15/11/2011

ATE-Sur: 20 años construyendo un sindicalismo democrático y combativo

Sin_titulo-1-6.png
Por Ate-Sur. El 6 de noviembre de 1991 se abría una nueva etapa en ATE Sur. Asumía
la Comisión Administrativa que el 23 de mayo de ese año, con la Lista Marrón -llamada por entonces Movimiento Antiburocrático 1º de mayo-, había vencido en las elecciones. Desde entonces, las trabajadoras y los trabajadores estatales de la zona,
pudimos ser protagonistas de la construcción de ATE Sur. Poco a poco, con una práctica democrática y participativa, fuimos haciendo realidad aquella consigna inicial «por un nuevo sindicalismo, honesto y de lucha”. 20
años de lucha contra la explotación y la injusticia, para conquistar o recuperar
derechos y avanzar en nuestra
conciencia y organización.

UN SUEÑO REBELDE Y COMBATIVO

«Nuestras clases dominantes han procurado
siempre que los trabajadores no tengan
historia, no tengan doctrina, no tengan
héroes y mártires. Cada lucha debe empezar
de nuevo, separada de las luchas anteriores:
la experiencia colectiva se pierde,
las lecciones se olvidan. La historia parece
así como propiedad privada cuyos dueños
son los dueños de todas las otras cosas”.


Rodolfo Walsh.

El 6 de noviembre de 1991 se abría
una nueva etapa en ATE Sur. Asumía
la Comisión Administrativa que el 23
de mayo de ese año, con la Lista Marrón -llamada por entonces Movimiento
Antiburocrático 1º de mayo-, había
vencido en las elecciones a las listas
Verde y Verde-Rosa ligadas a la dirección
nacional del gremio.

Desde entonces, las trabajadoras y
los trabajadores estatales de la zona,
pudimos ser protagonistas de la construcción
de ATE Sur. Poco a poco,
con una práctica democrática y participativa,
fuimos haciendo realidad
aquella consigna inicial «por un nuevo
sindicalismo, honesto y de lucha”. 20
años de lucha contra la explotación y
la injusticia, para conquistar o recuperar
derechos y avanzar en nuestra
conciencia y organización. Con muchos
logros y por supuesto reveses.
Con aciertos y errores. Pero seguros
que con la iniciativa, la militancia, la
fuerza, las convicciones y direcciones
que surgen desde la base, más tarde
o más temprano, las y los laburantes
junto a nuestro pueblo, construiremos
otra sociedad, justa, en la que
seremos dueños de nuestro presente
y nuestro futuro.

Sin_titulo-1-7.png

LA LUCHA POR EL TRABAJO DIGNO
EN LAS ESCUELAS

Si algo pudimos desarrollar durante
los 90 ha sido una lucha consecuente
por puestos de trabajo. Cuando empezamos
a organizarnos en el sindicato,
a mediados de los ’80, había una explosión
de matrícula en las escuelas,
y la cantidad de porteros, por ejemplo
en Lomas, era apenas de 450. En
esos años de lucha logramos algunas
victorias con nuevos cargos, pero el
proceso era lento. Actualmente hay
más 3000 auxiliares en las escuelas de
Lomas y casi otro tanto entre Brown y
Pte. Perón.

