Modelos de represión
El jueves por la noche la policía federal desalojó por la fuerza a los
docentes que acampaban en frente del Ministerio de Trabajo,
produciendo heridos y detenidos entre los manifestantes. Es una orden
política, por qué dudarlo. La carpa docente presionaba al Ministerio a
una negociación real de un conflicto muy prolongado, muy duro, muy
reprimido (con ilegalizaciones, con amenazas verbales y reales, con
patotas), como suelen serlo en la verdadera tierra kirchnerista. Por Agustín Santella.
Todavía nos acordamos del conflicto de 2007. De la enorme camioneta
del funcionario pasando por encima de los manifestantes. Una especie
de metáfora, pasar por encima como sea de la protesta, cuando ésta se
va de las manos. Hay muchos ejemplos coherentes con una «gestión de
la protesta” que combina concesiones con represión. Hay ejemplos
incluso mucho más brutales. Palos y zanahorias. Concesiones cuando el
conflicto es integrado por organizaciones burocráticas. Represiones
cuando el conflicto amenaza esta mediación política. Es una relación
política. No es la cantidad de pesos que reclaman los docentes de
Santa Cruz, sino el mecanismo político entre las clases el que se pone
en juego.
Estos conflictos muestran a su vez los resultados y las limitaciones
del modelo económico general del gobierno. Las concesiones materiales
para los sectores más organizados de la clase obrera (y los más
disciplinados, el ejemplo siempre son los Camioneros) tienen un límite
demasiado estrecho y deja afuera al conjunto de los trabajadores y los
sectores populares.
Aunque la inflación se deba a la baja inversión de capital antes que a
la puja salarial, la tasa de ganancia y la relación «adecuadamente”
atractiva de poder capitalista en los establecimientos imponen una
frontera muy patente a los reclamos. Así terminó el ciclo de huelgas
de los años 2005-2006. Es el primer freno a la muy mencionada
«distribución del ingreso”, combate a la pobreza, etc. En este
contexto la Asignación Universal por Hijo es una dádiva vergonzosa.
En la perspectiva de la próxima gestión de Cristina no hay más
«horizontes de cambio”. La hegemonía kirchnerista maneja el discurso
del miedo a una situación aún peor, en la vuelta a los 90, en la
derecha. Con Alfonsín era la vuelta a la dictadura, con Menen la
hiperinflación, con los K es la derecha de los 90. En el conflicto del
campo, Ruben Dri lo llevó al paroxismo de la «destitución». Pero, como
escépticamente reconociera María Pía López en el debate organizado por
el PTS en la UBA este recurso es, por decir lo menos, desmovilizante.
Muestra las limitaciones reales en una perspectiva de cambio social.
Los recientes affaires (Schoklender, INADI), en el que se suma ahora
la represión a los docentes, si bien no expresan el fin del gobierno
sí hacen a su proceso, a sus limitaciones, a los procesos moleculares
de antagonismo entre las clases que en la politización (lease
conciencia, organización) modifican las relaciones de fuerza. Lejos
del catastrofismo y en el más agudo realismo revolucionario, el
comienzo de otra etapa dependerá de que el reconocido papel activista
de las izquierdas se convierta en identidad política, una
actualización del socialismo como salida para millones. Solidaridad
con los docentes de Santa Cruz.