoy, miércoles 15, los trabajadores de Atento escracharon la sede de Movistar (Telefónica) en Corrientes 645/55, Ciudad de Buenos Aires. Según señalaron los teleoperadores, el acto se realizó porque «nos someten a fraude laboral (ya que están encuadrados en el convenio de trabajo de comercio), a salarios miserables de 564 pesos, a condiciones de trabajo inhumanas y a la militarización de las oficinas». Durante la jornada se repartieron volantes y se parodiaron las condiciones laborales a las cuales los sujeta la empresa.
Fotos: ANRed.
Desde las 14hs y en pleno centro porteño, los trabajadores de Atento escracharon la sede de Movistar, la empresa de telefonía celular de Telefónica de Argentina.
A través de un volante, dieron a conocer el por qué de la manifestación: «nos someten a fraude laboral (ya que están encuadrados en el convenio de trabajo de comercio), a salarios miserables de 564 pesos, a condiciones de trabajo inhumanas y a la militarización de las oficinas».
Los teleoperadores también parodiaron las condiciones laborales con las que conviven diariamente, como el régimen de trabajo inhumano, el control hasta las idas al baño y los auriculares que provocan daños en la audición.
Asimismo, dialogaron con los clientes y transeúntes que se acercaban hasta el escrache.
En diálogo con ANRed, Luciano, trabajador de Asterisco 611 del Call Center Atento Barracas, afirmó que «estamos acá por mejores condiciones laborales, por aumento salarial. Nosotros cobramos un sueldo básico de 560 pesos y la empresa ya dijo que lo único que estima aumentar es el 10 por ciento, es decir 50 pesos. Por supuesto no estamos conformes con esa decisión. El fin último es el reencudramiento gremial dentro de un convenio telefónico» (el próximo lunes 20 se realizará una reunión entre la empresa, el sindicato y el Ministerio de Trabajo para tratar este tema)
Cabe aclarar que los teleoperadores de Atento están encuadrados como trabajadores de comercio. «En septiembre de 2005 salió la resolución nº 766 del Ministerio de Trabajo, donde indica que nosotros somos telefónicos y que se tienen que juntar en paritarias con la empresa en un plazo determinado de tiempo. La empresa no está cumpliendo con esa resolución y paga multas constantemente. En diciembre de 2005, la empresa se presentó para apelar esa resolución a través de la justicia laboral y está esperando a que la justicia decida. Por eso nosotros salimos», sostuvo Luciano. Al tiempo que señala que «en definitiva, las relaciones de fuerza son nuestras. Y el convenio es por nuestra dignidad. Si hoy dejamos que se nos cambien las máquinas, que nos paguen 560 pesos, de nada va a servir el convenio. Porque no vamos a tener dignidad. Por eso estamos acá, por eso salimos a la calle. El tiempo de la empresa es nunca, el de la justicia es largo y nuestro tiempo es ya porque los que sufrimos las consecuencias somos nosotros».
En este sentido, relató las condiciones diarias de trabajo, que fueron aún más insalubres a partir de la «división entre activistas y no activistas mediante dos sectores, sur y norte. Primero se implementó un sistema carcelario. Impusieron rejas y dividieron a los compañeros. En el sector de los activistas, sacaron los carteles de la empresa, no hay más mantenimiento, cambiaron las máquinas de plasma de última tecnología por las máquinas más viejas de la empresa» -y continúa- «Luego, fueron más allá y pusieron más seguridad. Hasta febrero estuvo la gendarmería. Hoy por hoy tenemos a la noche un supervisor que es dudoso, porque en realidad nunca atendió el teléfono y dificultosamente puede hablar bien. Él mismo dijo que antes trabajaba de seguridad y supuestamente -para nosotros- es un supervisor. Un tipo muy violento que dijo cosas tales como (y no lo dijo así): ‘los problemas que yo tenía en mi anterior trabajo los resolvía a las piñas y a los golpes’.»
Con respecto a la organización entre los empleados, el trabajador asevera que «nunca se renuncia a hablar con un compañero. La semana pasada, Martínez, que es la cara comercial de la empresa, paró por primera vez en dos años. Nos damos cuenta de que el conflicto tiene una duración madural. Algunos se acercan solos porque están re podridos de las condiciones que impone la empresa. Pero más allá del conflicto, que ya empezó hace dos años, la empresa apuesta al desgaste absoluto de nosotros. En algunos casos dio resultado porque hubo muchos chicos que se fueron. Para combatir eso, nosotros tenemos que manifestarnos y exigir las condiciones ya, más allá del convenio».
Por último, señaló que «esperamos con este acto concientizar al cliente que también es estafado por Movistar. Es decir que todos somos víctimas de la estafa de Telefónica».