La modalidad de lucha que desarrollamos
durante aquellos años fue el
trabajo a reglamento y quite de colaboración:
todos cocinaban y ninguno
limpiaba, así se notaba la importancia
del trabajo faltante. Avanzando en
experiencia y ya desde la dirección
del sindicato, esa forma de lucha la
combinamos con petitorios en escuelas
(concentrando donde faltaba más
personal), quite de colaboración, paros
y movilizaciones al Consejo Escolar,
uniendo el reclamo general con
reclamos particulares de escuelas
en conflicto, con padres, docentes y
auxiliares. Recordamos en el ’98, un
plan de lucha que culminó con una
ocupación numerosa, nos quisieron
desalojar de entrada, mandaron un
Juez, pero sostuvimos la toma con
más de 50 compañeros durante toda
la noche. Eso permitió que llegaran
medios y la ocupación se levantó con
la firma de 35 cargos para los lugares
que estaban en conflicto y con el
compromiso de una cantidad de cargos
más para el distrito. Fueron más
de 100 cargos, un hecho importante
porque en ese momento el mismo Gobierno
anunciaba un congelamiento.
Recordamos también una lucha provincial
de principios de los 90: el gobierno
quería cesar a todos los porteros
temporarios, mensualizados y
suplentes. Decidimos hacer una permanencia
en la Dirección de Escuelas,
convocada por ATE Provincia. Después
de la toma, todos los despedidos pasaron
a planta permanente. Fue una
conquista muy importante, provincial,
que ayudó a ver que se podía
pelear y ganar…

Antes de ganar el sindicato, ya habíamos
presionado en el Consejo Escolar
de Lomas con una movilización de
auxiliares para lograr que las suplencias
se empiecen a cubrir en actos públicos,
también para cargos nuevos,
cosa que no pasaba en otros distritos.
Así fuimos logrando que se respetara
a rajatabla el listado.

También fuimos capaces de proponer
que cuando venían puestos de trabajo
nuevos al distrito, los titulares puedan
elegir la escuela donde trabajar.
Necesitábamos un mecanismo universal
y justo, que hoy en día ya nadie
cuestiona. No se cambia nadie de escuela
si no es en un acto público de
pases. Entonces, así como pasó esto,
las cosas se fueron reglando, las conquistas
que fuimos consiguiendo de
entrecasa años después fueron trasladándose
a la Legislación Provincial, a
los acuerdos paritarios.

En esos años del ajuste, los sueldos de
los que entraban se pagaban ad-referéndum
del acto administrativo, los
primeros dos o tres meses era complicado
cobrar; y llegó un punto en que
se hacía cada vez más largo, pasaban
por más controles, tardaba hasta diez
meses.

Así en el ’94 hicimos un plan prolongado,
arrancó con petitorios en las
escuelas, olla popular en el Consejo
Escolar, una permanencia de 24 horas
y después a La Plata. A esa altura, ya
habíamos aprendido a meternos en la
Dirección General de Escuelas, como
para hacer trámites, entrábamos por
distintas puertas, en pequeños grupos
y después ya estábamos adentro. En
este caso, se filtró vía ATE Provincia
que movilizábamos y para el mismo
día los funcionarios nos esperaban en
un salón con los cheques ahí, todos los
que se movilizaron cobraron ese día.
Son cosas que no se olvidan, la emoción
de los compañeros que estaban
endeudados, tantos meses sin cobrar,
contar con toda esa plata junta.

Esas fueron cosas que fortalecieron
mucho al Sindicato, y establecimos
esa movida con cada problema de
cobros, la olla en Consejo, la permanencia,
la ida a La Plata, siempre con
nuevos elementos, como la retención
de tareas y la alcancía para el pasaje
de los compañeros que no cobraban.
Para nosotros lo importante era que
las conquistas fueran producto de la
presencia. Hubo veces en que no nos
salió, que resolvimos en los marcos
que ellos nos impusieron, pero siempre
en una tensión donde nosotros poníamos
muy nerviosos a los funcionarios
porque nuestra táctica es meter a
todos los compañeros adentro.

3-2.png

ORGANIZAMOS NUESTRA
PROPIA FUERZA

Después de esto, en el 99, tuvimos
otro conflicto importante, una toma
muy fuerte del Consejo Escolar de Almirante
Brown, muy peleada, con una
especie de empate. Logramos que se
hiciera un acto público y entraron titulares
a cubrir comedores de verano,
pero no pudimos revertir el desplazamiento
de muchos suplentes forzados
a hacerse cargo del trabajo sin cobrar
el plus.

