27/11/2011

Alumnos y alumnas de una escuela porteña reafirman sus lenguas originarias

DSCN7287xx.jpgUna experiencia en un colegio público de Villa Mitre muestra las nuevas realidades que allí se viven. Estudiantes de 5° grado investigaron durante todo el año para hacer un programa sobre pueblos originarios y en el camino reafirmaron las lenguas ancestrales de sus padres y abuelos. «¿Cómo podemos hacer para que todas estas cosas importantes que saben los pueblos, nuestras mamás, no se pierdan y no se olviden? Lo más importante es que se sigan hablando y recuperando las lenguas y los idiomas originarios», expresó al aire Brayan, uno de los protagonistas del programa «Lo que no dicen lo digo yo» realizado por chicos del turno mañana de la Escuela 7 Distrito Escolar 12 Jorge Newbery. Por Indymedia Pueblos Originarios


Blog de la Escuela
Aquí abajo podés reproducir la emisión completa de «Lo que no dicen lo digo yo»

audio: MP3 at 12.6 mebibytes

«Las escuelas públicas porteñas hoy son las más interculturales», dice la
maestra Valeria Gervasini. Al comenzar el año lectivo, esta docente
de Flores notó que casi todos sus alumnos eran de familias migrantes de
Bolivia, Perú y Paraguay, quienes tienen sus cosmovisiones e idiomas: quechua,
aymara y guaraní. Fue así como decidió entonces ponerle mucho énfasis en
el aula al tema de pueblos originarios y a las propias historias de los
pibes. Coincidió que su curso tenía que preparar un programa de radio para
el mes de octubre en FM Flores, en el marco del programa gubernamental
«Medios en la escuela». El contenido estaba cantado: la Conquista
de América
y la actualidad de los indígenas.

Valeria invitó a la escuela a Pedro Moreira, abuelo kolla de
la Biblioteca Inti Huasi de San Miguel y del Movimiento en Defensa
de la Pacha
. Esta organización defiende el sitio público y sagrado Punta
Querandí
, en Tigre, un territorio con restos arqueológicos milenarios
que pretende ser adueñado por los barrios privados. En marzo, Valeria
conoció a Pedro en la Jornada Educativa que se realizó en
este predio en conflicto, ubicado 50 kilómetros al norte de la Capital Federal.

«Lo que no dicen lo digo yo», fue el nombre del programa radial realizado
por los chicos y la maestra, con la ayuda técnica de
Félix Loiácono, que contó con testimonios de Pedro Moreira
y un flash informativo con distintas noticias que ellos mismos eligieron.
El programa salió el 5 de octubre en FM Flores y el 27 de octubre
en FM La Bemba, que funciona en el ex Centro Clandestino de Detención
Olimpo
.

«El 12 de octubre de 1492 llegó Colón a América, y los españoles comenzaron
a invadir las tierras que eran de los pueblos originarios y para eso los
mataban o los obligaban a trabajar para ellos», dice Joy, una niña
que habla perfecto guaraní. «Pero aunque asesinaron a millones de personas,
aun quedan muchísimos pueblos que viven según sus costumbres y el pensamiento
indígena», agrega Mariana. Por su parte, Brayan, de familia
quechua, cuenta: «Una de las formas en que los españoles hicieron que se
perdiera nuestra cultura y nuestra forma de organizarnos fue a través de
la pérdida de las lenguas originarias, no nos dejaban hablar nuestros idiomas
y obligaron a usar el español».

El flash informativo hizo un repaso de la actualidad indígena: Neuquén declaró
feriado el año nuevo mapuche; Los wichí denunciaron desmontes en Salta;
Tobas fueron secuestrados para trabajar como esclavos en Florencia Varela;
Se celebró el año nuevo guaraní en la Biblioteca Inti Huasi; Impidieron
a un matrimonio quechua poner un nombre indígena a su beba, entre otras
novedades.

