23/01/2006

«No tocamos en lugares capitalistas»

vagon.jpgANRed decidió tomarse el subte y se chocó con «Un vagón», una banda de tango que va recorriendo los distintos vagones de la línea B interpretando el repertorio del maestro Astor Piazzolla. Allí, bajo tierra, pudimos dialogar con César Pavón, uno de los integrantes del grupo, quien nos contó que, gracias a pasar la gorra en el subterráneo, pudieron sacar su primer disco: «Un vagón de tango». Además, nos habló de la necesidad de tocar en lugares alternativos «como una forma de luchar contra la explotación capitalista». «Tocamos en el under, en la plaza, en el subte, en casa de amigos o en fiestas para que la gente nos conozca en directo», agregó luego el artista.


Difícil es que algo o alguien pueda sobresalir en medio de los chillidos de rieles y ruedas que suele concentrar el subterráneo y en donde sus habitantes quedan sumergidos en un rápido y rutinario viaje que sirve para albergar las más variadas e inhóspitas actividades.

Todo se amontona y se mezcla. La señora que busca llegar prontamente a un destino, con el chico que intenta por medio de la limosna saciar su primitivo instinto de supervivencia. Personajes que se miran, pero no se reconocen, sonidos que se escuchan, pero que se ignoran. Gente que se toca, pero que no siente, y sobre todo, vidas que en muchos casos ya no parecen conducir a ningún lado.

Hasta que, de pronto, irrumpen ellos en escena y rápidamente convierten ese frío espacio en un cálido escenario y transforman a esos inmutables pasajeros en los más atentos espectadores. «Un vagón» no espera conseguir en vano un lugar para tocar, ni que el público se decida a ir a verlos. Ellos se suben al subte y allí mismo, con sus instrumentos, comienzan a brindar su show.

Un show que empezó hace más de 5 años cuando dos jóvenes arribaron de su Santa Fe natal con la misión de tocar Chamamé y Folclore. Pero al llegar se toparon con un territorio inmerso de tango. «Nos encontramos con un cartel que decía tango, en otro Piazzolla o Pugliese. Todo Buenos Aires, La Boca, San Telmo era sinónimo de tango. Y entonces, decidimos que teníamos que tocar tango». Así, con estas primeras palabras, César Pavón, uno de los históricos integrantes de «Un vagón», nos introduce en los orígenes de la banda.

Que de esta manera y, por medio de la influencia del tango, fue sellando su destino y comenzando, muy lentamente, primero como un trío (para estas alturas ya se había agregado un tercer miembro) y mediante los sonidos del bajo de Nacho Peralta, la percusión de Leo Solís y el acordeón de César Pavón a tocar tímidamente algunos temas de Piazzolla.

Foto_de_Cesardos.jpgLuego, llegaría el momento de agrandar el grupo y conformar un quinteto, sumando el violín de Bruno Yuntini y la guitarra de Emiliano Farina. A su vez, empezarían a expandirse y traspasar las barreras del subte tocando en distintos lugares de la Capital Federal o como en la actualidad que se los puede encontrar todos los domingos en Plaza Francia a partir de las 15hs.

Pero esto ya forma parte del presente y nosotros, para empezar, vamos en búsqueda de ese subterráneo que, vaya la paradoja, les permitió salir a la superficie.

 ANRed: ¿Por qué deciden arrancar tocando en el subte?

 César Pavón: Porque en el subte hacemos la plata de todos los días. Nos alcanza para vivir y para poder hacer todo lo que queremos hacer. Venimos acá dos o tres horas y hacemos gorra. Y después de varios años de laburo pudimos sacar nuestro primer disco: «Un vagón de tango», que tuvo un premio de la UNESCO como mejor disco del año en el rubro música ciudadana. En ese disco pudimos invitar a músicos reconocidos como Zeta Yeyuti, (saxofonista de la Mississipi) y a Andrea Prodán (hermano de Luca, el líder de Sumo). Además, el arte de la tapa la hizo Semilla Bucciarrelli (bajista de los Redonditos de Ricota)

 A: ¿Qué les genera el hecho de tocar en vivo y diariamente dentro de esos vagones?

 CP: Por un lado, nos genera alegría; porque un músico vive del sentir y del tocar. Y así mismo, también, nos genera una obligación diaria, porque nos dedicamos solo a esto y a estudiar, para mejorar lo que hacemos. Además, tenemos la obligación de venir al subte a tocar para sacar la moneda diaria para poder vivir. También nos genera la expectativa de conocer gente todos los días.

 A: Además de poder sacar para comer y de gratificarse tocando la música que les gusta, ¿qué más les deja esta actividad?

 CP: La posibilidad de tomarlo como una especie de estudio; pero en movimiento. Porque uno se adapta al movimiento del subte y a sus frenadas. Y eso te hace perfeccionarte como músico.

 A: ¿El subte forma parte de la identidad de la banda o es algo transitorio para ganar el peso diario?

 CP: Las dos cosas. Por ahora el subte es algo diario y necesario. Vivimos de esto y, si bien tenemos shows privados, lo que nos deja puntualmente y diariamente el dinero para comer es el subte. Pero, por otro lado, creemos que esta situación será por un tiempo más. Dado que nosotros, después de haber laburado en nuestro primer CD y de haber hecho una campaña de publicidad en radio, revistas e Internet, estamos buscando salir un poco del subte y empezar a tocar en otros lugares. Cambiar la plata del subte por tocar en otros lados que nos reditúe ese dinero para poder vivir y decir: el subte ya fue. Ya no queremos venir más, pero por cuestiones económicas tenemos que seguir viniendo, aunque ahora sólo venimos la mitad del tiempo. Antes estábamos 5, 6 horas.

