Recta final en el juicio por la desaparición de Darío Jerez
El próximo miércoles se escucharán las declaraciones de los últimos testigos y para el jueves y viernes se esperan los alegatos. Seis imputados, entre ellos compañeros de trabajo y amigos de Darío y ex funcionarios del gobierno de Guillermo Magadán – intendente del Partido de La Costa en 2001, año en que desapareció Darío – están sentados en el banquillo, acusados de encubrimiento y falso testimonio.
(Red Eco) Buenos Aires – A lo largo de las audiencias que se vienen desarrollando desde el 1ero de marzo en el Juzgado Criminal Nº 2 de Dolores, la frase que más se escuchó entre quienes sí aceptaron acercarse a declarar fue «no recuerdo”. Una clara demostración que detrás de la desaparición de Darío Jerez y el intento de que su caso no se esclarezca se esconden intereses económicos y políticos.
Darío Jerez vivía en Santa Teresita, localidad del Partido de la Costa, donde trabajaba por las mañanas como repartidor de productos en la empresa de golosinas Arcor, y luego en tiempo parcial para la financiera Comprar SRL.
El 25 de octubre de 2001, antes de salir temprano de su casa arregló con su esposa Viviana Zubiaurre que volvería al mediodía para llevar a su hijo más chico al colegio, y a ella al jardín de infantes donde era docente. Pero no volvió, ni llamó, y desde entonces nada se sabe de él. Pocas horas más tarde, apareció solo su vehículo estacionado en una calle. Ante la desesperación, Viviana recurrió a un amigo de la familia y compañero de trabajo de Darío, Carlos Subirol, quien desde un primer momento actuó extraño y hasta movió el auto de Jerez provocando la pérdida de importantes pericias y pruebas.
Hoy, Subirol es uno de los seis imputados en el juicio. En 2001 era el encargado de la sucursal Santa Teresita de Comprar SRL y actualmente se desempeñaba como Vicecónsul del Reino de España. Los otros acusados son Jorge Eduardo Grande, por entonces secretario de Gobierno de Magadán; Leandro Gastón Alzugaray, Gerardo Cristian Ibarra y Daniel Claudio López, también ex funcionarios de la administración Magadán; Alejandro Gustavo Muñoz, en ese momento empleado con cargo en Comprar SRL y la última persona que vio a Darío; y Patricia Graciela Sanabria, amiga del resto de los imputados y acusada por falso testimonio tras haber dado una pista errónea.
Muchos de los testigos confirmaron la conducta de Subirol de los primeros momentos luego de conocerse la desaparición de Jerez. Por ejemplo, el Comisario Eduardo Seira, que fue investigador en la causa, declaró que debió echar a Subirol al notar que tenía «una intención aviesa”. Además, señaló que durante la investigación quería enterarse de todo y aportaba datos que no eran ciertos. En tanto, varios comerciantes de Santa Teresita declararon haber visto a Jerez la mañana de su desaparición junto a Muñoz, quien a su vez había asegurado haber pasado toda esa mañana en su oficina.
En su momento, la esposa de Jerez, Viviana Zubiaurre había manifestado que a lo largo de estos años supo que al momento de la desaparición de Darío la financiera Comprar SRL blanqueaba dinero de la Municipalidad del Partido de la Costa. Ella considera que su marido vio algo que no debía, motivo por el que lo desaparecieron.
Ingresando en sus últimas audiencias, la esposa y los tres hijos de Darío y el pueblo de Santa Teresita, que desde un principio acompaña movilizándose en las calles, esperan saber la verdad de qué pasó y dónde está Darío Jerez y que haya castigo para los responsables de su desaparición.
Fuentes: Comuna / Radio Libre 96.3 Santa Teresita
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