17/02/2012

Desde la corrupción hasta el calvario de la explotación sexual

tapa.bmpEn la mañana del pasado miércoles 15 de febrero Susana Trimarco continuó con la declaración en el juicio por la desaparición de Marita Verón . En esta jornada se detuvo más en los detalles de los testimonios de las chicas rescatadas y en la complicidad del gobierno de Miranda, en el negocio de la trata y en el caso de «Marita” en particular. Por ContraPunto-RNMA


El quinto día de juicio comenzó esta mañana con el testimonio de Susana Trimarco. A diferencia de ayer, Susana se mostró más calma en el relato, deteniéndose más en los detalles y en el «día a día” de la búsqueda de su hija, la solicitud de no ser interrumpida por los abogados se mantuvo firme, al punto que hasta al mismo tribunal le costaba pausar su relato.

Las protagonistas del testimonio de hoy fueron las jóvenes rescatadas de las redes de trata y prostitución de La Rioja durante la búsqueda de «Marita”. Susana comenzó por contar la experiencia de Anahí Manacedo, una joven cordobesa de 23 años que fue rescatada de los primeros allanamientos realizados en el prostíbulo regenteado por Irma Medina, «Candilejas”, en La Rioja. Anahí vivió en la casa de la familia Verón durante dos meses luego de ser recatada del prostíbulo, «cuando la llevamos estaba toda golpeada, con un derrame en el ojo y un golpe muy grande en la cadera”, comenta Trimarco, y continúa el relato, sumando que diariamente debían consumir drogas «para estar contentas y que trabajen”. Aparentemente, Anahí Manacedo estuvo con «Marita” en el mismo prostíbulo puesto que brindó una descripción que coincidía hasta en los detalles más mínimos.

Anahí, comenta Trimarco, fue quien le conto cómo era el calvario que vivían las chicas allí adentro. Una vida en donde no decidían cuando dormir, ni que comer, ni cómo vestir, sino que tenían que hacer pases (tener relaciones sexuales) permanentemente, «hasta 40 tipos por día”, consumir droga para aguantar y estar fuera de sí, ser maltratadas tanto por los clientes como por los proxenetas, no recibir nada de dinero a cambio de su «trabajo” y además, estar permanente endeudadas en una cuenta ficticia que sólo manejan quienes regentean los prostíbulos.

Entre otras historias de chicas que, siendo víctimas de la explotación sexual, estuvieron con «Marita” Verón, mencionó a Blanca Vives, vendida a los 13 años por su padrastro a un remisero de «5 estrellas”, quien a su vez la vendió a Irma Medina que la tuvo 2 años en su prostíbulo. Blanca sumó el dato de que «Marita” era «la doña”, es decir, la pareja de «Chenga” Gómez. La joven cuenta que «Marita” tenía prohibido hablar o verse con las otras chicas, le habían teñido el pelo de rubio, usaba unos pupilens celestes y la habían obligado a tener un hijo con «Chenga”.

Andrea Romero y Miriam Zelaya, fueron otras dos víctimas menores de edad secuestradas por Azucena Márquez (imputada) en La Pampa y llevadas directamente a «Candy”, otro prostíbulo de La Rioja. Andrea habría conversado en alguna ocasión con «Marita”, quien le habría recomendado que «haga lo que le digan”, si no le harían lo mismo que a ella, indicando una puñalada en la espalda y el hijo que habría tenido con «Chenga”. Según Andrea, ese día hicieron un pacto, en donde la primera que pueda escapar buscaría a la madre de la otra para avisar en donde estaba su hija. Y Andrea, pocos meses después de ser secuestrada, fue rescatada en un allanamiento en donde buscaban a «Marita” y pudo contarle a Susana Trimarco lo que ella hoy declaró.

Miriam Zelaya, Fátima Mansilla, Andrea Da Rosa y otras tres jóvenes más, fueron rescatadas de prostíbulos durante la búsqueda de María de los Ángeles Verón. Algunas de ellas declararán a lo largo del juicio, y otras ya brindaron información que fue imprescindible para continuar con la búsqueda.

Los palos en la rueda

Durante la investigación, la familia Verón no sólo fue descubriendo el negocio de la trata de mujeres, sino también que el gobierno provincial era parte del mismo.

Julio Díaz, en ese momento Sub Secretario de Seguridad de la provincia, habría mandado en dos ocasiones a personas para desvíen la investigación o averigüen sobre los datos que conseguía la familia. Uno fue un hombre que decía saber y asegurar que «Marita” estaba en Salta y otra fue una psicóloga enviada por Díaz para que acompañe permanentemente a Micaela Verón, la nieta de Trimarco.

Otra situación se dio cuando Andrea Da Rosa, una de las víctimas, se negó a declarar ante el Juez Moreno, puesto que él era cliente preferencial de Medina, para quien también organizaban fietsas para el poder judicial y pedían «que lleven las mejores chicas”.

Baclini, secretario de la fiscalía a cargo del caso, habría recibido 120 mil pesos de Irma Medina para que detenga las investigaciones y los mantenga al tanto de los posibles allanamientos, según declaró Trimarco.

El juicio llegó hasta el mediodía, cuando el Tribunal solicitó un cuarto intermedio para el próximo miércoles 22 de Febrero, a las 08.30 hs.

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[Ni Miranda se salvó de las denuncias de Trimarco ->
http://prensacontrapunto.com.ar/index.php?option=com_content&task=view&id=2889&Itemid=1]

Declaraciones cruzadas y cabos sueltos

FOTO: ContraPunto

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