Sin embargo, este conflicto tuvo la
importancia de enfrentar la decisión
de cubrir todos los comedores de verano
con suplentes ahorrándose toda
la plata del plus.

Al año siguiente, llegó el momento de
imponernos, con base en las seccionales
más combativas, que confrontábamos
con la fracción de ATE Provincia
a la que solo le interesaba hacer propaganda
para sus diputados. Mientras
los sectores donde había organización
en educación tomábamos con fuerza
ese reclamo, la conducción provincial
promovía una marcha a la Legislatura
para hacer hablar a los diputados de
la Alianza.

Unos 500 compañeros entramos a
la Dirección General de Escuelas, y
como el gobierno no quería recibirnos
y había montado un fuerte operativo
de Infantería, un grupo de compañeros
encendió fuego en el hall. Fue una
movilización muy combativa. Les llenamos
las oficinas de humo, la policía
y la Infantería querían desalojar el
edificio, venían con extinguidores, y
del otro lado una masa de trabajadores
gritando las consignas y tocando
los bombos. Fue un 28 de diciembre
del 2000. La policía amenazaba con
reprimir si no apagábamos el fuego,
pero con mucha incomodidad de parte
de nuestros dirigentes provinciales,
les dijimos: «si no nos reciben
no lo apagamos”. Nos recibieron ya
de noche y apagamos el fuego, pero
dejamos los elementos para prenderlo
hasta el final de la reunión. Una
funcionaria del Ministerio de Trabajo
suspendió la vigencia de la resolución
hasta el 28 de febrero. Una manera
elegante de no derogarla, para abrirse
la posibilidad de sostenerla después,
y calmar la conflictividad de ese día.
Entonces en todos los lugares donde
habían nombrado personal se cobró el
plus, entre ellas todas las seccionales
que estaban ahí y las que no estaban
también. Fue una gran victoria, combativa,
a escala provincial.

4.png

LA PARTICIPACIÓN MASIVA

Siempre fuimos partidarios de incorporar
a la lucha a la mayor cantidad
posible de compañeros, en vez de
hacerlo con un pequeño grupo, para
avanzar en conciencia, en comprensión
y que no se genere la falsa conciencia
de que mientras me quedo
en casa hay un grupo de héroes que
luchan por mí y me resuelven los problemas.
Porque en definitiva, eso genera
también una conciencia dependiente,
una conciencia caudillista,
vanguardista, que si bien en algún aspecto
fortalece la decisión de luchar
de una camada, separa a la base de
un sector más activo. Siempre luchamos
por la unidad y apostamos a la
fusión entre el activismo y la base, lo
máximo posible, para contar con una
identidad de clase más amplia y una
conciencia más general, tanto gremial
como política.

Las luchas de fines de los 90 y principios
de los 2000 activaron tendencias
vanguardistas. Porque, claro, uno lucha
con lo que puede. Claro que reivindicamos
que a veces cuarenta tipos
se planten por una injusticia, aunque
otros mil no la vean, y luchamos
con las herramientas que tenemos a
mano. Pero cuando se puede luchar
masivamente, hay que promover que
el conjunto de las masas no se quede
afuera. Ese es el gran dilema.

A poco de asumir y hasta fines de los
’90, fuimos rompiendo el aislamiento
y establecimos algunos niveles de
acuerdo con el sector más democrático
y combativo del oficialismo de ATE
y CTA. En 1997, en un contexto de
disputa política, donde el menemismo
venía en declive, junto a ese sector,
promovimos instalar un campamento
frente a la Legislatura en reclamo de
aumento salarial que duró treinta y
siete días. Nuestra seccional tuvo un
papel muy destacado. Supimos combinar
movilizaciones semanales con paros,
influimos mucho en la orientación
provincial, logramos mostrar que se
podía movilizar masivamente, llevar
banderas y carteles desde las escuelas,
desde los sectores, y ponerlos en
las carpas. Eso nos permitió ganarnos
cierta autoridad. No lo aprovechamos
como hubiéramos podido si hubiéramos
sido más audaces y más confrontativos
con la dirección del sindicato,
pero fue una experiencia muy importante
donde ganó un peso fuerte
nuestra seccional. Y los compañeros,
el activismo sobre todo, vieron que
se podía tener una política provincial
fuerte.