 A: ¿Por qué decís que ya no quieren venir más?

fotos_de_tangodos.jpg-CP: Porque ya fue. Es una etapa de 5 años que se cierra. Aparte dijimos que cuando la banda comenzará a laburar más profesionalmente y a cobrar un cachet fijo íbamos a dejar. Además, la gente que nos fue conociendo en todo este tiempo nos propone otras cosas, diferentes laburos, tocar en otros lugares, hasta existe la posibilidad de poder viajar al exterior. Así que estamos esperando el momento para decir: dejamos el subte y nos dedicamos a hacer sólo shows y salimos de acá. Que fue un lugar muy lindo, pero llega un momento que decís basta, aunque reconocemos que nos dio todo; desde la plata para poder sacar el disco, hasta la posibilidad de conocer a diferentes músicos, como el Chango Spasiuk, Raúl Barboza o Fito Páez que nos fueron dando una mano. Sin olvidarnos de toda la gente que nos fue alentando para seguir. Definitivamente el subte nos dio todo y lo vamos a extrañar, igual cada tanto seguiremos tocando.

 A: ¿Qué diferencias notan al tocar en otros lugares?

 CP: Tocar en lugares fijos es más tranquilo, porque en el subte tenés que lidiar con el sonido de las vías, sumado a todos los inconvenientes que te podés encontrar arriba de un vagón. En cambio, cuando estás en un escenario, con luces y con el sonido adecuado, es como que decimos: ¡qué tranquilidad!, dado que te sentís más relajado y que está todo en su lugar. Podés tocar un repertorio de 10 temas y ya está. Cobrás tu plata y te vas. Acá tenés que subir a un subte, bajar, ir, venir, pelearte con uno, pelearte con otro, pero también tiene sus cosas buenas.

 A: ¿Y por qué decidieron arrancar con temas de Astor Piazzolla?

 CP: Porque en cierta forma decir «tango», es decir: Piazzolla, aunque no me gusta generalizar. Pero Piazzolla es lo que me despertó a mí como músico joven el reconocimiento a un virtuoso. Pensá que el loco, de repente, le puso a un tango, un bajo, un sintetizador y una batería y ¡ eso era un tango! Algo muy común ahora, en el presente, y que nosotros hacemos, pero él lo hizo hace 20 años. Fue todo un adelantado. Pero nosotros para tocar a Piazzolla nos metimos a estudiar y a comprar partituras, para poder perfeccionarnos. Ahora también queremos empezar a tocar cosas de Aníbal Troilo. Aunque todavía no decidimos la identidad de la banda en cuanto al rubro que vamos a tocar. A veces nos preguntamos: ¿nos quedamos en el tango o salimos?

 A: ¿Y qué resolvieron?

 CP: Que vamos a empezar a componer milongas y temas más roqueros.

 A: Ah, también componen»¦

 CP: Sí, yo compongo ese estilo de temas. Lo que pasa es que como escucho tanto a Piazzolla, muchos me dicen, cuando toco mis composiciones, que se las afané a él. Pero en definitiva estamos viendo todavía donde nos vamos a quedar. Aunque por suerte con este primer CD nos está yendo muy bien y ya estamos trabajando en un segundo con este quinteto armado.

 A: ¿Creés que en estos últimos años se fue dando un resurgimiento del tango?

 CP: Totalmente, pero no sé si decir resurgimiento, porque el tango siempre estuvo, lo que pasa es que ahora tiene mucho más fuerza. En la Argentina el tango es su música representativa, como Estados Unidos tiene el jazz.

 A: ¿Te parece que existen espacios para que bandas como «Un vagón» puedan desarrollarse?

 CP: Sí, algunos espacios hay. Pero generalmente la ciudad de Buenos Aires es un movimiento muy capitalista, que cuando uno quiere ir a llevar un demo o una carpeta de tu banda, te dicen: ¿querés tocar?, déjame que te escuche. Pero al día siguiente volvés y agregan: podés venir a tocar tal día, pero tenés que pagar $100 de sonido y de luz. O sea, te quieren cobrar a vos, para que vayas a tocar.

 A: ¿Y cómo se hace para luchar contra eso?

 CP: Haciendo una movida más under. Tocando en el subte y en fiestas privadas, o en casas de amigos, para que la gente nos conozca en directo. Por eso, todos los domingos vamos a Recoleta, a Plaza Francia, y tocamos ahí, para que todos nos puedan escuchar libremente. Pero no tocamos en esos lugares capitalistas, en donde son unos hijos de puta, que arman un circuito propio y que les pagan siempre a los mismos. Aunque a pesar de esto, a nosotros, nos va bien igual.

Apropiarse de un espacio y convertirlo en otro. Utilizar lugares no convencionales para poder manifestar cualidades artísticas negadas en otros contextos que deberían haberlas promovido e incentivado.

Dejarse llevar por el deseo irreprimible de una vocación que se niega a mutar y que no se resigna a quedar arrinconada en algún rincón lejano de la conciencia.

Afortunadamente, «Un vagón» pudo hacer todo esto y lograr hacerse visible en un medio que suele terminar con el talento y las ganas de cualquier virtuoso que lucha por ganarse un lugar y expresar su arte.

Ojalá que existan muchos «Vagones» que puedan alcanzar lo mismo y que no queden sepultados bajo el olvido y la indiferencia.

Mariano Minasso


Más información en: www.unvagon.com.ar



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