19/03/2013

Arrancó el juicio a las hermanas Jara, presas por defenderse de un violador

tapa-967.jpgAyer por la mañana se inició en Mercedes, provincia de Buenos Aires, el juicio oral que acusa a las hermanas Ailén y Marina Jara de «homicidio en grado de tentativa” por haberse defendido de un ataque sexual. Desde las 9 de la mañana, unas 200 personas se convocaron frente al Tribunal en lo Criminal Número 2 de esta ciudad, ubicado en las calles 26 y 27, para manifestar su apoyo y exigir la inmediata libertad de las hermanas. El juicio continúa hoy con la declaración de más de 10 testigos mientras se mantiene la vigilia fuera del tribunal. Por Gastón Wahnish (COB La Brecha)
Fotos: Paula Limache (FOL Moreno)


Ayer por la mañana se inició en Mercedes, provincia de Buenos Aires, el juicio oral que acusa a las hermanas Ailén y Marina Jara de «homicidio en grado de tentativa” por haberse defendido de un ataque sexual. Desde las 9 de la mañana, unas 200 personas se convocaron frente al Tribunal en lo Criminal Número 2 de esta ciudad, ubicado en las calles 26 y 27, para manifestar su apoyo y exigir la inmediata libertad de las hermanas. El juicio continúa hoy con la declaración de más de 10 testigos mientras se mantiene la vigilia fuera del tribunal.

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«Ailén pudo dar testimonio y eso es muy positivo. Adentro y fuera del tribunal hubo mucha gente que pudo hacer fuerza en algo que se perfila como una causa de derechos humanos. Es importante seguir insistiendo para conseguir su libertad y terminar con la violencia patriarcal e institucional”, declaró , integrante de la Campaña Nacional contra las Violencias hacia las Mujeres, al cierre de la primer jornada del juicio.

Pasadas las 9 de la mañana, una veintena de organizaciones sociales y políticas se concentraron en la plaza San Martín alterando la tranquilidad diaria de la ciudad de Mercedes. Se hicieron presentes Mujeres Ahora es Cuando, Coordinadora Antirrepresiva del Oeste, Mesa Coordinadora Barrial de Moreno, Conurbanas, Campaña Nacional contra las Violencias hacia las Mujeres, Frente de Organizaciones en Lucha (FOL) Moreno, Mumalá, FPDS-Corriente Nacional, MIR, Partido Obrero, Las Rojas-MAS, listas Verde y Víctor Choque de ATE, Izquierda Socialista, MST, Quebracho, HIJOS Oeste, TPR, Mujeres al pie del cañón, lista Bordó de Docentes. Durante la jornada de solidaridad frente a los tribunales se transmitió en vivo a través de una radio abierta de FM Moreno. También se acercaron Vilma Ripoll y Victoria Donda, entre otros dirigentes.
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«Esto fue una causa armada. Hoy tenemos nervios, pero esperanza y fortaleza por toda la gente que hay acá, es muy importante que nos acompañen”, afirmó Elena Salinas, madre de las jóvenes presas. Todo comenzó en Paso del Rey en febrero de 2011 cuando Marina y Ailén, 19 y 21 años respectivamente, intentaron defenderse de un ataque sexual en manos de Juan Antonio Leguizamón, un señor de 39 años implicado con las redes de prostitución. A partir de la denuncia de Leguizamón, las hermanas Jara fueron encarceladas y ya llevan mas de 2 años presas en el penal de Los Hornos, en donde dicen recibir maltratos permanentes del personal penitenciario. Ahora están acusadas de «homicidio en grado de tentativa” y la Justicia se negó a los pedidos de excarcelación, prisión domiciliaria y cambio de calificación por lesiones graves o leves. Las organizaciones que luchan contra la violencia de género califican a esta como una causa paradigmática.

