20/10/2011

Organizar y concientizar: Dos tareas estratégicas

ale1-2.jpgDiversos son los condicionantes de la actividad sindical. Las variables que determinan la política sindical son numerosas. Mencionemos solo algunas: los períodos de auge y retroceso de la lucha de clases, la política de los gobiernos hacia el movimiento obrero, la correlación de fuerzas, etc. En cada momento particular, el conjunto de estos elementos, definen las formas concretas que adopta la construcción sindical. Sin embargo, hay ciertas tareas que se mantienen constantes. La necesidad de organizar y concientizar son los elementos centrales, el norte que debe guiar la práctica cotidiana de los activistas gremiales. Por Alejandro Belkin, historiador.


Las políticas de los gobiernos hacia el movimiento obrero pueden sufrir modificaciones importantes. Las conducciones de los sindicatos pueden cambiar. La predisposición a la lucha de los trabajadores puede aumentar o disminuir. La política de la patronal puede ser más o menos agresiva. En definitiva, la situación política, social y económica varía permanentemente. Sin embargo, en todos los casos, organizar y concientizar deben mantenerse como tareas inalterables de los activistas sindicales.

Cuando hablamos de organizar puede parecer muy abstracto. Se trata de fomentar la solidaridad entre los compañeros de trabajo. Contrarrestar el individualismo que difunde la patronal. Superar las divisiones artificiales que generan los empresarios. Impulsar la unidad del colectivo laboral, por encima de las diversas formas de contratación que nos impuso el capital. Se avanza en organización cuando conseguimos aumentar la confianza mutua entre los empleados de un mismo lugar de trabajo.

La unidad del colectivo laboral no es sinónimo de unanimidad. No pretendemos eliminar las diferencias de opinión entre los compañeros de trabajo. Eso sería una utopía reaccionaria. Nos proponemos generar la más amplia unidad ante la patronal. Fomentamos la confianza mutua entre compañeros de trabajo y al mismo tiempo alimentamos la desconfianza permanente hacia la patronal. Si avanzamos por este camino, estamos fortaleciendo la organización obrera.

Crear, proteger y desarrollar la organización entre los trabajadores es una misión permanente. Las táctica particulares, que adoptemos en cada momento específico de la lucha de clases, deben subordinarse a este propósito. Las medidas de fuerza, las campañas de agitación y las negociaciones que llevemos adelante deben contribuir en todos los casos a lograr progresos en organización. Es un elemento fundamental que debemos considerar al momento de realizar balances de nuestras acciones.

Las formas organizativas que ayudemos a construir deben ser lo más democráticas posibles en cada momento de la lucha de clases. La participación de la mayor parte de trabajadores en la toma decisiones fortalece a la organización y a la clase. Asimismo, debemos fomentar el protagonismo de los compañeros de base. Son los trabajadores quienes deben hacerse cargo de sus destinos. En ese sentido, debemos contrarrestar la cultura delegativa que existe entre los trabajadores. Muchos esperan que el delegado les solucione todos los problemas. El protagonismo de los compañeros en la construcción sindical es indispensable para desarrollar un sindicalismo clasista, democrático y participativo.

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La concientización es el otro factor que debe guiar y determinar nuestra política sindical. Los avances en la compresión de la realidad por parte de los trabajadores contribuyen a fortalecer a la clase como tal. Con el término concientización hacemos referencia a una gama muy amplia de tareas. Abarca desde situaciones puntuales, como la compresión de injusticias concretas a las que nos somete el capital diariamente, hasta la toma de conciencia del funcionamiento profundo de la sociedad capitalista. Entender a lo real como un producto social, en lugar de algo dado naturalmente, es un punto importante en este proceso.

Pero cuando hablamos de concientización también nos referimos a otros aspectos. Entre ellos se encuentran los avances en el conocimiento, por parte de los trabajadores, de las mejores formas de afrontar la lucha sindical. ¿Cuándo realizar una medida de fuerza? ¿Cómo luchar? ¿Cuál es la forma más eficiente en cada momento? ¿Cuándo negociar? La respuesta a estas preguntas sólo puede surgir de la experiencia y de la reflexión acerca de esa experiencia. Trabajadores que sepan llevar adelante una medida de fuerza, que sepan elegir el momento adecuado, que sepan cuando negociar, son trabajadores que han avanzado en conciencia y por lo tanto han construido colectivos laborales mucho más sólidos y potentes.

La recuperación de la historia de nuestra clase y el desarrollo de una cultura obrera son también elementos fundamentales en el proceso de concientización y fortalecimiento de la clase trabajadora.

La formación que debemos impulsar debe ser clasista. ¿En qué sentido? Debemos ayudar a que cada trabajador individual comprenda que es parte de una clase y que sus intereses son diferentes, opuestos e irreconciliables con los de la patronal. En ese sentido, debemos combatir las ideas de conciliación de clases que predominan entre la mayoría de los compañeros.

Sin embargo, todas estas tareas, las debemos realizar con enorme paciencia. Las construcciones sindicales más sólidas son el producto de un trabajo perseverante y de largo plazo. No hay soluciones mágicas ni inmediatas. Las urgencias indebidas, las medidas apresuradas y la sobrestimación de nuestras fuerzas pueden costar muy caro. Las derrotas desalientan a los trabajadores, generan apatía y desmoralización. Por el contario, las victorias -por pequeñas que éstas sean- fortalecen la convicción -entre los trabajadores- que la realidad se puede transformar, que la realidad no es una maldición inevitable.

En definitiva, cada activista sindical vive una realidad diferente, por lo tanto, enfrenta problemas también distintos. El sector industrial, el de servicios y el estatal presentan cada uno de ellos desafíos disímiles. De la misma manera, la militancia gremial en el sector privado difiere en gran medida de la actividad gremial en el sector público. Las estructuras sindicales son variadas. Por lo tanto, los contextos pueden ser muy desiguales. Sin embargo, hay dos tareas que son comunes a todos los sectores y en todas las circunstancias: organizar y concientizar. Por esa razón, deben orientar todas nuestras acciones concretas. Avanzar por este camino es una tarea estratégica para el movimiento obrero.

Alejandro Belkin

10-10-2011



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