09/03/2006

Ni flores ni bombones… Día de lucha por nuestros derechos

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«Atrincheradas en ciertas certezas desde las cuales miramos la realidad, denunciamos esta construcción patriarcal y capitalista del mundo, hegemónicamente masculina, en la que nuestros cuerpos de mujeres han sido y son el territorio sobre el que se ha edificado, imponiéndonos sus saberes androcéntricos. Somos mujeres, que desde este colectivo, nos convertimos en pasajeras que revisitamos los itinerarios de saberes feministas históricamente construidos».

Por «La Revuelta», colectivo feminista de Neuquén.


Nuestro grupo se llama «La Revuelta». Si tuviéramos que dar cuenta del significado de nuestro nombre, varias acepciones se disparan de este término: alboroto, vocerío causado por una o varias personas, sobresalto, inquietud, motín, sedición, alzamiento contra la autoridad, segunda vuelta o repetición de la vuelta, revolución, punto en que una cosa empieza a cambiar su dirección, vuelta o mudanza.

Cada una de ellas, podría ser una metáfora de nuestras biografías como mujeres y del sentido que anima a nuestro pequeño grupo que transitamos como colectivo, cuyo motor lo constituye el deseo de saber.

Nos acercamos al 8 de marzo. Nos preparamos como feministas para una jornada de lucha en la que, nuevamente, pondremos en la calle los reclamos por nuestros derechos.

Aunque seguras estamos que también tendremos que soportar el falogocentrismo que ya no hace más que repugnarnos, presente en las publicidades de organismos gubernamentales y/o de comercios que pretenden saludarnos por «nuestro día», agradeciendo todo el esfuerzo que hacemos las mujeres día a día, agradeciéndonos el amor que desplegamos en el hogar dulce hogar todos y cada uno de los días del año. Pretenden convertir el día en un mero adorno del calendario.

Y seguramente también tendremos que soportar felicitaciones de aquellos amigos, compañeros, novios, amigovios, amantes del campo progresista que no dudan en decirnos feliz día, pero que verían con especial desagrado que dijéramos lo mismo un 1 de mayo. Y seguro, ante nuestro despliegue político-pedagógico de argumentos, entre los que seguro sobrevendrá que no es posible festejar ninguna masacre (ni contra las mujeres, ni contra hombres, ni contra niñas, niños, ni contra ningún ser humano), rápido saldrán al cruce con la típica explicación y demanda de «Bueno, no sean exageradas, es una forma de saludarlas».

¿Quizás les resultan insoportables nuestros argumentos? Es posible, porque como sostiene Dolores Juliano «[a]bandonar el ámbito de las ideas recibidas requiere un esfuerzo, y además puede ser entendido como una provocación». Y es que hoy por hoy, cuando se nos dice que las mujeres ya no estamos tan mal, que ya conseguimos nuestros derechos pareciera que no hay manera de combatir el sentido común androcéntrico instalado en la sociedad, si no es a costa de mucha provocación, desobediencia y un importante despliegue de sabiduría.

Insitimos e insisteremos todo lo que sea necesario. Ningún festejo es posible en esta fecha, por ello vociferamos: ni flores, ni bombones… día de lucha por nuestros derechos.

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Esta fecha cara al movimiento de mujeres y al movimiento feminista -en particular- marca un hito en nuestras luchas. Necesitamos este día para seguir visibilizando la existencia de discriminación, explotación, opresión, violencias, abusos, maltratos, femicidios, insultos sexistas, la falta de decisión sobre nuestros cuerpos, la maternidad forzosa, las consecuencias de las guerras y la miseria, el ninguneo en el idioma… Es otro día de lucha como los que venimos protagonizando las mujeres en todo el país: en las calles, las rutas, el campo, las escuelas, la universidad, las fábricas, las oficinas, los hospitales, los barrios, los hogares…

De los múltiples derechos que reclamamos es necesario mencionar al menos dos que miden la posibilidad de vivir en una sociedad más democrática: el trabajo en condiciones y remuneración digna y el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos, nuestra sexualidad y maternidad. Es necesario continuar demandado la igualdad entre hombres y mujeres en lo laboral, político y legislativo.

Sin embargo es clave que las mujeres luchemos activamente en los ámbitos públicos y privados para cambiar las reglas de juego con las que se construyó y construye un orden social capitalista y patriarcal de sometimiento y discriminación, que se ve crudamente profundizado con las políticas neoliberales de ajuste, aplicadas por los gobiernos de turno.