En declaraciones a desalambrar.com.ar, algunos días antes del inicio del juicio oral, Ailén Jara afirmó: «Lo único que necesito es mucha fuerza”. «Me gustaría estar acompañándolos el próximo 8 de marzo, gracias por todo lo que hacen por nosotras. Cuando salgamos vamos a estar con gente que también lo necesite. Antes no lo pensaba, pero ahora que uno lo vive, lo entiendo más”, manifiesta Ailén y cierra: «Fuerza a esas personas que no tienen a sus seres queridos y que están peleando para que se haga justicia”.

Desde la Campaña Nacional contra las Violencias hacia las Mujeres explican que uno de los motivos centrales por los cuales a pesar de la legislación existente no se termina con la violencia de género es «la impunidad con que los varones sienten que pueden actuar”. Entre las principales acciones para terminar con esta violencia plantean tres líneas: un Estado que en sus tres poderes garantice en forma efectiva los derechos de las mujeres, una sociedad que deje de ser cómplice de las violencias y el fortalecimiento de las mujeres para que dejen de tener miedo y puedan reaccionar ante la amenaza de violencia.


Reproducimos:

Apareció la verdad

tapa-961.jpgEn el día de ayer comenzaron los alegatos por el juicio oral hacia las Hermanas Jara. Ailén y Marina, dos jóvenes que por defenderse de su acosador fueron encarceladas hace más de dos años en una causa por tentativa de homicidio, causa de la cual, luego de la primer jornada de juicio queda poco por probar. Por Desalambrar

Luego de dos años de detención ininterrumpida, el Tribunal en lo Criminal Nº 2 de Mercedes escuchó en la audiencia oral y pública el testimonio de una de las jóvenes del barrio Sanguinetti. Fue la primera vez que la justicia debió tomar nota de los acontecimientos de abuso y acoso sexual que provocaron el acto de legítima defensa. Para sorpresa de los magistrados, la supuesta víctima Juan Leguizamón expuso un compendio de contradicciones, mentiras y fábulas que hacen caer la causa caratulada como tentativa de homicidio. Las hermanas Jara transitan las últimas horas de un encierro sólo comprendido por el abuso de poder en todas sus formas.

El lunes 18 de marzo amaneció con fuerza en ese pueblo de campaña. Mercedes contiene a la corporación judicial, acumula causas, sentencias y condenas. Ese bastión conservador sintió el paso de mujeres y hombres; de estructuras de base y organizaciones sociales que luchan contra todo tipo de violencia hacia las mujeres. Ese lunes ya quedó en la agenda de la movilización popular pero, fundamentalmente, fue la jornada donde la privación de la libertad de Ailén y Marina Jara alcanzó el rótulo de incomprensible y brutal. Es que los integrantes del Tribunal Oral en lo Criminal Nº 2, los doctores Larroque, Barski y Brahim, jamás pensaron que la supuesta víctima, Juan Leguizamón, podía sólidamente voltear la causa, esa que lo ubicó como damnificado y cuya instrucción le creyó a ciegas para negar a Ailén y Marina la mínima posibilidad de contar la verdad, peor aún, la Dra. Manuela González, defensora oficial, calificó de mentira el acoso sexual de sus «pupilas”.

El lunes 18 de marzo, Juan Leguizamón se encargó de explicar con sus propias palabras que «tenía mucho conocimiento sobre armas de fuego”, que «tenía un buen concepto de las hermanas Jara”, que «se vinculaba amorosamente sin precisar tiempo, espacio, lugares”; que «no recuerda bien las calles donde se produce el hecho que se ventila”; que fueron cuatro disparos los que habrían efectuado las atacantes cuando su declaración leída por el mismísimo fiscal de Juicio, Guillermo Altube, le recordó que fue sólo uno; que no tiene testigos que acrediten su supuesta relación amorosa; que «nunca se defendió sino que pasivamente aguardó su destino diciendo, mañana hablamos».

