Justicia por el femicidio de Liliana Garabedian
Familiares, amigxs y organizaciones de la sociedad civil y La Casa del Encuentro realizaron ayer 26 de abril un acto frente a la Casa de Catamarca, en Avenida Córdoba 2080, Ciudad de Buenos Aires, en reclamo de Justicia por el femicidio de Liliana Garabedian ocurrido en diciembre de 2010.
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Liliana Garabedian de 37 años apareció muerta en un campo del departamento de Capeyán, en la provincia de Catamarca, en diciembre de 2010.
El caso no fue investigado propiamente por el fiscal Ricardo Javier Herrera y ya muchos comparan el crimen con el de María Soledad.
Liliana vivía con sus hijos y su marido Roberto Barros en Catamarca. Las cosas no andaban bien, su marido la golpeaba constantemente y ella le pidió el divorcio.
El 5 de diciembre de 2010 Liliana fue arrestada por «averiguación de antecedentes”, un arresto absolutamente ilegal, en la casa de su cuñada. La familia de su marido tiene varios integrantes que son policías.
Fue trasladada a una comisaría y luego llevada a un hospital para una pericia psicológica. Luego de ese examen ella desapareció y su cuerpo sin vida fue encontrado días después en un campo.
El cuerpo fue denunciado por el dueño de la propiedad a las once de las mañana y la policía fue al lugar a las cuatro de la tarde «porque hacía mucho calor”. Además, el fotógrafo judicial no se presentó porque «tenía otro trabajo”.
Liliana apareció con una remera blanca que estaba completamente limpia cuando su cuerpo presentaba raspones, picaduras, pasto y suciedad. No tenía ropa interior ni pantalones. El fiscal dijo al respecto: «Habrá tenido calor” y otra de sus respuestas fue «las ropa se la habrán llevado los animales de la zona”. Las prendas nunca aparecieron.
La fiscalía dijo que el cuerpo había estado en el campo desde hacía mucho tiempo aunque las evidencias por el estado de descomposición mostraban lo contrario. El celular de su marido se activó en esta zona el 9 de diciembre, pero para el fiscal eso no fue relevante.
En la camioneta de Barros había tierra, pastizales, arenas y una huella digital que no se comparó con la víctima. Tampoco se hicieron análisis toxicológicos de las vísceras y después de la autopsia se dijo que Liliana había muerto por inanición y deshidratación, lo que sería falso.
Barros sigue con la tenencia de los hijos y nunca fue investigado.
Fuente: El Martillo Judicial
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