21/12/2005

Testimonios de la Marcha del 20 de diciembre

Durante la movilización, cronistas de ANRed dialogaron con Oscar Kuperman (CUBa-MTR), Gabriel Roser (MUP en el FPDS), Juan (S.I.Me.Ca.), Marcos Britos (Movimiento Intersindical Clasista), Susana Ancarola (ATE Sur), Gustavo Vera (Asamblea 20 de Diciembre Parque Avellaneda) y Juan (Agrupación Estudiantil Viejo Topo).


En el marco de la movilización, varias voces expresaron opiniones sobre la situación política actual a cuatro años del 19 y 20 de diciembre de 2001.

Oscar Kuperman, dirigente del Movimiento Teresa Rodríguez – Coordinadora de Unidad Barrial (MTR-CUBa): «Para nosotros, hay un antes y un después del 20 de diciembre de 2001. Con esto, los gobiernos hambreadores van a tener que tener más cuidado. Le decimos a Kirchner que no se ocupe de pagar la deuda externa y que pague la deuda interna. Además, lo que se le paga al FMI es sólo una parte de lo que se debe realmente, que son 127 mil millones.

«Lo que aprendimos del 20 de diciembre de 2001 es, que si no hay respuesta para la solución de los problemas de la gente, vamos a volver a salir a ganar las calles. No hemos abandonado la lucha en estos cuatro años, pese a que en muchas ocasiones no hemos salido a la calle porque las bases de nuestros movimientos tenían expectativas respecto a los cambios de gobierno. Pero ahora la situación es otra: planes sociales que se han dado de baja, aguinaldos de fin de año que no se pagaron y la no entrega de nuevos planes fueron el marco de este 2005. Estamos cansados de esta situación. Lo que queda claro en estos cuatro años es que tenemos que pelear para conseguir lo que nos corresponde».


Gabriel Roser, integrante del Movimiento de Unidad Popular (MUP) en el Frente Popular Darío Santillán: «La situación cambió mucho desde 2001. Hay más gente en la calle peleando y creo que en relación a lo que pasó ese día, lo más importante es que se siga exigiendo justicia por las muertes de los pibes».


Juan, Sindicato de Mensajeros y Cadetes (SI.ME.CA.): «El pueblo en la calle ejerció un poder que sólo él puede ejercer y terminó con un gobierno inservible.

«Hoy las institucionales de la burguesía se han recompuesto con el doble discurso kirchnerista, mientras los problemas de fondo siguen sin solución: el hambre, los bajos salarios, la desocupación, la educación, etc. Nosotros creemos que si existen estas necesidades, seguirán existiendo la organización de los trabajadores y de todo el pueblo.»


Marcos Britos, integrante del Movimiento Intersindical Clasista: «La importancia que tuvo el 20 de diciembre se ve claramente en esta movilización con toda su convocatoria. Hay elementos nuevos para incorporar luego de cuatro años, por ejemplo nosotros, que participamos como movimiento por primera vez en una marcha y que la creación de este espacio está relacionado de alguna manera con los sucesos del 20 de diciembre. El hecho de que tanto trabajadores ocupados como desocupados confluyan en un mismo espacio como este está relacionado con los sucesos de diciembre de 2001.

«El movimiento obrero debe confluir en una alternativa de orientación política que pueda enfrentar al gobierno y al Estado, y por ende a la patronal. Esta orientación debe ser de carácter programático porque se debe explicar con mucho detalle y mucha paciencia que los problemas que genera el capitalismo no pueden resolverse en el marco del capitalismo».


Susana Ancarola, ATE Sur: «Desde el 2001 hasta la actualidad en muchos sectores de trabajadores se dio el crecimiento de nuevas luchas. Los conflictos del Garrahan, o Telefónicos, son emblemáticos. Muestran claramente la decisión de la clase trabajadora de organizarse y dar la pelea. Nuestra agrupación va en esa dirección: integramos la Intersindical Clasista, una agrupación que nuclea a unas cuantas experiencias de lucha consecuente y de asamblea como máximo órgano de toma de decisión. La asamblea define cuál y cómo es el camino de la lucha.

«La Confederación General de Trabajadores, CGT, decidió ser patronal. No hicieron nada para impedir la desocupación ni la entrega de empresas. La Central de Trabajadores Argentinos, CTA, surgió como una agrupación combativa con la premisa de independencia de los partidos políticos, las patronales y el Estado. Ahora, está influenciada y atravesada por el discurso reivindicativo de la lucha de lo derechos humanos que sostiene este gobierno. Es evidente que después de usar las reservas para pagar la deuda externa tendrá que seguir hambreando al pueblo para recuperarse . La CTA hace bastante que decidió no dar una lucha consecuente con los trabajadores, han elegido el poder que no se cansa de acumular riqueza para entregarla».


Gustavo Vera, integrante de la Asamblea Popular 20 de Diciembre de Parque Avellaneda: «En los últimos cuatro años, algunas asambleas lograron consolidarse con su trabajo territorial conectados con las necesidades concretas de los vecinos de los barrios y ligados a la perspectiva estratégica del ‘Que se vayan todos’. Esta perspectiva en un momento fue de carácter inmediato y luego se convirtió en algo estratégico. Esto quiere decir que fue necesaria la construcción de poder popular con base en la democracia directa y de esta forma estar preparados para poder enfrentar situaciones como las de diciembre de 2001. En nuestra asamblea, por ejemplo, pudimos organizarnos en torno a proyectos comunitarios y productivos, además de agruparnos para enfrentar la explotación que llevan adelante los dueños de los talleres de costura contra los inmigrantes bolivianos en la zona del Bajo Flores y alrededores. Pese a los atentados y las apretadas que sufrimos por parte de la policía y los skinheads (cabezas rapadas que reivindican el nazismo), la asamblea sigue en pie. Aunque no sólo se trata de nuestra asamblea, también están las de Liniers, Villa Mitre y Villa Crespo, por nombrar algunas».


Juan Barca, Agrupación estudiantil Viejo Topo: «Uno de los reclamos del 19 y 20 era la discusión ante la crisis social y el surgimiento de sectores populares que cuestionaban la forma en que se resolvían los problemas sociales, como la falta de trabajo, la desocupación y el hambre. Surgieron nuevas experiencias que después poco a poco se fueron desgastando por como se fue recomponiendo el gobierno. Pero lo que habría que pensar, tratando de no olvidar lo que pasó en el 2001, es como desde los diferentes espacios, incluso desde el movimiento estudiantil, es no olvidar ese reclamo de «que se vayan todos» para generar otro tipo de democracia.

«Tal vez por eso desde el movimiento estudiantil este año, si bien el reclamo era específico, desde el presupuesto hasta la LES , estaba vigente el reclamo de las formas de organización, de exclusión y construcción políticas, con lo cual, si se quiere, estaba presente la construcción de otro tipo de democracia, la que tendría que ver con la democracia directa, las asambleas. También en ese punto se podría ver que el proceso de lucha del 2001 no se cerró porque se siguen practicando nuevas formas de democracia desde el movimiento social, desocupados, las agrupaciones sindicales que se organizan en asambleas y del movimiento estudiantil también.

«La realidad es que eso es muy limitado y el gobierno se recompuso bastante; con lo cual el proceso no está cerrado o sea está abierto pero hay menos explosión que antes. La pregunta tendría que ser cómo podemos seguir construyendo estas herramientas que plantean otro tipo de poder distinto al que seguimos teniendo que responde a sectores sociales y económicos particulares».



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