El testimonio de la llamada víctima fue un compendio exacerbado de su indisimulable violencia, característica que ningún actor judicial a lo largo de dos años decidió observar. Dicho en otras palabras, si las defensoras oficiales, la fiscal del caso o la Jueza de Garantías, hubiesen trabajado por un arrebato mínimo de justicia, Ailén y Marina Jara jamás hubieran perdido su preciada libertad.

El lunes 18 de marzo, Ailén, luego de dos años de encierro y destrucción, habló frente al Tribunal con la firmeza de quien dice la verdad para derribar una mentira insoportable. Su descripción fue notable y notoria. El Tribunal tuvo que escucharla. Ese momento marcó una profundidad emocional y descriptiva del acoso que sufrió durante mucho tiempo, abuso ejercido por un hombre 15 años mayor que ella y que culminó en febrero de 2011 cuando Leguizamón las ataca con un arma de fuego.

En la primera jornada del juicio oral y público las voces marcaron una coincidencia: la causa armada se cae a pedazos.

Sólo por esos jirones que sostienen lo corporativo es que nadie podía afirmar que el fin de un encierro inexplicable llega a su fin. El Dr. Isidro Encina, abogado patrocinante de las hermanas Jara, habló de la audiencia oral y pública: «Acá se ve la verdad, y en este caso Juan Leguizamón, además de fabular y decir un montón de mentiras, digo algo verdadero, tenía una camiseta verde con rayas negras y la declaración que se incorporó por simple lectura da cuenta que la persona que disparó tenía casaca verde con rayas negras. En otro momento, por un furcio, Leguizamón reconoció que Ailén le sacó el arma. Creo que está clara la situación de legítima defensa, como así también quedo claro el mal asesoramiento legal que sufrieron las hermanas Jara”.

Si el testimonio de la supuesta víctima destruye la tesis oficial del ataque premeditado, la palabra de Ailén Jara tuvo un impacto verdadero sobre la única verdad: la legítima defensa. Encina puso de relieve la precisión de su defendida, al tiempo que subraya que el testimonio de la hermana de Leguizamón dejó pruebas sobre la conducta violenta de este hombre.

Para el Dr. Encina, el Tribunal Oral Nº 2 «pudo ver lo que vemos todos, que las chicas se pueden defender, que encontraron un asesoramiento y por eso su versión es concreta y se corroboran en el debate. Por el contrario, Leguizamón no pudo sostener su versión, con lo cual el escenario es muy favorable”.

Pasadas las 18 horas del primer día de debate, el Dr. Eduardo Soares, integrante de la Gremial de Abogados y co-defensor de las hermanas Jara, se expresó moderadamente optimista. «En la audiencia se visibilizó que se trata de un hombre violento, que hasta ejerció violencia contra su propia familia. Toda su declaración tambaleó, lo mismo ocurrió con aquellos que hablaron a favor de Leguizamón porque presentaron varias contradicciones. Esperamos que el Tribunal valore todas estas las contradicciones al momento de los alegatos”.

Elena Salinas, madre de las jóvenes privadas injustamente de su libertad, respiró el aire otoñal de Mercedes. Una sonrisa de tranquilidad acompañó su palabra, su deseo que tiene forma de exigencia innegociable: «El testimonio de Leguizamón no tuvo coherencia. Mi hija Ailén contó la verdad de lo sucedido. Le preguntaron varias veces lo mismo y ella lo explicó desde la verdad. Ahora estamos tranquilos”.

Mañana martes a las 9 horas se reanuda el debate. El Tribunal Oral Nº 2 se quedó sin esa causa que en forma bochornosa armó la fiscal Pontecorvo, el personal policial interviniente, la defensora oficial Manuela González, la Jueza de Garantías Juliá y el resto de los protagonistas de un encierro brutal que ahora muestra su rostro: el de una condena insostenible.

La libertad para las hermanas Jara ya es una cuestión de horas. Sólo allí cerrará una etapa de injusticia porque la lucha lejos está de concluir.

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