En los testimonios de la entrevista a Pedro, se lo escucha hablar
de la gran cantidad de descendientes y miembros de pueblos indígenas que
hay en el país y en Buenos Aires en particular. También responde a la pregunta
mas esperada por los alumnos: qué pasara en el 2012. «El mundo no va a terminar,
va a haber un cambio terrible de conciencia», vaticina, y habla del respeto
a la Pachamama y de la importancia de mantener las identidades y
lenguas indígenas, aún en la gran ciudad.

«¿Les parece entonces si nos despedimos en otros idiomas?», propone Carla,
que habla aymara, y el programa termina con agradecimientos y saludos en
ese lenguaje originario, en quechua y en guaraní.

UN ORGULLO CRECIENTE POR LAS LENGUAS INDÍGENAS


Foto: Valeria Gervasini

El trabajo en la aula incentivó a que los alumnos quieran mantener o recuperar
las lenguas heredadas de sus padres y abuelos. Así lo manifestaron en diálogo
con Indymedia.

«Este año desde que empezó la radio estoy aprendiendo a hablar en quechua.
Todos en mi familia hablan quechua, mi abuelo y mi abuela y de ahí fueron
aprendiendo mis tíos, mis tías, mis papás», cuenta Brayan, que nació
en el pueblo de Apolo, cerca de La Paz, y hace 5 años que se mudó a Buenos
Aires. «Aún me lo recuerdo, es chiquito, no gigante como la ciudad, casi
todos nos podíamos encontrar. Mi familia trabaja aquí y le envían dinero
a mis abuelos para sus cosechas», relata. A fines de este mes, Brayan
visitará su pueblo natal: «Ahí voy a aprender a hablar un poco en quechua».

Carla tiene 11 años y aprendió aymara desde muy chiquita con su abuela,
que solo se comunica en ese idioma originario. «En mi familia hablan también
mi mamá y mi padrastro, además de las demás hijas de mi abuela», expresa.
Nunca sintió vergüenza de hablar en esa lengua («me gusta conservar el idioma»)
pero el programa de radio fue la primera vez que lo hizo en público. ¿Cómo
se sintió conversar en aymara al aire? «Me sentí un poco nerviosa al principio
pero después me sentía alegre, porque así voy recuperando todo lo que se
me está perdiendo. Sentí que me estaba recuperando», confia.

Similar a Brayan es la experiencia de Marvin. Sus antepasados
son de Lima, Perú. «Nunca hablé en quechua, pero mis papás me están enseñando
desde que les conté del programa de radio, se pusieron contentos, mi papá
habla mejor, a mi mamá le enseñaron de chiquita y algunas palabras ya se
olvidó», cuenta.

Joy y su familia migraron desde una zona rural de Paraguay, allá
se comunicaba mucho en guaraní. Le da un poco de vergüenza hablar en ese
idioma cuando están más personas: «Los demás hablan castellano y no me entienden
nada, salvo Lorena que también es paraguaya y entiende», responde
tímidamente.

Por su parte, Luis cuenta: «Mi bisabuela habla quechua, yo le entiendo
un poco. Me gustaría seguir aprendiendo en la escuela quechua y muchos idiomas
más, aymara, guaraní. Algunos quieren aprender pero no se puede».

ESCUELAS INTERCULTURALES, EL DESAFÍO

La realidad de los alumnos que pertenecen a las colectividades boliviana,
peruana y paraguaya abre nuevos desafíos en el ámbito educativo y se suma
a los reclamos por una sociedad plurinacional que realizan las organizaciones
indígenas.

La docente Valeria Gervasini asegura: «La escuela de la ciudad hoy
tiene una riqueza enorme, creo que es errado pensar que las diferentes lenguas
maternas o el origen cultural de los chicos y chicas puede traer ‘problemas
de aprendizaje'». Por el contrario, «en la historia de vida de ellos y su
familias, en sus conocimientos sobre el mundo, en su idioma, está aun viva
la historia de la América que no pudieron matar y que queremos recuperar
para construir ese mundo, esa sociedad mejor y más justa», agrega. «Ese
es nuestro desafío, dejar que todo eso llene nuestras escuelas y las inunde
para que sean verdaderos lugares de encuentro y transformación», concluye.



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