El actual orden político y económico confina a millones de mujeres a la marginalidad y provoca una mayor exclusión, quedando sometidas a opresiones múltiples relacionadas con la clase, la etnia, orientación sexual, edad, etc. Esta situación sólo se puede explicar por la articulación de sistemas mundiales de opresión capitalista y patriarcal, que se nutren y se refuerzan mutuamente para mantener a la inmensa mayoría de las mujeres en inferioridad cultural, desvalorización social, marginación económica, invisibilización de su existencia y de su trabajo y la mercantilización de su cuerpo.

Nuestra lucha consiste en denunciar y desarmar estos sistemas que generan exclusión y dominación, que perpetúan el miedo, el odio a la diferencia y justifican la violencia; construyendo las bases de otra sociedad libre de pobreza y de violencia. Estos son los desafíos que nos movilizan cotidianamente a las mujeres en una lucha compartida con todos/as los/as explotados/as y oprimidos/as.

Nuestro cuerpo de mujer ha sido un espacio conquistado por las políticas de Estado, por las iglesias, las fuerzas represivas, la justicia, la medicina, la cultura y otras instituciones del poder. Convencidas de que «lo personal es político», defender el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos es parte de la tarea de construir un proyecto de vida autónomo, cuyas condiciones debe garantizar el Estado. En pleno siglo XXI, las mujeres de latinoamérica -especialmente- y de otros países sufrimos las consecuencias de la ilegalidad del aborto, nuestros cuerpos son territorios del conservadurismo que impregna al estado que se presume laico y esto se paga con la vida de miles y miles de mujeres.

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En este marco, seguimos reclamando a los gobiernos nacional y provincial, a la justicia, a la iglesia, a la legislatura, entre otras cosas, lo siguiente:

♀Fuentes de trabajo digno para todas/os con salarios iguales a la canasta familiar indexados según los costos de vida

♀Igual salario por igual trabajo.

♀Aumento del subsidio de los planes Trabajar, hasta lograr su eliminación definitiva vía la creación de puestos de trabajo dignos.

♀Guarderías estatales y públicas para las madres trabajadoras, desocupadas y estudiantes.

♀Secretarias de género en todos los organismos del Estado para la implementación de políticas públicas con perspectiva de género y monitoreo de las mismas.

♀Monitoreo de las publicidades, en pos de una publicidad no-sexista.

♀Esclarecimiento de todos los femicidios de la región y el país. Juicio y castigo a los asesinos.

♀Cumplimiento efectivo de las Leyes de Salud Sexual y Reproductiva, incorporación de ligadura de trompas y vasectomía en las provincias donde estas prácticas continúan siendo ilegales.

♀Despenalización y legalización del aborto para que las mujeres puedan hacerlo en condiciones de seguridad e higiene en forma gratuita en los hospitales públicos.

♀Pleno ejercicio de la ciudadnía sexual. Iguales derechos para lesbianas, travestis, intersexos, transgéneros, transexuales, bisexuales, gays.

♀Educación pública, laica, gratuita, no-sexista, no-androcéntrica, anti-homofóbica y anti-racista, en todos los niveles.

♀Educación Sexual con perspectiva de género en las escuelas de todos los niveles.

♀Revisión de currículos de todos los niveles de enseñanza, así como leyes y reglamentaciones en general, que contemple la historia y la perspectiva de las mujeres.

♀Justicia en la muerte de Silvia Roggetti y Teresa Rodríguez

♀Atención digna y con soluciones rápidas para las víctimas de maltrato, violencia, violaciones y abusos.

♀Subsidios estatales y casas de refugio para mujeres víctimas de violencia de género.

♀Atención a niños y niñas en la calle.

♀Penalización del acoso sexual.

♀Trato digno a las mujeres privadas de su libertad y a las que visitan familiares detenidos.

♀Posibilidades educativas y culturales a mujeres privadas de su libertad.

♀Atención psicológica y sanitaria a las presas y sus hijas/os.

♀Legislación y amparo material a las Mujeres portadoras de HIV- S.I.D.A.

♀Viviendas para mujeres jefas de hogar.

♀Plena vigencia de las leyes de cupo en todos los ámbitos e incorporación de pliegos de reclamos con perspectiva de género en los sindicatos.

♀Cumplimiento de la cuota alimentaria.

♀Juicio y castigo de los responsables de la dictadura militar y restitución de los niños/as nacidos/as en cautiverio y secuestrados/as.

♀Reconocimiento del trabajo doméstico como aporte al Producto Bruto Interno.

♀Distribución de las tareas entre todos los miembros y miembras del hogar.

♀Cese de la represión a las personas en situación de prostitución. Penalización a proxenetas y traficantes.

♀Por el derecho al placer.

«La Revuelta»



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