04/12/2011

«Ahora vas a ver lo que es la tortura»

3-505.jpgEl 10 de agosto del 2009 el consejero estudiantil Facundo Ferray presencia la violenta detención de un joven por dos agentes de civil: Guillermo Salas y Gastón Mónaco. Su pedido de explicaciones acerca de la acción policial lo llevó a los calabozos de la Comisaría 1°, donde la tortura y el armado de causa fue la respuesta de los oficiales. La versión policial fue la única que tuvo en cuenta la Justicia. Aquel chico que el servicio de calle detenía había sido víctima del ataque perpetrado un año antes en Plaza San Martín al grupo de chicos conocido como «la banda de la frazada”, hecho que a su vez retoma a Salas y la Comisaría 1°. Por Indymedia La Plata

El operativo Plaza San Martín

Hacia el 2008 la Comisaría 1° tiene por Comisario a Daniel Piqué; el Teniente 1° Guillermo Salas y el Subcomisario Bravo Diego dirigen el servicio de calle. Los medios locales advierten sobre un nuevo terror en la ciudad: «la banda de la frazada”, integrada por chicos y chicas en situación de calle que duermen en la glorieta de la Plaza San Martín, ubicada en el corazón platense, entre la Legislatura y la Casa de Gobierno.

A fines de julio, militantes de distintas organizaciones sociales conforman «Autoconvocados por los Derechos de los Pibes de la Calle” e inician una olla popular en la plaza con el fin de reclamar por la situación de abandono que se encontraban los niños que allí dormían. A lo largo de los días las represalias de la Comisaría 1° se repiten. Tras cinco noches, el 25 de julio, un grupo de personas ataca a los niños y niñas con palos y cadenas, corriéndolos a lo largo de la plaza. Una de las agresoras se identifica a un integrante de autoconvocados como «yuta” y le enseña un revolver que poseía en una cartera. Mientras tanto, cuatro bici policías empujaban a la Plaza a aquellos chicos perseguidos que intentaban escapar del lugar.
Guillermo Salas fue ubicado al frente de la investigación, sin realizar mayor tarea que afirmar «hasta el momento no se ha logrado identificar a los denunciados”. Sin embargo, para aquel entonces, cuando recién se iniciaban las actuaciones, ya se habían realizado las primeras identificaciones. La oficial que se presentó como «yuta” era la Sargento Sandra Rita Salerno del Agrupamiento Administrativo, legajo 133.800. Mientras tanto, los oficiales pertenecientes al grupo ciclista eran el Oficial Fallecen Juan, Oficial Hurcade Facundo, Oficial Aloil Rodrigo y la Oficial Ibañez Vanesa. Estos declararon haber recorrido aquella noche la plaza sin encontrar más que un hombre que les dijo que «minutos antes hubo problemas con unos chicos (…) que según ellos eran los menores que en forma permanente concurren a la plaza”
La Comisaría 1° demostró su capacidad operativa cuando luego de una movilización hacia la dependencia policial realizada a dos días del ataque, se encargó de armarle una causa a uno de los integrantes de «autoconvocados. Los ágiles agentes relacionaron la voz de quien afuera pronunciaba un discurso con la de aquel que días atrás se había presentado para retirar los colchones secuestrados a los chicos. Acusado de realizar pintadas en las paredes de la dependencia, se le radicó una denuncia que se extinguió a los pocos días cuando la Fiscal Virginia Bravo dictó el sobreseimiento.
La investigación sobre quiénes perpetraron el ataque no prospero. Luego de unos pocos meses en los cuales los militantes denunciaron insistentes amenazas a ellos y los niños, la Comisaría 1° fue apartada de la investigación. Otra causa pasaba así a dormir en el Juzgado de Garantías N°2 de César Ricardo Melazo, esta vez de la mano de la Fiscal Virginia Bravo.
Guillermo Salas

Lo de Aníbal

5-403.jpgSon las ocho y media de la noche del 10 de agosto de 2010. Diez policías y tres patrulleros se apuestan en calle 5 entre 50 y 51, al lado del local de comidas conocido como «lo de Anibal”. Facundo Ferray, un joven de 30 años, se encuentra discutiendo con dos policías vestidos de civil: Guillermo Salas y Gastón Mónaco. Ambos intentan agarrarlo, pero la resistencia del joven aferrado a su bicicleta es mayor. Una decena de curiosos observa la escena y algunos se acercan pidiendo que dejen de pegarle. Los oficiales uniformados se suman al forcejeo hasta que logran tirar el joven al piso y entre patadas uno de los oficiales le coloca la rodilla en la nuca mientras Salas lo esposa.
El joven es puesto de pie y grita que «él no había hecho nada y lo estaban secuestrando”, según el relato de uno de los testigos. Es empujado contra el patrullero cuando un hombre se acerca para preguntarle si desea que le avise a alguien. Él llega a enumerar los primeros números de un teléfono antes de que Salas le cruce el brazo por el cuello y lo meta en el patrullero.

