07/11/2012

¿Por qué nos importa el Presupuesto 2013? (parte I)

Congreso Nacional - Votación de la Ley de Presupuesto Nacional Cada septiembre comienza en el Congreso de la Nación el debate de la Ley de Presupuesto para el año siguiente. Las tapas de los diarios cuestionan las previsiones de crecimiento, avalan las prioridades de gasto, y en general nos muestran a políticos/as que atacan y defienden los números que figuran en el Presupuesto dependiendo del partido al que pertenezcan. Ahora bien, como trabajadores/as, ¿para qué nos sirve el Presupuesto? (Por Martín Kalos para ANRed)


El Presupuesto es el resultado, plasmado en papel, del proceso de planificación que lleva a cabo cada año el Gobierno. En esa planificación prevé, ante todo, cuántos recursos tendrá disponibles. En segundo lugar cómo asignará esos recursos a algún gasto (o eventualmente a ahorro). Aquí radica su relevancia para nosotros/as, en la medida en que los asigne a gastos que nos benefician como trabajadores/as. Sin ir más lejos, el gasto público tiene un rol destacado en la economía, por ejemplo impulsando la oferta productiva (a través de la inversión pública) y la demanda agregada (a través de políticas de ingreso e inclusión, como la mayor cobertura del sistema previsional o la Asignación Universal por Hijo).

¿Cuáles son los principales lineamientos del gasto público previsto para 2013 por la Administración Pública Nacional?

Para 2013 se estima que se gastarán $ 628.629 millones, un incremento del 16% respecto de 2012. Un primer punto de comparación es qué representa esto contra la inflación: si se gasta un 16% más, pero la inflación ronda el 23% (de acuerdo a las estimaciones de los Institutos Provinciales de Estadística), significa que de hecho el Estado Nacional podrá comprar un 7% menos de bienes, servicios y horas de trabajo. Esto implica entonces una reducción real del gasto. Cuando a lo largo de este análisis se diga que un determinado rubro del gasto aumentó menos que el 23% (que será lo más habitual, dado que en promedio los gastos se elevan un 16%) significará que el Estado podrá comprar menos que el año pasado para ese rubro. La inflación «admitida” por el Gobierno en el Presupuesto 2013 es de apenas un 11% – claramente menor a la que verificamos día a día cuando efectuamos nuestras compras habituales -.

Gasto social

Empecemos por el principal rubro del gasto: la Seguridad Social, que acapara en 2013 el 44,8% del gasto total. Se pagarán en 2013 casi 6 millones de jubilaciones y 1,3 millones de pensiones no contributivas. La jubilación mínima hoy es de $ 1.880, 31% mejor que hace un año: esta mejora implica una mayor equidad entre los trabajadores que cobran haberes previsionales (que son el 94% de las personas mayores de 65 años). La Seguridad Social también incluye el gasto para la Asignación Universal por Hijo, que beneficiará en 2013 a 3,6 millones de niños/as en 380.000 familias que no tienen acceso al mercado formal de trabajo. Esto se suma a las 220.000 Asignaciones por Embarazo, a los 3,8 millones de niños/as que cobran la Asignación Familiar por Hijo (ya que sus padres sí tienen un empleo formal) y a otras 4,5 millones de otras Asignaciones Familiares (por Nacimiento, Ayuda Escolar Anual, Cónyuge, Maternidad, etc). También se incluye en este rubro el Programa de Ingreso Social con Trabajo «Argentina Trabaja” que aumentaría la cantidad de beneficiarios en un 40% en 2013. Este programa brinda seguridad social, cobertura de salud y un ingreso mensual de $1.200 (al cual se añadieron, a partir de 2012, $300 por productividad y $250 por concurrencia a las actividades del programa).

El logro de un ingreso básico universal para la niñez (para que su calidad de vida y desarrollo no dependa de si sus padres pueden trabajar o no) constituye un paso fundamental a la hora de hablar de distribución de la riqueza y de igualdad de oportunidades. Así se desvincula la posibilidad de tener un ingreso (en este caso, específicamente para el cuidado de los/as hijos/as) respecto del acceso al mercado de trabajo. En una economía liberal, esta última es la única forma de acceder al dinero para el grueso de la población, que no puede vivir de ganancias o rentas. Pero a la vez este tipo de políticas es necesaria justamente por la imposibilidad (inherente al desarrollo del sistema capitalista) de brindar empleo a todos/as los/as trabajadores/as. Es una transferencia de recursos que busca garantizar cierta contención social a los sectores más vulnerables, legitimando así el funcionamiento del sistema en su conjunto.

Por su parte, el gasto en educación se incrementa un 19% interanual en 2013; mientras que los estipendios en la función de ciencia y técnica se elevan apenas un 12%. Se sigue cumpliendo la meta del 6% del PBI (establecida por Ley) para estos rubros y representa casi el 8% de los gastos presupuestados, con una porción relevante destinada al programa ConectarIgualdad.com.ar. La función Salud abarcará el 4% del total de gastos en 2013, siendo uno de los rubros que más crece (30%) respecto de 2012.

Subsidios a empresas privadas

¿Qué ocurre con las transferencias directas de dinero, del Estado a las empresas privadas? En 2013 se reducen un 11%: la principal razón es que caen los subsidios destinados a mantener las actuales tarifas eléctricas (a través de la compra de fuel oil y gas oil para abastecer a las centrales térmicas, y de la importación de energía eléctrica). También se destaca la eliminación de la partida presupuestaria para subsidiar la tarifa del subte de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en medio de la disputa política con el Jefe de Gobierno de esa ciudad por su traspaso. Estas dos reducciones de transferencias podrían repercutir en alzas en las tarifas eléctricas y el pasaje del subte, encareciendo el costo de vida de los/as trabajadores/as.

(Este artículo continúa en la Parte II, donde se analizan los impuestos que cobra el Estado Nacional y el resultado de sus políticas sociales en el largo plazo.)

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Por Martín Kalos (Economista. Militante de COB-La Brecha. twitter @martinkalos)



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