5-2.png

LA LUCHA EN SALUD Y LA
POLÍTICA TERRITORIAL

En el Hospital Gandulfo tuvieron lugar
varios conflictos importantes. El
hospital venía de ser municipal, una
vieja casona refaccionada, donde se
transitaba de un lugar a otro bajo la
lluvia, con veredas rotas, una estructura
edilicia desastrosa. Y sin existir
plantel de camilleros. Además, con
una política de privatización que fue
vaciando el hospital y las vacantes no
se cubrían.

Los compañeros y compañeras de enfermería
estaban sobrecargados de
tareas que los más «viejos” ya no podían
ni querían cumplir, haciéndose
pelota la cintura, trasladando pacien4
tes en camilla, aún en el peor estado
de salud, o trasladar muertos a la
Morgue.

Entonces desde el sindicato hicimos
un trabajo de base: consultas, encuestas,
para recoger lo más sentido
en cada sector y anotarlo. Se hicieron
asambleas por turno, y en cada uno
se propuso que si no se nombraban
camilleros no se trabajaba más con
las camillas. Fue una medida fuertísima,
aunque costaba sostenerla al
cien por ciento, por la situación de las
emergencias, de mucha presión de los
parientes, de viejitos, de chicos. Sin
embargo, fue muy sostenida en muchos
casos. Las asambleas eran muy
numerosas y muy activas.

Ahí se conquistaron horas extras para
el personal masculino de mantenimiento
y de choferes para trabajar
como camilleros. A la vez se abrieron
expedientes para que se nombraran
camilleros, que con el tiempo, terminaron
nombrados.

En otro momento, en el «˜94, visualizamos
una operación del Ministerio
de Salud con el duhaldismo, aprobaron
un proyecto de construcción del
nuevo hospital Gandulfo. El plano
implicaba el cierre y la demolición
de la vieja estructura, y nosotros nos
dábamos cuenta de que iban trasladar
a todos los trabajadores al Hospital
Oñativia (que empezaban a construir)
y que iban a abrir sin personal un hospital
nuevo, un negocio inmobiliario y
trabajo bajo condiciones de flexibilización.

Entonces denunciamos el negocio, y
en las asambleas se llegó a votar: «nos
paramos delante de las topadoras si
vienen acá”. Nunca hubo asambleas
tan numerosas en ningún hospital.
Una cosa muy emotiva de la gente, de
defender su hospital. Así que nos animamos
a largar una campaña nacional
y prendió de una manera impresionante.
El trabajo con la comunidad lo
tomó todo el gremio, incluso en escuelas,
con SUTEBA y la CTA.

El conflicto del Gandulfo generó una
movida territorial, con un punto cumbre
que fue el «abrazo al Gandulfo”,
con más de seiscientas personas, y
grupos de diferentes sectores.
Teníamos oficialmente una política de
acuerdos con el degenarismo y de ir
construyendo nuestra fuerza dentro
de la CTA. Pero paralelamente, traíamos
desde nuestros inicios la intención
de romper el aislamiento, éramos
el único sindicato donde una Comisión
de Solidaridad con Cuba hacía festivales
y se reunía en nuestro local. Se
hizo un primer encuentro anti represivo
del que surge la Coordinadora Sur
Contra la Represión Policial, donde
había movimientos estudiantiles, organizaciones
barriales y de Derechos
Humanos, y que confluyó en torno a la
Masacre de Budge. Nuestro Sindicato
sirvió de centro de atención telefónica
para casos de gatillo fácil, denuncias
por detenciones y abusos de la
policía, etc.

