Asesinato en la U11 de Neuquén
El pasado jueves falleció Cristian Ibazeta, un interno de la U11 de Neuquén que fue atacado brutalmente con 24 cortes y puntazos en su celda. Desde la asociación Zainuco acusan a la policía y exigen la renuncia de funcionarios de la cúpula policial y del Poder Ejecutivo, «el arma más poderosa que tiene la policía es la impunidad». Por ANRed Comahue
Cristian Ibazeta, de 32 años, se animó a denunciar siete veces el hostigamiento policial y los abusos a los internos de la Unidad de Detención N°11 de Neuquén. Estaba cansado de las requisas humillantes a su madre y de las constantes golpizas. Cumplía una condena de nueve años y un mes por robo calificado. Cristian fue el principal testigo de la causa que, en 2010, juzgó a 27 policías imputados por reprimir y torturar a internos de ese penal en 2004. La medianoche del lunes 24 de mayo pasado, Cristian fue atacado brutalmente en su celda. Dos días después, el jueves de esa semana, murió en el hospital Castro Rendón de Neuquén a causa de las 24 heridas corto punzantes que le propinaron en el cuerpo. Estaba a un mes de comenzar sus salidas transitorias.
¿Quiénes? La guardia del penal sugirió que se trató de una pelea entre internos. Como siempre. Sin embargo, dos hechos parecen desmentir esta hipótesis. La primera, que Cristian no presentaba signos de resistencia en sus manos, lo cual podría indicar -si la autopsia lo confirma- que fue «planchado» con psicotrópicos antes de ser atacado. Por otro lado, el joven había contado a representantes de Zainuco -la asociación que brega por los derechos de las personas privadas de la libertad en Neuquén- que sus problemas no eran con los demás presos, sino con el personal penitenciario. Es que la requisa había roto las zapatillas nuevas que su madre -quien padece de esclerosis múltiple y ya no puede visitarlo- había enviado de regalo. «Tratamos de tranquilizarlo para que no fuera sancionado y perdiera su salida transitoria», señalaron desde Zainuco. «Igual ya sabía que iba a buzones y nos pidió que informáramos a la Dra. Florencia Martini de la Cámara Segunda, por este y otros problemas», dijeron.
Las horas de Cristian ya estaban contadas. Minutos antes de la medianoche fue encontrado en su celda desangrándose a causa de las 24 heridas corto punzantes que le habían propinado en el cuerpo. Su estado fue crítico hasta que el jueves por la tarde falleció. Tenía el bazo destruido, doble neumotórax, fractura de mandíbula y pérdida de piezas dentarias.
«Nosotros no tenemos dudas de que fue la policía la que ejecutó el homicidio de Cristian, y si no fue así, fue la que lo mandó a matar», aseguró Pedro Villegas, representante de Zainuco. Según explicó, hay muchas metodologías mediante las cuales podría haberlo hecho: «o lo mató directamente, o mandó a otros a matarlo, o dejó la zona liberada para que lo hagan», señaló.
El lunes por la mañana la asociación brindó una conferencia de prensa junto a familiares de la víctima para repudiar el hecho y exigir la renuncia del Ministro de Seguridad, Gabriel Gastaminza; del Jefe de la Policía, Raúl Laserna; y del Jefe de Unidades de Detención, Carlos Brondo. Brondo se desempeñaba como Jefe de Seguridad Interna durante la represión del 2004. Fue señalado como el principal responsable del operativo, pero «por una falla en la instrucción» no fue imputado en la elevación a juicio.
Desde Zainuco apuntaron a la responsabilidad tanto del Poder Judicial como del Poder Ejecutivo. «Hace un mes y medio habíamos tenido una reunión con Gastaminza donde le comentamos estas situaciones. Él dijo que estaba trabajando en eso y que pronto estaría lista la cárcel de Senillosa», explicaron. Sin embargo, Villegas aseguró que los problemas no son edilicios, sino del personal penitenciario: «si mandan al mismo personal a la cárcel de Senillosa va a seguir torturando y matando».
Zainuco patrocinará a la familia de Cristian, quien se constituyó como querellante en la causa. También solicitarán al fiscal ante el Tribunal Superior de Justicia -el subrogante Ricardo Cancela- la unificación de la causa, que se desdobló en dos: una que investigaría el homicidio de Cristian y otra que se ocuparía de posibles incumplimientos de funcionarios públicos por parte de la policía. «Es una locura total porque es la misma policía la que lo mató o la que lo mandó a matar, y el delito es uno solo, el hecho es uno solo y la investigación tiene que ser una sola», denunció Villegas.
De los 27 policías imputados y procesados por torturar presos en la U11 sólo 6 fueron condenados en el juicio de 2010. De ellos 6, sólo 2 a prisión efectiva. «El arma más poderosa que tiene la policía es la impunidad» , afirmaron desde Zainuco. Una vez más quedó demostrado.