21/12/2005

Pagando lo que no se debe (mientras se mantiene impaga la deuda social)

lucitatapa.jpgA continuación reproducimos el siguiente artículo de Eduardo Lucita, integrante del colectivo E.D.I. (Economistas de Izquierda) y director de la revista marxista Cuadernos del Sur. El autor afirma que «a pesar saldar su deuda con el FMI, la Argentina sigue manteniendo una deuda gigantesca (…) La negociación de la misma, calificada oportunamente por el Presidente de la Nación como «la más exitosa de la historia», significa fuertes compromisos a cumplir, que implican hipotecar al país por varias generaciones».


Sólo 48 horas después de que Brasil anunciara la cancelación de su deuda con el FMI, el presidente Kichner anunció con toda la pompa que nuestro país seguía el mismo camino. Se pagará por adelantado una deuda cuya legitimidad no es comprobable y que ya ha sido pagada varias veces.

En paralelo, la cámara de Diputados de la Nación daba media sanción -con el voto de justicialistas, macristas y sobichistas- al proyecto de Presupuesto para el año 2006, tal como fuera presentado por el anterior ministro Lavagna y ratificado por su reemplazante Miceli.

Ambas decisiones señalan el rumbo asumido: mantener el privilegio de los ya privilegiados. Sean estos el FMI en el plano internacional o los detentadores del poder económico más concentrado en el plano local.

Veamos:

a) La política de desendeudamiento, que ya venía siendo aplicada por el gobierno nacional pagando puntualmente los vencimientos, se completa ahora pagando al contado los vencimientos de los próximos tres años, y es presentada como una maniobra que permitirá recuperar soberanía y autonomía en las decisiones, ya que el país dejará de estar sometido a las auditorías y monitoreos del FMI. (Se deja de lado que estos controles estaban suspendidos desde hace dos años, ya que Argentina no tiene ningún convenio vigente con el Fondo).

Sin embargo, cuando se analiza el panorama internacional, se comprueba que todos los grandes deudores del Fondo están siguiendo la misma política: primero fue Rusia hace un año atrás (pagó 52.000 mill. de dólares); luego hace dos días Brasil (15.500 mill.), y ahora Argentina (9.810 mill.). Turquía, el otro gran deudor (16.000 mill.), está pagando a su vencimiento sin refinanciaciones, al igual que Indonesia (6.900 mill.). En los diarios de estos días se da a conocer que en julio pasado una «recomendación» del Fondo «sugería» que Argentina debía pagar su deuda con la reservas del Banco Central. (Clarín 16.12.05)

La conclusión surge sola: más que una política autónoma de un gobierno soberano, es una línea general del FMI, que necesita reducir el monto de los créditos otorgados por una sencilla razón: el principal accionista son los EE.UU. que no están en condiciones de seguir aportando dinero fresco al fondo, precisamente por el déficit financiero del imperio.

Esta es la razón última por la cual la política de endeudamiento externo como mecanismo de financiamiento, típica de los ’90, ha concluído y ahora la política a seguir no es otra que el desendeudamiento. El beneplácito con que funcionarios del Fondo y del Departamento del Tesoro de EE.UU recibieron la noticia, habla por sí solo. Esto no significa que en estas nuevas condiciones, presididas por el agotamiento del modelo neoliberal, algunas burguesías locales intenten recuperar algo de espacio o preservar un lugarcito bajo el sol. Claro, sin sacar los pies del plato.

b) A pesar saldar su deuda con el FMI, la Argentina sigue manteniendo una deuda gigantesca, del orden de los 135.000 mill. de dólares. La negociación de la misma, calificada oportunamente por el Presidente de la Nación como «la más exitosa de la historia», significa fuertes compromisos a cumplir, que implican hipotecar al país por varias generaciones, por lo que aún, sin la auditoria del Fondo, las políticas de control del gasto social y de ajuste, aún cuando se pudieran flexibilizar, necesariamente se mantendrán. (Esto sin dejar de tener en cuenta que el Banco Mundial y el BID ejercen también cierto poder de monitoreo).

El Presupuesto 2006 es una muestra de ello. Otra vez presenta un fuerte superávit fiscal, producto de las retenciones a las exportaciones y el mantenimiento de una política impositiva regresiva, y de que no hay mayores novedades en el llamado gasto social: salud, educación, viviendas populares, y sobre todo se mantienen congelados el gasto salarial y de la previsión social, que al mantenerse en valores casi constantes se van licuando al compás de la inflación.

Por el contrario se contemplan fuertes partidas presupuestarias para subsidiar a las empresas de servicios públicos privatizadas y evitar, al menos en lo inmediato, un alza generalizada de las tarifas. Sin embargo, al pagarse la totalidad de la deuda con el FMI con Reservas del Banco Central, quedan sin uso las partidas incluidas en el presupuesto para los vencimientos del año 2006, del orden de los 6.000 mill. Cabe preguntarse acerca del destino que se dará a las mismas, ¿serán aplicadas para pagar al menos en parte la deuda social impaga?

c) Para la nueva ministra Miceli, los aumentos salariales ya no son la causa de la inflación, sin embargo el presupuesto mantiene congelados los salarios públicos, los subsidios a los desempleados y las jubilaciones y pensiones, y en cuanto a los trabajadores del sector privado se impulsa un acuerdo UIA-CGT por el cual no deberán superar la inflación en curso.

Aumento de precios, salarios reales en baja, crecimiento de las ganancias empresarias, superávit fiscal, están en la base del actual crecimiento de la economía, que sin embargo no se derrama a favor de los trabajadores y las clases populares. Hoy la diferencia entre lo que se apropia el 10% más rico de la población y lo que recibe el 10% más pobre es de 29 veces, cuando en 2001/2002 era de 26 veces.

El desendeudamiento anunciado tiene más de impacto político mediático que de beneficio comprobable. La retórica discursiva y la economía real siguen así por carriles distintos.

Eduardo Lucita – Buenos Aires – 16/12/05


Foto: Acción Fotográfica www.accionfotografica.com.ar



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