También en ATE Sur funcionó un espacio
multisectorial con esas y otras
organizaciones sociales, como los
Vecinos Autoconvocados de Glew. Impulsamos
un Congreso Comunitario
de la Salud, con la idea de construir
organización popular en defensa de
la salud, denunciar la política oficial,
promover la participación popular y la
formación de agentes comunitarios,
toda una discusión sobre el modelo
de salud. Uniendo nuestras necesidades
sanitarias con la solidaridad con
Cuba, se exigía al Estado argentino
que incorpore al calendario la vacuna
cubana contra la meningitis.

Hubo un conflicto importante en Don
Orione en defensa de las salitas para
que se mantengan abiertas durante
todo el día y para impedir que el
gobierno provincial municipalice la
atención primaria. Fue un conflicto
grande donde se llegó a vapulear
al Secretario de Salud del Municipio
cuando quiso venir a romper una huelga.
Y con estas iniciativas y estos vínculos,
surgió con nuestro apoyo lo que
hoy es la Agencia de Noticias «Red-
Acción”, un espacio de comunicación
popular de compañeros de la Universidad
de Lomas de Zamora y el Galpón
Cultural de Claypole. Un trabajito
donde hicieron toda una experiencia
que después fue superándose y articulando
con la Red de Medios Alternativos
a nivel nacional.

Entonces, con todas esas experiencias
que fuimos haciendo, se abría una vía
multisectorial, con altos y bajos, que
iba desarrollándose. Para nosotros
construir en la CTA era algo medio
formal, pero apuntábamos a que todo
esto fuera parte de esa construcción.
Después pensamos que en la CTA se
podía construir un sindicato de desocupados
y convocamos a algunos
compañeros que tenían contacto con
otros de Quilmes, Solano y Varela.

Trabajamos junto a compañeros que
después construyeron las Cátedras
Che Guevara de La Plata, el Encuentro
de Organizaciones Sociales, el
Movimiento Teresa Rodríguez, el MTD
Aníbal Verón, el MTL, entre otros.
Cuando vino el auge de los Movimientos
de Desocupados, abrimos un debate
político dentro del sindicato, decidimos
acercarnos a algunos cortes y
apoyar esa modalidad. Y también veníamos
de apoyar la Carpa Blanca Docente,
que llenamos varias veces de
auxiliares. Pero lo que se estaba disputando
en la Argentina, entre la Carpa
Blanca y los cortes de ruta, eran
dos métodos opuestos para encarar la
situación política nacional. Uno apuntaba
a la acción de la dirigencia, sin
huelgas, una especie de apostolado
pacifista, para una salida más institucional
que cada tanto se alimentaba
con la movilización. Y otro donde la
asamblea y el piquete daban protagonismo
a la base, y la acción directa
abría paso a una situación de confrontación
mucho más dura con el poder.

Todo ese proceso lo vivimos discutiendo,
acompañando esos procesos de luchas
de masas, siendo parte. Tomando
partido frente a esos aliados que
teníamos dentro del degenarismo,
abriendo un debate tendiente a un
«sindicalismo piquetero” y a rescatar
el clasismo.

Eso va abriendo diferencias, especialmente
después del 99, al verificar que
no daba para más el intento de abrir
un espacio afín al nuestro dentro de la
Verde provincial y nacional.

Ya por el 2000, con mayor generalización
de la lucha piquetera, una mayor
disposición a la lucha desde lo barrial,
nos llevó a hacer nuestro primer corte
del Puente La Noria. Un año después,
llevamos un segundo corte días después
que mataran a Aníbal Verón y a
otros compañeros en Salta.

Desde ese momento quisimos hacer
cortes coordinados en distintos puntos,
los estatales junto a los desocupados,
y ninguno de nuestros aliados
de la Verde cumple el acuerdo de
sostenerlos. Nosotros sostuvimos el
acuerdo solos, y logramos los primeros
100 puestos de trabajo para los
compañeros desocupados, entre ellos
los que se incorporan a la FTV y de esa
experiencia deviene lo que hoy es la
Barrial Víctor Choque.

