17/10/2011

15OCT en Argentina, primera jornada por una democracia directa y participativa

tapa-447.jpgSe realizó la primera jornada de la Campaña por una Democracia Directa y Participativa frente al Obelisco. La «Kermesse de la participación” y la obra de teatro «Participar es más que votar” se llevaron adelante en una jornada enmarcada en el «15OCT, en la que alrededor del mundo se sucedieron movilizaciones reclamando cambios en el sistema de representación político. Fotos y entrevista por ANRed


Desde las 14 horas del sábado 15 de octubre cientos de personas se concentraron frente al Obelisco de la Ciudad de Buenos Aires para manifestarse a favor de una democracia directa y participativa.

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La Campaña por una Democracia Directa y Participativa se define como un espacio que declama que la actual democracia representativa es deficiente e insuficiente para solucionar los problemas del pueblo ya que el grueso de la población puede expresarse y opinar una vez cada cuatro años y solamente por medio del voto. En la campaña se propone una democracia directa y participativa donde los gobernantes no deliberen ni gobiernen sino a través del pueblo en asamblea.

Bajo estas consignas se pusieron en marcha una «Kermesse de la participación” y una obra de teatro dirigida por Zito Lema y Alan Robinson titulada «Participar es más que votar”. En la primera se sucedieron juegos, puestas musicales y demás actividades que incluían a cualquier persona dispuesta a participar. La kermesse se inició con una carrera de embolsados -trabajadores precarizados a quienes los corría la inflación, personificada por un Pacman gigante-.

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También hubo diversos juegos como el «Tira la bola chico” donde se representaba por medio de pelotas con las inscripciones: «contaminación”, «salud”, «gatillo fácil”, «educación”, «inflación”, «trata de personas” etc., las formas entre las que gobiernos municipales, provinciales y el nacional se desligan de estos problemas «tirándole la bola al otro”.

La obra teatral contó con más de 50 actores y un amplio repertorio de canciones que aludían a la coyuntura del país, en las que se trataban temas como el precio de la canasta básica familiar, el trabajo precarizado, el salario mínimo, la burocracia sindical, la corrupción del sector político tradicional, entre otros.

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Esta campaña se relaciona con las manifestaciones que se suceden alrededor del mundo, con los movimientos de «Indignados”, en la jornada denominada mundialmente como 15OCT. En el caso de los «Indignados” de Argentina, se alegan dos razones como impulso para realizar estas actividades político-culturales, «en primer lugar, las inminentes elecciones presidenciales que son un evento importante para la sociedad argentina y en segundo lugar, las manifestaciones de los «indignados” de todo el mundo” y frente a esto, los involucrados explican que «una gran cantidad de organizaciones sociales, políticas y culturales hemos decidido pronunciarnos con respecto al contraste que existe entre la baja calidad de la democracia en nuestro país por un lado, y la enorme vocación de la ciudadanía por participar en los procesos decisivos del país, por el otro”.

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El mensaje difundido en la campaña es que «esta democracia nos queda chica, la democracia representativa nos pone un límite a la hora de solucionar los problemas reales: la pobreza sigue siendo un problema de millones; sigue creciendo el trabajo precario y la inflación consume nuestros salarios; no se detiene el saqueo de los bienes naturales y la destrucción del medio ambiente. Se suceden los gobiernos y los problemas continúan. Queremos otra democracia, que sea superadora de esta democracia limitada que no puede resolver la creciente miseria, que nos despoja de nuestras riquezas naturales, nos quita los derechos fundamentales de todo trabajador y nos deja sin la posibilidad de un techo propio”. Mientras que se plantean los siguientes interrogantes: ¿Por qué conformarnos con votar cada cuatro años? ¿Por qué permitir que los gobernantes decidan y gobiernen sin el pueblo? ¿Por qué aceptar un sistema de gobierno en el que los gobernantes deciden sin el pueblo?

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Luego del 2001 se multiplicaron las experiencias de las asambleas populares a lo largo del país y estas sirven en la Campaña por una Democracia Directa y Participativa como un ejemplo a seguir. De esta forma plantean que «una verdadera democracia no puede existir sin asambleas populares. Los gobernantes o representantes no sean otra cosa que delegados que sigan las decisiones del pueblo, que estén obligados a rendir cuentas, o que simplemente sean reemplazados si no lo cumplen o lo hacen mal”.

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Por todo esto, la Campaña por una Democracia Directa y Participativa establece como una de las primeras acciones el repudio al Artículo 22 de la Constitución Nacional, que establece que «el pueblo no delibera ni gobierna sino por medio de sus representantes” proponiendo que se reemplace por «Los gobernantes no deliberan ni gobiernan sino a través del pueblo en asamblea”.

ORGANIZAN:

Corriente de Organizaciones de Base (COB)

La Brecha

Pañuelos en Rebeldía

Autodeterminación y Libertad

Colectivo Desde el Pie (Cs. Exactas UBA)

Azulado

Basta, nada es casual

Agrupación Roberto Santoro (EMBA)

DTL

Agrupación Universitaria Inconsciente Colectivo

Sala Alberdi

Frente de Artistas Populares (FAP)

CAMPAÑA POR UNA DEMOCRACIA DIRECTA Y PARTICIPATIVA

Contactos:

Leandro Pintos: 15 55847657

Marianela Navarro: 15 55847642

Luis Zamora: 15 56646104

Martín Mosquera: 15 63303842

Entrevista a Leandro, Frente de Organizaciones en Lucha (FOL)

¿En que consiste la Campaña por la Democracia Directa y Participativa?