Minutos antes, Salas y Mónaco se movilizaban en las inmediaciones de 5 y 50 en un Chevrolet Corsa, cuando vieron a Josecito de 15 años junto a dos amigos. El servicio de calle de la Comisaría 1° tenía la orden impartida una semana atrás por el Juez Hugo Rondina de «buscar, localizar e internar” al joven.
Josecito fue víctima del ataque del 2008 a los chicos que dormían en la plaza y cuando Salas y Mónaco procedieron a su detención, aun se encontraba en situación de calle. Como sus amigos, el joven sufría una fuerte estigmatización de los medios locales e incluso nacionales. El diario Clarín en su edición del 25 de julio de 2009 tituló «Tiene 15 años y ya suma 43 detenciones por robos”. El Defensor Juvenil, Julián Axat, presentó durante aquellos días una denuncia penal por el delito de acción pública, señalando que la mayoría de las detenciones respondían a averiguación de antecedentes, afirmando que «por lo tanto, la información que dicha seccional -Comisaría 1°- brinda a los medios de prensa resulta no ser solo fraudulenta y poco veraz, sino que se trata de una forma de manipular la información pública”. El defensor oficial también denunció «una grave ausencia u omisión por parte de los Servicios encargados de recibir las derivaciones policiales”, tales como el Servicio Zonal. Sin embargo, aquella tarde en 5 y 50, Salas y Mónaco volvían a arrestar al joven.
Facundo Ferray, estudiante de la Facultad Ciencias Jurídicas y Sociales y consejero directivo de la misma, se dirigía en bicicleta hacia su casa. En 5 y 50, señaló haber visto «dos personas adultas que tenían un menor contra la pared sosteniéndolo del cuello”, por lo que decidió detenerse. Salas tomó nota de la presencia del joven y le preguntó qué hacía en ese lugar, afirmando que se trataba de un operativo policial y no tenía nada que hacer allí. El joven no se retiró y les pidió que se identifiquen como policías, ya que no tenían credencial o insignia alguna. En pocos minutos, más de diez uniformados se presentaron en el lugar y se sumaron a la discusión. José fue subido a un patrullero y llevado a la comisaría pero los oficiales permanecieron en el lugar. Salas y Mónaco le exigieron a Ferray que se identifique, a lo que respondió con su nombre y afirmando que era estudiante de abogacía y conocía el Derecho Penal, teniendo ellos la obligación de identificarse. Los oficiales le pidieron entonces que suelte la bicicleta porque lo iban a llevar detenido.
Gastón Mónaco

En la Comisaría

4-449.jpgFerray es subido al patrullero bruscamente. A un costado se sienta Mónaco quien empieza a insultarlo y decirle que era un hijo de puta, un zurdo de mierda, que los derechos humanos eran para proteger a los delincuentes. En el corto viaje hasta la Comisaría 1°, las amenazas de los oficiales no ceden, diciéndole que le iba a dar miedo cada vez que viera un patrullero y realizando afirmaciones tales como «cuando lleguemos te voy a hacer romper el culo” y «ahora vas a ver lo que es la tortura”.
En la Comisaría se le requisa la mochila sin ningún testigo presente y donde según el acta policial se le «encontró un cuchillo de 20cm de largo”. Ferray es llevado a una sala ubicada en el patio de la Comisaría donde lo obligan a desnudarse y mirar la pared mientras le preguntan los datos. Mónaco insiste con el amedrentamiento, gritándole que ahora iba a ver lo que era meterse con ellos, y aprovechando una baja en la tensión insinúa «uy, en el fondo están usando la picana”. A las 4.30 sería puesto en libertad sin saber aún que una causa se había iniciado en su contra, acusado de «resistencia a la autoridad y usurpación de títulos”.

En los tribunales

La causa en su contra se inicia con las declaraciones calcadas del Teniente 1ro Guillermo Salas y el Teniente Gastón Mónaco. Ambos afirman que cuando esperaban el móvil para trasladar a José a la Comisaría, se hace presente un joven que dice ser abogado del Comité Contra la Tortura y exige la liberación del detenido. A pedido de ser identificado se niega reiteradamente y trata de darse a la fuga. Tras un forcejeo es reducido y llevado a la Comisaría donde se le incauta una cuchilla.
El testigo del hecho es Aníbal, dueño de la casa de comidas al lado de la cual se sucedieron las detenciones. En su declaración sostiene lo mismo que los uniformados, pero citado posteriormente por la justicia a pesar de reconocer su firma al final de la foja niega haberla leído. «La policía me llevó los papeles para que los firme en mi negocio, yo no declaré ni me preguntaron nada, ni tomaron apunte de nada que yo dijera” aclaró en la Fiscalía. El hombre de 64 años afirmó que «por lo menos una vez más me ocurrió que me llevaran los papeles para firmar, pero no recuerdo ni cuando fue”. A pesar de esto no se dio curso a investigación alguna acerca de esta práctica policial.

Tampoco se procedió en la investigación por las agresiones sufridas por Ferray, tal ccomo solicitó el Centro de Protección de los derechos de la Víctima. También la Fiscalía pidió al Tribunal de Familia N°2 «se informe si al efectivizarse la detención dispuesta se ha constatado algún tipo de lesión o maltrato para con el menor por parte del personal policial interviniente”. Sin embargo, el Juez Rondina ignoró el pedido, a pesar de que Josecito presentara un golpe en la mandíbula izquierda que requirió de un tratamiento médico.
La causa que sí avanzó fue la que encontró al estudiante de abogacía por imputado. La misma se desarrolló velozmente hasta llegar al día 9 de septiembre, en que el Juez de Garantías N°2, César Melazo decidió elevar a juicio la causa, accediendo al pedido de la Fiscal María Laura D’ Gregorio. Pocos días después, tras la apelación realizada por la Defensa, Ferray lograría el sobreseimiento.

Foto de tapa: Uno de los jóvenes heridos durante el ataque enseñaba las marcas

Foto 1: Guillermo Salas

Foto 2: Gastón Mónaco

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Guillermo Salas el Sheriff platense I – «Ahora vas a saber lo que es estar con un policía»



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