Después, ya tuvimos una actividad
permanente de cortes, hasta el mismo
diciembre del 2001.

6.png

LA LUCHA POR EL SALARIO

Hubo un conflicto provincial muy importante
en el 2003, que podríamos
decir fue una verdadera rebelión de
los porteros de escuela. El 23 de
mayo eran las elecciones de ATE y el
25 asumía Néstor Kirchner. A los auxiliares
de escuela no les pasaba por la
cabeza la existencia de las elecciones
de ATE, ni del cambio institucional
que íbamos a tener en el país. La cosa
era que no se aguantaba más la situación
salarial. Se había cuadruplicado
el precio de las cosas por la devaluación,
y el salario seguía en trescientos
veinte pesos, perdiendo ciento dos
con cincuenta si faltabas tres días.
La dirección nacional de nuestro sindicato
se negaba a plantear la cuestión
salarial. Entonces el eje de nuestra
campaña empezó a ser el aumento
del salario. Antes de irse, Duhalde
había otorgado un nuevo aumento al
sector privado de 150 pesos. Entonces
tomamos esa cifra y exigimos «150 ya
para todos los estatales”.

Nosotros habíamos armado una lista
provincial que había unificado a todo
un sector combativo que había ganado
espacio en ministerios como el
de Salud… 2001 y 2002 permitieron
surgir nuevas direcciones, nuevos delegados
en la Dirección de Escuelas,
toda una camada que tenía otra posición
ante la situación política. Y al
revés, la conducción de ATE venía de
la crisis de la experiencia del FRENAPO,
que se había quedado contando
votos mientras la población golpeaba
un gobierno y daba batalla. Nosotros
lanzamos la consigna «150 ya”, convocamos
a una medida de fuerza con
asamblea en la Dirección de Escuelas
muy numerosa.

La única seccional que ese día movilizó
y paró fue la nuestra. Al término de
la asamblea movilizamos a Gobernación
con una olla popular. Crónica TV
lo pasó todo el día… En poco tiempo,
el conflicto prendió en muchos Consejos
Escolares, Secretarías de Inspección
y de allí a los auxiliares. En Bahía
Blanca surgió un paro que duró más de
40 días, y se generalizó esa rebelión a
todos los rincones de la provincia.
Ese fue un conflicto muy importante,
que produjo varios efectos. El primero
fue la rotura del congelamiento
salarial histórico, la puesta en primer
plano de la potencialidad del sector
de auxiliares en toda la provincia de
Buenos Aires, como el sector más
dinámico de ATE Provincia, y la obligación
del oficialismo verde de incorporar
el incremento salarial como
consigna principal de toda la etapa.

Esas medidas como las ocupaciones de
la Casa de la Provincia, fueron hechos
importantes en los que desafiamos los
acuerdos, y donde nos jugamos toda
la ropa que nos quedaba, aunque no
logramos modificar la situación, por
supuesto. Pero sirvieron como hechos
de denuncia que tuvieron cierta influencia.

8.png

EL CENTRO DE MENORES DE LOMAS

El año 2007 nos recibe con un conflicto
en un sector poco conocido para
nosotros, el Centro de Menores, con
adolescentes en grave situación de
encierro y pobreza. Su perfil parecido
al penitenciario, de vigilancia, castigo
y vulneración de derechos, empezaba
a ser reemplazado en el discurso oficial.
Así ingresaron compañeros con
otra formación, jóvenes incluso con
antecedentes en participación de algún
Organismo de Derechos Humanos.

Pero los «derechos humanos” de los
pibes no eran más que un discurso, y
los de los laburantes directamente no
existían, los centros no eran más que
cárceles para los pibes y los trabajadores.

