15/02/2013

Hermanas Jara: El derecho a la salud vulnerado

tapa-921.jpgUna nueva situación de violencia sufrió el pasado sábado 9 de febrero Ailén Jara, presa en la Unidad Penitenciaria Nº 8 de Los Hornos, al no ser atendida adecuadamente por las graves dolencias de infecciones múltiples en su útero. Recordamos que Marina y Ailén Jara, de 19 y 21 años, están presas desde el 19 de febrero de 2011, cuando fueron atacadas con un arma de fuego para abusar de ellas por Juan Leguizamón, un vecino del barrio Sanguineti de Moreno, al oeste del conurbano bonaerense. Para defenderse, Marina lo apuñaló. Ambas están acusadas de tentativa de homicidio. Por Comisión por la Libertad de Ailén y Marina


Reproducimos:

Ailén ha sufrido una recaída de su dolencia ginecológica.
El derecho a la salud vulnerado

13/02/2013 – El sábado pasado Ailén fue trasladada al Hospital San Martín
de la Plata por los fuertes dolores que sentía en el útero. Fue atendida
en la Guardia Ginecológica y en la Guardia de Cirugía. Solo le recetaron
antiinflamatorios y volvió al penal. Pero los dolores volvieron. El
servicio penitenciario y la institución sanitaria conjuntamente se
encargan de que Ailén no reciba atención adecuada. Desde que su condición
se agravó en noviembre pasado solo fue atendida en la Guardia, no fue
atendida en consultorio externo, ni tampoco internada formalmente, ya que
siempre permaneció en guardia. Por lo tanto no tiene historia clínica, ni
diagnóstico, ni tratamiento alguno. Las condiciones desastrosas de los
servicios de salud en general y la estigmatización que sufre Ailén son
coartadas perfectas para violar sus derechos humanos.

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El sábado 9 de febrero en horas de la mañana Ailén Jara vovió a sentir un
intenso dolor en el útero. Desde hace casi dos meses se le ha agravado una
vieja dolencia: quistes en un ovario que le provoca infecciones múltiples
y alteraciones en su útero. Ailén sentía un dolor muy intenso parecido a
contracciones de parto. Su hermana Marina junto con otras compañeras de
enciero lograron que fuera atendida por un doctor en el Aréa de Sanidad.
Sin siquiera revisarla y a pesar de las quejas de Ailén el médico evalúa
que estaba en perfectas condiciones. Se le coloca suero, se le suministran
analgésicos y medicación para adormecerla. Y vuelve a la celda. Pero el
dolor no disminuía.

Desde afuera y habiendo tomado conocimiento comenzamos a llamar al penal
para solicitar que fuera trasladada de inmediato a algún centro
asistencial. Finalmente a la tarde disponen el traslado de Ailén al
Hospital San Martín de La Plata. Fue ingresada a la guardia de
ginecología. La doctora evaluó que no era tan grave y descreyó del dolor
que Ailén refería. Nada dijo de los reiterados ingresos y de las múltiples
infecciones que hace unas semanas la habían aquejado. Sostuvo que ya no
podía ser atendida más en guardia, que debía ser atendida por consultorio
externo. Reconociendo que debían hacerse más estudios ya que no había
diágnóstico certero. Se nos informa que no había en el hospital Historia
Clínica de Ailén porque nunca fue atendida en consultorio ni tampoco
internada. En todas las ocasiones fue atendida por guardia, no para
establecer un diagnóstico y comenzar un tratamiento, sino para paliar la
urgencia, como las infecciones múltiples que hicieron que permaneciera por
más de una semana en zona restringida (esposada a la cama), pero sin ser
ingresada formalmente al hospital. La institución hospitalaria intenta por
todos los medios desentenderse de la paciente sometida a encierro y evita
tener que hacerse responsable de ella. Hay médicos que han explicitado
verbalmente la gravedad de la situación pero que no lo han asentado por
escrito.

En esta oportunidad se le receta un antiinflamatorio y es devuelta al
penal. Ayer martes los dolores volvieron con intensidad y una vez más el
maltrato, la humillación y la indiferencia. Una vez más llamadas al penal
y la exigencia por parte de Marina y sus compañeras para que un médico
atendiera a Ailén. Finalmente es atendida por el médico infectólogo del
Area de Sanidad. Siendo medicada, una vez más, solo por los dolores. Hasta
el momento Ailén no tiene diagnóstico ni esta recibiendo tratamiento
alguno.

Ailén tiene graves dolencias ginecológicas desde hace 6 años, tiene
antecedentes familiares de cáncer de útero por línea materna, que aumenta
ampliamente las posibilidades de contraerlo. Sumado a las condiciones de
encierro que según estadísticas oficiales favorecen la aparición y
desarrollo de tumores cancerígenos cervicouterino. Las mujeres son sujetos
ausentes o no visibles para el sistema penal. Por eso la sintomatología
específica es negada, cuestionada.

El míércoles 13 de febrero se presentó un recurso de amparo acompañado
por un Habeas Corpus del Comité contra la Tortura para garantizar que
Ailén reciba el tratamiento que por derecho le corresponde. A pesar de que
el acceso a la salud es un derecho humano inalienable el Estado, el
servicio penitenciario, la justicia y las instituciones de salud
alevosamente se lo están negando.


Comisión por la Libertad de Ailén y Marina

libertadaylenymarina@hotmail.com

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