Telefónicos: Cuando la unidad de los trabajadores le tuerce el brazo a una mega empresa
«Firmamos la recomposición salarial a horas de que el gobierno firmara el acuerdo con el Fondo»
Argentina es uno de los países latinoamericanos donde la compañía española TELEFONICA tiene previsto reducir personal, respondiendo a «una política de ajuste para sanear sus cuentas», que el presidente de la firma, Cesar Alierta expresó en la Tercera Conferencia de Inversores. Allí anunció que en el período de cuatro años el plantel pasará de contar con 25.600 empleados a 19.300, la tercera parte del número de empleados actuales. La medida afecta también a trabajadores de Brasil, Chile y Perú. Esto se llevará adelante solamente en las áreas de telefonía fija, incluyendo a los operadoras, y atención al cliente. Ha sido pactado con los sindicatos y supondrá la salida de 15.000 trabajadores.
En contrapartida en Argentina, la Federación de Obreros y Empleados Telefónicos de la República Argentina FOETRA -Capital Federal y Gran Buenos Aires- que nuclea a 7000 trabajadores de las compañías telefónicas lograron firmar el convenio colectivo de trabajo, tras la aprobación por unanimidad de sus miembros el 1 de octubre en la Asamblea General Extraordinaria realizada en el Microestadio de Ferro. Dicho convenio incluye las siguientes cláusulas: aumento salarial de 150$ (sujeto a discusión a partir de agosto de 2004), incremento del valor de los vales a $50 para alimentos y $ 50 para viáticos, pago por única vez de $ 600 por el mes de septiembre; el paso del personal de la categoría A a la categoría B (a partir del convenio, la categoría A se considera como periodo de prueba de nuevos ingresantes). Además los pasantes recibirán un pago de $550 por única vez, más $ 150 de incremento salarial sin distinción de horas trabajadas. A partir del 10 de ese mes los trabajadores, comenzaron a recibir los cobros acordados, mediante la conciliación obligatoria dictaminada por el ministerio de trabajo, sin tener salarios caídos durante las medidas tomadas en el curso del reclamo.
Paso a paso
El conflicto se inició el 16 de julio luego de más de 12 años de congelamiento salarial, con una movilización en las puertas de ambas multinacionales, cuyas sedes se ubican en la zona de puerto madero, con participación de 5.000 personas y cese de tareas. La medida afectó los servicios de atención al cliente, servicio internacional, servicio técnico, call centers y reparaciones domiciliarias. El pedido responde a la recomposición salarial de un 38% para todas las categorías de empleados: efectivos, contratados y pasantes. El secretario de prensa y propaganda del sindicato, Sergio Sosto, expresó a nuestra agencia: «nosotros pedimos 500 $ de aumento salarial en blanco para todas las categorías y 200 $ para los pasantes». La suma de 500 $ precisó, «solo viene a compensar el desfasaje que hubo en este último tiempo por la inflación». Sin respuesta a ello, el 13 y 15 de agosto los empleados realizaron cortes de calle en 20 puntos de Capital Federal y Gran Buenos Aires. El 20 y 21 de agosto comenzaron con asambleas permanentes con cese de actividades nuevamente. Luego el Ministerio de trabajo convocó a ambas empresas TELECOM S.A. y TELEFÓNICA S.A., y al gremio a una conciliación obligatoria por quince días hábiles. Los trabajadores suspendieron dichas medidas, pero luego las empresas pidieron la extensión de la conciliación por cinco días más. Al no haber llegado a un arreglo previo, los empleados desconocieron la extensión y vuelven a la asamblea permanente, una figura legal que no es paro, de las que participaron todas las categorías incluyendo las pasantías. A partir de allí, aparecieron ofertas de parte de ambas empresas, pero no se llegó a un acuerdo. Desde que los trabajadores se retiraron en 1999 de la Federación de Trabajadores Telefónicos (FOESSITRA) conducida por sectores del menemismo, hoy a cargo de Rogelio Rodríguez crearon y asumieron la dirección de FOETRA. A partir de ese año, lograron la estabilidad laboral de todos los empleados, pararon dos cesantías de 400 personas una en TELECOM y otra en TELEFÓNICA cuyo convenio hoy, es el único diferente a los demás sindicatos por no aceptar la flexibilización y promover la afiliación de pasantes y contratados. Durante 2001-2002 los reclamos se hicieron por las pasantías, cuya medida de fuerza fue la toma de dos edificios de TELEFÓNICA por parte de los pasantes con el apoyo del gremio. Con tal disposición se logró que los de dicha categoría ingresaran al convenio colectivo de trabajo y a un cronograma de efectivización de los puestos de trabajo.
El argumento que esbozó el sindicato en cuanto a la recomposición salarial responde a la depreciación de la moneda tras la devaluación hecha durante el gobierno de Duhalde, el salario argentino se vio desvalorizado en un 70% sin tener en cuenta los picos inflacionarios, que continúan aún reduciendo los ingresos. Según estimaciones, el alza de precios- léase inflación- llevaría a un 120% de sueldos devaluados.
Sumado a ello, otro motivo que expresó el sindicato refiere a las cifras millonarias que ambas empresas recaudan. El primer semestre de este año TELECOM y TELEFÓNICA declararon ante la bolsa, haber facturado cada una cerca de $ 800 millones. Carlos Ruiz, coordinador de FOETRA sur manifestó: «Este conflicto no se podría haber hecho sin la unidad del conjunto y sin el convencimiento de que se podía ganar. Esto se construyó con pequeñas batallas que se fueron ganando, que hicieron que la gente recuperara esa capacidad de creer que el sindicato sirve para algo. Lo más importante no es la cifra de la recomposición salarial, sino haberle torcido el brazo a ambas empresas que en este país, están en las cinco primeras en facturación. Nosotros firmamos la recomposición salarial a horas de que el gobierno firmara el acuerdo con el Fondo Monetario». Los sindicatos, UTJ (aglutina personal jerárquico), FOPSTA (de personal de supervisión), y FOESSITRA (agrupa a trabajadores de base con representación en todo el país) se sumaron al logro del gremio FOETRA, sin haber participado del conflicto dado que en su comienzo habían aceptado un aumento salarial sólo de 100 $, descartando la posibilidad de lograr el convenio colectivo firmado por el sindicato autónomo.