Ya en 2006 hubo un despido
que se revirtió con nuestra movilización,
aunque ATE Provincia acordó su
traslado a otro sector. Había un grupo
de compañeros muy decididos a modificar esa situación y salen a dar algunas
de las primeras peleas. En la seccional
no sabíamos cómo acompañar,
cómo orientar, pero el 23 de marzo de
2007 se realizó un paro de ATE Provincia,
y los compañeros pararon en
el sector de trabajo. En esa huelga,
que fue boicoteada por el Sub Director
Rojas en forma personal, con un
séquito de alcahuetes, pago de horas
extras a delegados de UPCN para romper
la huelga, hechos de violencia,
etc., los compañeros en un módulo se
plantaron y dijeron: «ésta huelga es
nuestra, no van a venir a hacer esto”.
El mismo día, se les abría sumario,
iniciaban causa penal y ordenaban el
traslado de 4 compañeros… Llegaron
a pegar en las puertas, fotos ampliadas
de los cumpas con la prohibición
de su ingreso…

Ese conflicto fue muy importante para
ATE Sur, porque fue tremenda la actitud
represiva y nosotros pudimos desplegar
una batería de acciones con un
plan preestablecido. En un momento
en que adentro no se podía hacer
nada, desde el sindicato trabajamos
mucho en el afuera, para ir construyendo
condiciones de solidaridad y
de denuncia que en algún momento
pudiera contactar con una mejor situación
interna. Hicimos ollas populares,
plenarios de delgados y movilizaciones
en la puerta, hasta llegar a un
paro de toda la seccional y conquistar
otro paro provincial de ATE de todo
ese ministerio.

Nuestra apuesta estuvo en sostener
el conflicto hasta que empalmara con
un alza de la lucha general de los estatales,
y efectivamente fue así. En
las primeras grandes movilizaciones a
La Plata aprovechábamos antes o después,
para desprendernos con nuestra
Seccional y la de Brown, con otros
compañeros que se quisieran sumar,
y ocupamos varias veces el Ministerio.
Es decir, no los dejamos en paz
durante meses hasta que desplazaron
al Sub Director, desde allí cada nueva
dirección no pudo ordenar el funcionamiento
del lugar, empieza haber un
clima de ebullición interna, y asambleas
masivas. Y se termina de definir,
precisamente dentro del sector de
trabajo, en una huelga de cuatro días
con una parálisis total del Instituto.
El Ministerio jaqueado por una crisis
absoluta del CREU, tuvo que habilitar
instancias en el Ministerio de Trabajo
para negociar y se logró la reincorporación
en dos tandas de los cuatro
compañeros.

9.png

CONFLICTO DE LOS «RECO”

Al año siguiente, 2008, tuvo lugar el
cierre de un conflicto histórico, el de
los «RECO” figura que aparece cuando
logramos reemplazantes para suplentes
y mensualizados, así como se le
ponían suplentes a los titulares.

Al principio, logramos una especie de
reglamentación que establecía que
se les iba a abonar bajo la figura de
RECO pero que era para cubrir esas
suplencias. En una movilización donde
logramos frenar el cese, regularizaron esa figura con la particularidad
que expresamente le prohibían tener
cualquier derecho, pero en una nueva
movilización les forzamos a reconocer
el derecho a huelga y por accidente
de trabajo. Si bien era muy poco, fue
un avance y nos permitió ir acumulando
fuerzas. Muchos que habían sido
Reco después mensualizaron, después
pelearon por su pase a planta, y después
fueron titulares.

Cada fin de año o receso invernal luchábamos
logrando su continuidad.

