08/09/2003

Denuncia de Trabajadores del SUBTE: «La UTA y Metrovías negocian a espaldas de los trabajadores»

subte.jpg Los trabajadores de Subterráneos denunciaron un inédito acuerdo entre la cúpula sindical y la patronal, para legitimar la jornada de 8 horas, cuando el límite de trabajo salubre es de 6 horas.


Los delegados y trabajadores de la empresa Metrovías, concesionaria de los subterráneos de la Ciudad de Buenos Aires, comenzaron la semana pasada una campaña para denunciar «la imposición de un Convenio Colectivo laboral que implica un importante deterioro en las condiciones de trabajo» y que además de «generar peligros potenciales para la seguridad de los pasajeros» cierra las posibilidades para nuevos puestos de trabajo.

Los trabajadores de Metrovías exigen la impugnación inmediata de las modificaciones al Convenio Colectivo de Trabajo (CCT) que reglamenta su actividad. Según los trabajadores los cambios a la reglamentación vigente fue negociada entre la concesionaria Metrovías y la Unión de Tranviarios Argentinos (UTA) «a espaldas del conjunto de los trabajadores».

En un volante distribuido por la Comisión Interna en las principales salidas de las estaciones de subterráneos de la Ciudad de Buenos Aires, los trabajadores advirtieron que la empresa Metrovías recibe «subsidios millonarios del gobierno nacional con los que financia las maquinas expendedoras de pasajes que permitirán reducir cientos de puestos de trabajo», y que «a pesar del aumento del numero de pasajeros transportados, en los últimos años se redujeron en un 20 por ciento la cantidad de servicios diarios».

«El trabajo en el subterráneo es insalubre y, sin embargo, la empresa Metrovías expone a sus empleados a 8 horas diarias de ruidos, aire viciado, vibraciones, fatiga visual, estrés, con los consecuentes riesgos que esto trae para la salud de los trabajadores y para la seguridad de los pasajeros», explicaron los trabajadores en el mismo comunicado; y denunciaron que «a pesar de que los vecinos de la Ciudad pagan con sus impuestos las extensiones de la red, la renovación de las vías y de los coches; Metrovías no invierte un solo peso, a pesar de que recauda 500 pesos por minuto (unos 163 dólares)».

El conflicto se desató durante el mes de julio cuando los trabajadores de Metrovías se enteraron por un comunicado de la empresa de las modificaciones que la concesionaria y la UTA habían negociado sobre el Convenio Colectivo de Trabajo. La primera medida de fuerza implementada por los trabajadores fue un paro activo en todas las líneas del recorrido del subterráneo que se extendió hasta el final de esa jornada cuando el Ministerio de Trabajo impulsó la conciliación obligatoria.

El pasado 30 de julio la Comisión Interna envió una carta abierta al presidente Néstor Kirchner en la que se especificaban las irregularidades del Convenio, y se advirtía sobre la necesidad y la urgencia de declarar insalubre el trabajo en subterráneos. Los trabajadores explicaron en esa carta que el expediente del Ministerio de Trabajo cuenta ya con 17 mil fojas de estudios médicos y ambientales que prueban las violaciones a las normas básicas de salud, higiene y salubridad.

«Frente a la falta de desición política del gobierno porteño y nacional de reconocer la insalubridad de nuestro trabajo, y atender a nuestro pedido de nulidad del Convenio de Trabajo trucho que nosotros no aprobamos, los trabajadores de Metrovías estamos discutiendo en asambleas si vamos a implementar nuevas medidas de fuerzas la semana próxima», adelantó a ANRed un delgado de la Comisión Interna.

El acuerdo entre Metrovías y la UTA que denuncian los delegados de base, comete una violación histórica al reconocimiento de jornada reducida de 6 horas para los trabajadores tranviarios. Nunca en los más de 60 años de historia de los subterráneos de Buenos Aires alguien había fijado 8 horas de trabajo para los obreros de los trenes que recorren los túneles del subsuelo de la ciudad. En 1946 el presidente Juan Domingo Perón, durante su primer mandato estableció la jornada de 6 horas que luego sería ratificada 27 años más tarde durante la presidencia de Héctor J. Cámpora en 1973. El golpe militar de 1976 derog el decreto de Cámpora y fijó 7 horas hasta que en 1984 el gobierno constitucional de Raúl Alfonsín reinstauró las 6 horas. Una década después, mediante la conseción de la empresa estatal Subterráneos de Buenos Aires a la empresa Metrovías, la jornada fue fijada en 8 horas a pesar de la movilización de los trabajadores que vienen denunciando desde hace más de 10 años las terribles secuelas que provoca en el cuerpo de los obreros una jornada de 8 horas. En las 17 mil fojas que componen la causa judicial iniciada por los delegados de base se puede confirmar que las condiciones a las que son sometidos los trabajadores tranviarios los llevan a la muerte prematura por accidentes o por intoxicación.



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