25/06/2013

Rayuela: De la tierra al cielo en una novela

tapa-1202.jpgSe cumplen 50 años de la publicación más formidable del escritor belga/argentino/francés Julio Cortázar. Esta obra significó la exploración artística, en materia literaria, que marcaría el comienzo del denominado boom latinoamericano. Por Hernán Sanchez de El Caminante


Escribir sobre Rayuela es viajar por un mundo lleno de lucidez, de creación, de intelectualidad, un universo comprendido como el arte en su concepción más pura. Esta novela rompió con los parámetros establecidos, y conocidos hasta el momento, marcó un camino donde la literatura latinoamericana se abrió paso y se referenció como lo más vanguardista de una época liderada por el canon occidental.

Coyuntura social

La novela está escrita en un contexto social y político en el que las juventudes mundiales respondían, mediante movilizaciones e insurrecciones, a una ola de gobiernos de tinte reaccionario. La lucha por el cambio social y la idea de un mundo nuevo, representado por la reciente revolución cubana, y la resistencia al imperialismo norteamericano, por parte del pueblo vietnamita, «vestían” un contexto político de cambios y nuevas maneras de desarrollar la escritura. En este ambiente, Cortázar desarrolló y exploró lo más profundo de la narrativa, conocida hasta el momento, y se alejó de los esquemas establecidos, para crear una nueva y original manera de acercar una historia al lector.

La novela

Cualquier código narrativo, conocido como tal, a la hora de leer una novela, en Rayuela se ve roto desde el comienzo. La primera página del libro se titula «Tablero de dirección», aquí ya no es el escritor quien conduce al lector por un mundo de ficción, sino que éste último tiene un rol, es interpelado y debe tomar una decisión.

Cortazar propone dos maneras de leer la novela: De forma seguida, comúnmente conocida, página tras página (en este caso el libro terminaría en el capítulo 56 y los demás pueden ser prescindibles) y otra opción es mediante un orden alterado; una guía numeral indica al lector, cuando finaliza cada capítulo, a qué otro debe dirigirse para seguir con la historia.

La obra se divide en tres partes: «Del lado de allá”, que hace referencia a las vivencias de Oliveira, la Maga y el grupo de amigos, emigrados latinoamericanos, en París; la segunda es «Del lado de acá”, que aborda el regreso de Oliveira a Buenos Aires y la tercera es «Los textos prescindibles”, que incluyen otros documentos y citas de diferentes autores.

Rayuela es una historia de amor, entre Oliveira y la Maga, pero también una historia de sueños, de fracasos, de libros, música, reflexiones, de crisis existenciales, de búsquedas filosóficas, de placeres mundanos que se codean con la metafísica. Es la vida de personas que intentan enfrentarse a un mundo de tristezas y pasiones, con sus miserias, con sus miedos, pero enfrentarse al fin y al cabo.

En una entrevista realizada en 1978 por Evelyn Picon Garfield y publicada en los Cuadernos de Texto Crítico, en la Universidad Veracruzana, en México, Cortazar hace referencia a Rayuela: «(«¦) ha habido críticos que han pensado que Rayuela era un libro profundamente pesimista en el sentido de que no se hace en él más que lamentar el estado de cosas. Yo creo que es un libro profundamente optimista porque Oliveira, a pesar de su carácter broncos, como decimos los argentinos, sus cóleras, su mediocridad mental, su incapacidad de ir más allá de ciertos límites, es un hombre que se golpea contra la pared, la pared del amor, la pared de la vida cotidiana, la pared de los sistemas filosóficos, la pared de la política. Se golpea la cabeza contra todo eso porque es un optimista en el fondo, porque él cree que un día, ya no para él pero para otros, algún día esa pared va a caer y del otro lado está el «kibutz del deseo», está el reino milenario, está el hombre verdadero, ese proyecto humano que él imagina y que no se ha realizado hasta este momento.