Pero esa vez el gobierno estaba decidido
a echarlos. Hicimos un plan
de varias acciones: movilizaciones
a los Consejos y tomas en la Dirección
General de Escuelas (una de las
conquistas de esa lucha fue la devolución
de días de huelga descontados
a compañeros de Brown). Después de
la segunda toma, para descomprimir,
sacan una resolución dándole continuidad
a todos los RECO que hubieran
entrado antes del 1º de julio de ese
año. A todos los que entraron después
los dejaban en la calle. Nosotros sostuvimos
la lucha igual, fuimos a una
tercer toma, en el piso 14 de la Torre,
hubo represión y cinco detenidos. Resistimos
a la infantería, recibimos mucha
solidaridad en la calle, y en horas
lográbamos la libertad de nuestros
cumpas y la firma de la continuidad
de todos los «reco”. ¡En todala provincia
no quedaría un solo cesante!
¡Qué gran logro!

Esa fue una conquista importantísima,
que además venía alimentada
con la experiencia de los compañeros
de Menores y de Patronato, que ahora
tenían un destacado rol en la lucha
por los RECO. Eso alimentó mucho la
unidad del Sindicato.

7.png

EN EL TINTERO

Muchas cosas nos quedaron en el tintero
en esta breve historia de nuestro
sindicato. Actividades masivas para
los pibes y con nuestras familias realimentando
los lazos y la identidad entre
los compañeros.

Tantas luchas en los hospitales, contra
los despidos de becarios allá por
el «˜98, ollas populares, movilizaciones
y tomas del ministerio, o las más
recientes denuncias contra el trabajo
«en negro”.

Las ocho
semanas de paros progresivos
en Patronatoen 2008, con una
combativa toma apoyada por auxiliares
de ambas seccionales que fue el
principio del fin de una gestión ultra
represiva y el comienzo de importantes
conquistas del sector.

Las luchas en tantas escuelas en los
tres distritos, por la comida, por personal,
por problemas de infraestructura,
que tantas veces resonó en los
Consejos Escolares.

Los acampes en La Plata para rechazar
pésimos acuerdos salariales burocráticos.
Las prolongadas retenciones
en los Consejos Escolares, con conquistas
salariales, de equipamiento y
en el caso de Lomas logrando cubrir
vacantes administrativas con los auxiliares
que concursaron.

La pelea de las UDIS, que puso a Rayuela
de Fiorito y a las «Infancias”
de Claypole a la cabeza de movidas
provinciales y de la unidad de los laburantes
de niñez, arrancando más y
mejor alimento para los pibes, bonificaciones
y los pases a planta de Olga
y Silvia, tercerizadas a quienes quisieron
despedir tantas veces.

O el más reciente triunfo con la reincorporación
de todas las trabajadoras
tercerizadas del Hospital Esteves que
habían sido despedidas.

La conmoción ante los crímenes de
Víctor Choque, Teresa Rodríguez,
Ojeda y Escobar, Aníbal Verón, Santillán
y Barrios, todos los del 19 y 20
de diciembre, Darío y Maxi, Carlos
Fuentealba, Mariano Ferreira, la desaparición
de Julio López; tantas veces
tomando medidas de fuerza, año tras
año, para recordarlos y enfrentar tanta
impunidad…

Todo está guardado en la memoria.

Recuperémosla entre todos para ponerla
al servicio de acabar con la explotación,
la opresión y la injusticia.


Leer el Boletín Especial de ATE Sur

Noviembre 2011

Especial_ATE_Sur.pdf



0 comentarios

1000/1000
Los comentarios publicados y las posibles consecuencias derivadas son de exclusiva responsabilidad de sus autores. Está prohibido la publicación de comentarios discriminatorios, difamatorios, calumniosos, injuriosos o amenazantes. Está prohibida la publicación de datos personales o de contacto propios o de terceros, con o sin autorización. Está prohibida la utilización de los comentarios con fines de promoción comercial o la realización de cualquier acto lucrativo a través de los mismos. Sin perjuicio de lo indicado ANRed se reserva el derecho a publicar o remover los comentarios más allá de lo establecido por estas condiciones sin que se pueda considerar un aval de lo publicado o un acto de censura. Enviar un comentario implica la aceptación de estas condiciones.
Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Ir arriba