Convertir el dolor en lucha. Testimonio de Julieta, mamá de Atahualpa

«Ata está vivo en cada joven que quiere modificar esta sociedad, estudiar y ser mejor persona, Ata esta ahí”, dijo Julieta Vinaya, la mamá de Atahualpa, un joven que llevaba dos sangres de pueblos originarios, por parte de su padre y de su madre. Por RNMA

«Les agradezco a cada una de las personas que se acercaron porque es cierto que para nosotras, seguir la lucha a veces cuesta y mucho mas de lo que ustedes imaginan”, dijo para comenzar.
Y además fue contundente al mirar a madres y padres con quien compartió esta mesa: «Hoy estamos aquí, porque una sola no puede hacer absolutamente nada y juntas, unidas y organizadas, quizás podamos. Porque un grito no lo puedan escuchar pero cientos de gritos, sí. Gritar fuerte y alto el nombre de cada uno de nuestros, en cada lugar, es muy movilizante”

Luego lo recordó a su hijo y a un acuerdo al que llegaron para que todos los años pasara de grado.

«Ata nació un 22 de julio. Era un gordito y morocho, le costaba estudiar pero encontré que le encantaba ir al campo al a casa de su bisabuela (en la Línea Sur, en Río Negro) y era feliz en ese lugar. Entonces hicimos un acuerdo. Nuestro contrato era que si pasaba de grado se podía ir allí. Con ese compromiso pasaba de grado y así terminó la primaria y parte de la secundaria”

Julieta recordó que dos años antes del asesinato, Atahualpa viajó a Bolivia. Allí vio la pobreza al extremo y se encontró con otros jóvenes que para estudiar tenían que trabajar y el se sentía privilegiado por hacer solo 5 km en bicicleta para ir a la escuela y no tener que trabajar. Esa experiencia en Bolivia lo convenció de la idea de estudiar medicina porque pensó que la mejor manera de ayudar era irse y estudiar medicina. Así decidió ir a Cuba, al a escuela internacional de Medicina, «porque allí estaban los mejores y para entregarle algo a la gente tenía que ser lo mejor”, recordó Julieta. Admeas le había prometido a su amigo del secundario, Osvaldo, que estaba en una silla de ruedas, que iba a buscar la forma de curarlo. «Ata era los pies de Osvaldo y lo llevaba a todos lados”, dijo.

Su mamá recordó que antes que lo asesinara «“ estaba en 5 año y cada vez mas convencido de irse a Cuba «“ Ata participó en una toma de tierras y ocupó un pedazo de tierra para su hermana y su ahijado de un año y medio, para hacerle una casilla donde pudiera vivir. «Decía que no tenia plata para darle a la gente pero si manos. Y todas las tardes iba a trabajar a la toma. Siempre me decía que si cada uno de nosotros pudiéramos ser solidarios y ayudar al que tenemos al lado, luego al barrio, luego a la ciudad y finalmente al mundo, las cosas cambiarían”

Cuando lo asesinan su mamá estaba en Rosario tratando de conseguir la beca para que Atahualpa viaje a Cuba. Esa noche salió con su amigo se fueron a un pub. Luego apareció a 5 km con un disparo en la espalda en un basural.

«Ya pasaron, 4 años y medio de su asesinato. Los asesinatos destruyen las familias, porque no una no sabe donde ir ni que hacer. Cuando lo enterré le prometí buscar la verdad para que el descanse en paz.”

Julieta repasó varios casos en su provincia de Río Negro que marcan que todos tienen en común que son jóvenes, pobres y viven en las periferias que hasta el 2008 sumaron 100, todos impunes..
«Hay un protocolo que manejan en el juzgado para casos de asesinatos pero en el caso de Ata no se siguió. Pero no solo en este caso sino que no se sigue casos donde aparece la policía involucrada. Ata estuvo una hora y media agonizando, si lo hubieran llevado los asesinos a algún lugar para que lo atendieran, se hubiera salvado.
«A mi no me mueve el odio sino el amor a mi hijo, un amor incondicional de ida y vuelta. Cuando te sacan lo más preciado, uno esta decidida a todo. A nosotras nos une el dolor y el poder acompañarnos. Nuestros hijos son de todos nosotros. Vamos uniendo, armando una red. Sola no se puede hacer nada. Esto destruye la familia pero el amor que nos mueve nos hace ir juntando los pedazos y seguir. Empezar desde una a juntar esos pedazos internos y a seguir viendo a quienes quedaron con nosotros, como en mi caso, mi hija”

Para finalizar afirmó: «Hay tres personas procesadas por el asesinato de Ata. Queremos no solo al autor material sino también intelectual. Sabemos que está el comisario Omar Sosa, mano derecha de Víctor Cufré, este último relacionado con el tema de la trata de personas y de los asesinatos de los tres jóvenes en Bariloche. Nos han dicho que entre marzo y abril comenzará el juicio y que con el autor material se cerraba la causa y nosotros no sabemos por qué y dónde lo asesinan a Ata. El Pub Miloca, donde fue Ata, tenía dos socios, uno Tonini y el otro era cuñado de Ricardo Facal subrogante de la fiscal que tenia que allanar ese lugar y no lo hizo. Algo pasó en ese lugar. Como puede ser que nadie lo ve salir a mi hijo?

También se refirió a cómo los medios no le dan agenda a estos casos, excepto los medios alternativos y pide que se difunda no solo lo que pasa acá en Buenos Aires, sino en otras provincias «porque a nosotros nadie nos escucha »

El primer miércoles de cada mes los familiares de Río Negro y Chubut se juntan para hacer una actividad concreta con el objetivo de tratar de difundir diferentes asesinatos impunes. Julieta convocó a sumarse a estas jornadas a los familiares de los jóvenes asesinados en Buenos Aires.

«Ata esta vivo en cada joven que quiere modificar esta sociedad, estudiar y ser mejor persona, Ata esta ahí”, finalizó

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