Estamos convocados en el Obelisco por la campaña «Participar es más que votar”, que aglutina a colectivos de organizaciones sociales y culturales que venimos desde el 2001 intentando realizar una experiencia distinta a lo que es la democracia representativa, verticalista, y tratando de empezar a construir la sociedad que queremos en el futuro pero desde hoy, por medio de asambleas, con delegados.

Pretendemos cambiar esto que le criticamos a la democracia representativa, donde se elige un representante cada cuatro años que no tiene que rendirle cuentas a nadie, que no lleva el mandato de nadie, más allá de sus promesas en publicidades que a la semana quedan solamente en los carteles.

Nosotros venimos teniendo una experiencia muy rica en estos últimos diez años, desde el 2001, haciendo asambleas y viendo un nuevo método para organizarse. Esto lo vemos en los barrios, en los centros culturales, en los lugares de trabajo. Creemos que es un buen momento, de maduración de la sociedad, que está más politizada, para empezar a discutir, porque no es que traemos nosotros una verdad sobre como va a ser la democracia participativa, sino que planteamos que la democracia representativa no soluciona los grandes problemas que aquejan al pueblo, lo que está representados en la obra de teatro que hacemos hoy en el Obelisco y volveremos a hacer el miércoles en la Plaza de Mayo, que tiene como eje a la vivienda, la salud, la educación pública, tercerización, precarización. Que son ejes que más allá de los gobiernos, más allá de un auge económico, siempre pasa que esos problemas no se resuelven. Entonces nosotros decimos que la única forma en que resolveremos esto es con la participación ciudadana. Por eso hoy estamos acá en el Obelisco, como estaremos el miércoles en Plaza de Mayo haciendo una obra que habla de la participación, y habla de 100 personas armando una obra y realizándola, haciendo ensayos, discutiéndola, mejorándola, lo cual creemos debemos empezar a hacer como sociedad.

¿Cuáles son las experiencias y resultados que tienen desde el 2001?

Yo pertenezco al Frente de Organizaciones en Lucha (FOL), donde hacemos trabajo territorial, y el método de asambleas nos ha dado sorpresas hermosas. Algo que influye mucho en la participación ciudadana es la cantidad de horas de trabajo que necesitan las personas para sobrevivir. Ni hablemos de tener un sueldo digno. Para sobrevivir, en el conurbano, muchos viajan a Capital, y el tiempo de viaje sumado al laboral implica prácticamente vivir para trabajar, y deja a las personas en una situación de supervivencia. Pero nosotros hemos visto casos donde llegan personas muy tarde de sus trabajos y piden que las asambleas se hagan de noche para poder participar. Esto se logra porque empiezan a ver que su palabra vale. Cualquiera puede decir que dio una propuesta en asamblea, se evaluó, se votó, se empezó a trabajar para llevarla adelante y a las dos o tres semanas, por ejemplo, sale un petitorio a una empresa que contamina en el barrio, y todo empezó desde que uno opta si levanta la mano o no, y se vota, se hace y se empieza el cambio. Ahí es que se empieza a ver la contradicción con el sistema representativo. Porque te das cuenta de que esto se puede hacer en el barrio pero no pasa en otros lados, que te otros te fijan un salario mínimo y después cobrás la mitad.
Nosotros pensamos que si se pueden expandir mucho más estas experiencias que planteamos como formas superadoras de democracia, se va a empezar a lograr un cambio.

¿Cuál es la recepción de la gente cuando hacen estas jornadas en la calle?

El viernes estuvimos en Quilmes haciendo la kermesse y se vio la aceptación de la gente que pasa, se queda y participa. Por ejemplo, estuvo una persona mayor en esa kermesse, pasó, se interesó y quiso participar ayudando con plata para cartulinas, porque estaba de acuerdo con la propuesta, decía que hace falta un cambio en Argentina y que quería ser parte. Y de eso estamos hablando con todo esto, de que la gente sienta que no hay que esperar a que otras personas les solucionen los problemas, porque esas personas tienen intereses para no llevar adelante los cambios. Por ahí estamos votando después en una elección a una persona que es socia de quien tiene la empresa que contamina a 100 metros de nuestra casa. Estamos diciendo que empecemos con esta experiencia.

En el 2001 dijimos «basta”, pero no supimos como sociedad cambiar eso, sabíamos que no queríamos más las cosas como estaban pero no sabíamos como cambiarlas. En estos diez años, la politización de la sociedad, la organización en los barrios y en las fábricas nos muestran como podemos solucionar las cosas.

¿Cómo se relaciona la jornada de hoy en Buenos Aires con los eventos en el resto del mundo, los «indignados” de España, las personas que están acampando frente a Wall Street en New York y las movilizaciones en muchísimas capitales del planeta?

Hoy sábado 15 de octubre es la jornada mundial por el cambio global. En más de 40 capitales hay organizadas manifestaciones. Nosotros nos sentimos parte de ese movimiento, que a nuestro parecer es muy heterogéneo, pero con el que concordamos en dos puntos que nos unen. Uno es la crítica a la sociedad como está organizada, y el otro que la sociedad va a mejorar y cambiar con más participación ciudadana.
Luego en cada país se desenvuelve su modo particular en que afrontan una crisis y llevan adelante la movilización, cada uno tiene su matiz, pero vemos un tronco común, que es esto de empezar a discutir la sociedad y ver el cambio positivo en la mayor participación.



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