A medio siglo de la publicación de Rayuela, esta novela ha sido una de las más influyentes en la historia de la literatura argentina y latinoamericana. La narrativa, como se conocía hasta ese momento, se vio reformulada, y marcó nuevos parámetros de estilo y originalidad literaria. La innovación en la manera de relatar sucesos, cotidianeidades y costumbres, convirtieron a Rayuela en una novela única que perdura y mantiene la vigencia a través de sucesivas generaciones de lectores.

Capítulo 1

Desde el comienzo de la novela, Cortázar invita al lector a enamorarse de los personajes, a vivirlos, a sentirlos, quizás por eso, una vez que lees Rayuela, ya no la podes olvidar más, te acompaña durante toda la vida, pues todos tenemos algo de Oliveira, todos tenemos algo de la Maga. «¿Encontraría a la Maga? Tantas veces me había bastado asomarme, viniendo por la rue de Seine, al arco que da al Quai de Conti, y apenas la luz de ceniza y olivo que flota sobre el río me dejaba distinguir las formas, ya su silueta delgada se inscribía en el Pont des Arts; a veces andando de un lado a otro, a veces detenida en el pretil de hierro, inclinada sobre el agua. Y era tan natural cruzar la calle, subir los peldaños del puente, entrar en su delgada cintura y acercarme a la Maga que sonreía sin sorpresa, convencida como yo de que un encuentro casual era lo menos casual en nuestras vidas, y que la gente que se da citas precisas es la misma que necesita papel rayado para escribirse o que aprieta desde abajo el tubo del dentífrico...”

El autor

Julio José Cortázar, se encontraba, junto con su mujer María Herminia Descotte, que estaba embarazada, viviendo en Bélgica y cumpliendo el rol de funcionario de la embajada Argentina en ese país, cuando el 26 de agosto de 1914, en la ciudad de Ixelles, distrito de Bruselas, nació Julio. Por motivos laborales, el padre del futuro escritor se mudó, con toda la familia, por diferentes países europeos hasta que decidieron volver a la Argentina. En la localidad de Banfield transcurre toda la infancia de Cortázar, quien en una entrevista, realizada por Joaquín Soler Serrano, en 1977, para la televisión española, describe el lugar donde se crió: «(«¦) es un pueblecito que en esa época era, realmente un pueblecito casi de campo, a media hora de Buenos Aires, a media hora de tren («¦) la casa tenía un gran jardín que daba sobre otros jardines y entonces era mi reino»¦”. Cortázar vive en Banfield hasta los 17 años. Al terminar el colegio, ejerce la docencia en diferentes ciudades de Buenos Aires, también comienza a tener una relación más estrecha con la literatura, por esa época escribe sus primeros relatos. En 1951, consigue una beca de estudio y viaja a París, lugar donde nacen sus mayores y mejores obras literarias. En esa ciudad, Cortázar se pierde el 12 de febrero de 1984, a los 70 años, quizás buscando encontrarse con la Maga cerca del Pont Saint-Michel, o con Oliveira en algún café donde toquen un buen jazz.

Lo cierto es que leyendo Rayuela, uno se encuentra con su autor en cada renglón, en cada frase, en cada sentimiento.



0 comentarios

1000/1000
Los comentarios publicados y las posibles consecuencias derivadas son de exclusiva responsabilidad de sus autores. Está prohibido la publicación de comentarios discriminatorios, difamatorios, calumniosos, injuriosos o amenazantes. Está prohibida la publicación de datos personales o de contacto propios o de terceros, con o sin autorización. Está prohibida la utilización de los comentarios con fines de promoción comercial o la realización de cualquier acto lucrativo a través de los mismos. Sin perjuicio de lo indicado ANRed se reserva el derecho a publicar o remover los comentarios más allá de lo establecido por estas condiciones sin que se pueda considerar un aval de lo publicado o un acto de censura. Enviar un comentario implica la aceptación de estas condiciones.
Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Ir arriba