Vida en Falcon: dormir en el auto

El documental de Jorge Gaggero refleja la problemática de dos hombres que lo perdieron todo y deben sobrevivir a bordo de lo único que les queda: sus viejos y destartalados Ford Falcon.

Parece una historia de ficción, de esas a las que el cine nacional últimamente nos tiene tan acostumbrados, y que a veces suelen confundir y perturbar al espectador por el realismo y el naturalismo con que sus imágenes son exhibidas en la pantalla. Pero no lo es, porque se esta ante la presencia de un documental que nos muestra de forma más que despojada la vivencia de dos hombres que deben sobrevivir a bordo de sus autos, marca Ford Falcon.

Sí, una marca que en la actualidad es sólo un recuerdo anacrónico, tanto como esa clase media que solía elegirla por su amplio confort y espacio. Aunque también, y al mismo tiempo, ese Ford Falcon, representa a un fantasma oscuro y tétrico de los años setenta que no conviene olvidar.

Y es así, que hoy lo vemos destartalado y arruinado, reciclado para servir a una nueva función: como alojamiento de los desposeídos, de aquellos que ya nada tienen y ven en esos fierros oxidados la única manera de seguir manteniendo/ simulando un hogar.

Dado que eso es lo que pretenden sus protagonistas, porque tanto Luis como Orlando, buscan no quedar afuera de una realidad que los ha expulsado y arrojado crudamente a la calle, a la vista de todos, transformados en una escena fija, de esas que son imposibles de borrar.

Pero ellos no se resignan, siguen luchando e intentan desesperadamente mantener una dignidad que día a día se les hace más insostenible y lo peor que les puede pasar y nos puede pasar, es la naturalización de ese paisaje que se espía velozmente para luego introducirnos en nuestra confortante burbuja.

Por eso bienvenida sea la cámara de Jorge Gaggero, quien una vez más se sumerge en la decadencia y el declive sufrido por los argentinos luego de la crisis de 2001, pero a diferencia de «Cama adentro» (su anterior película, narrada de forma ficcional, pero no menos certera), ahora el director decide retratar a dos entrañables personajes reales, que pueden resultar la envidia del más ingenioso y creativo de los guionistas.

Y lo hace de la mejor manera posible, mediante un riguroso seguimiento, en donde Gaggero llega a convivir cuatro meses con Luis y con Orlando, para mostrarlos tal cual son y escucharlos hablar en su propio lenguaje, en sus vivencias más rutinarias y cotidianas, pero también para reflejarlos en sus contrastes, marcando una oposición entre esa unión que simbolizan esos Ford Falcon.

Porque si para Orlando, el más veterano, ya no quedan dudas posibles y no imagina vivir en otro lado que a bordo de su auto, hasta el punto de rechazar la invitación de una vecina que le ofrece alojamiento. Otro, en cambio, es el panorama para Luis, novato y lleno de incertidumbres, sin acostumbrase a pasar el resto de su vida a bordo de ese vehículo derrumbado. Pero, sin embargo, dispuesto a escuchar a su amigo que no para de hablar sobre las ventajas de habitar sobre esos fierros inmóviles que no conducen a ningún lado.

Acaso como una metáfora de la vida de estos hombres que han quedado inertes, fuera de la rutina y del esquema capitalista que impone el constante movimiento; ese permanente aceleramiento que deja afuera todo aquello que va quedando averiado en el camino, sin ningún tipo de compasión y fundamentalmente, sin detenerse nunca.

Sin lugar a dudas, gran documental el de Gaggero, quien ya parece perfilarse como un agudo observador de la decadencia de buena parte de la sociedad argentina, especialmente ese sector de la clase media, que no suele resignarse prontamente a instalarse en esa perversa y nefasta categoría residual, porque sabe que una vez allí depositado sólo le espera el olvido.

Hasta que, claro está, una cámara de cine o televisión los venga a rescatar y a exponer con diferentes propósitos y usos, pero siempre sólo por un rato, mientras dure la función.

VIDA EN FALCON

 Dirección: Jorge Gaggero

 Guión: Pablo Fendrik y Jorge Gaggero

 Protagonistas: Orlando y Luis.

Cines:

 Cosmos, Av. Corrientes 2046

 Malba / cine, Av. Figueroa Alcorta 3415

Por Mariano Minasso