28/10/2005

Despedidos de Aerolíneas: «El sindicato está jugando con nuestra fuente de trabajo»

Entre marzo y abril, AeroHandling, empresa que depende de Aerolíneas Argentinas, despidió a 20 trabajadores en una clara persecución gremial. Los cesanteados habían participado de una asamblea junto a 200 compañeros. La empresa los echó por «inadmisibles inconductas laborales». Mientras tanto, el sindicato de los aeronáuticos se encargó de aclarar que «no subsidiamos desocupados». Andrés Chávez, uno de los despedidos en huelga de hambre, dialogó con ANRed.


El lunes 17 de octubre, seis trabajadores despedidos de AeroHandling comenzaron una huelga de hambre para exigir la reincorporación a sus puestos de trabajo.

La medida de lucha se tomó tras 7 meses de espera, durante los cuales el sindicato que nuclea a los aeronáuticos (Asociación Personal Aeronáutico – APA), lejos de dar respuestas, trabó todo tipo de negociación.

Fabián Aquino, Andrés Chavéz, Guillermo Cortegoso, Martín Puchetta, Fabián Ross y Walter Vergón sostienen que mantendrán la huelga de hambre y el campamento en el Aeroparque Jorge Newbery hasta tanto no tengan una solución. Todos ellos cumplían tareas en el sector rampa y fueron cesanteados por Aerolíneas entre marzo y abril pasado, luego de participar en una asamblea.

En dialogó con ANRed, Andrés Chávez contó el inicio del conflicto y la situación que hoy atraviesan él y sus compañeros.

(Nota: AeroHandling depende la empresa Aerolíneas Argentina, que administra el grupo español Air Comet Marsans; APA pertenece a la Central de Trabajadores Argentinos -CTA-)

A Aerolíneas la actividad gremial le cae mal

«Nosotros fuimos despedidos en marzo porque hicimos una asamblea con todos los trabajadores del sector de rampa de Aeroparque para pedir la efectivización de los compañeros que vienen contratados desde hace más o menos dos años, un año y medio. Aparte reclamábamos un aumento de salario», comienza a relatar Andrés. «Hicimos una Asamblea primero el jueves 24 de marzo y después el viernes 25 para ver qué medidas tomábamos para solucionar este tema. Veníamos reclamando al sindicato (APA) pero no hacía nada. Entonces decidimos hacer una asamblea con los delegados de base. Estábamos todos los compañeros, éramos como 200. A raíz de esto, la empresa llamó diciendo que nos iba a recibir el martes 29 y que levantáramos la medida de la asamblea, porque se extendió por lo menos tres horas y hubo demoras».

Los trabajadores aceptan levantar la asamblea a cambio de la reunión, pero «esa charla que nos prometió Aerolíneas, nunca ocurrió. El día martes la empresa no llamó y el miércoles 30 somos despedidos seis; entre ellos estaba yo. También apercibieron a la mayoría de los compañeros diciendo que por qué habían participado de la asamblea. Una persecución total», afirma el trabajador. Y agrega: «en abril despidieron a 14 más. Desde ese día nosotros empezamos a ir al sindicato para ver si nos podía dar una mano y nos dimos cuenta que estaban en complot con la empresa. Nos echaron, no nos quisieron apoyar económicamente. Nada».

El telegrama enviado por Aerolíneas dejaba sentado que «ante gravísimas e inadmisibles inconductas laborales (…) la que incluso no contó con apoyatura o aval de la entidad sindical que representa su interés colectivo y profesional, lo que no hace más que confirmar la ilegalidad de su comportamiento, el que injuria los intereses de su empleador de manera irreversible y desde ya configura una perdida de confianza (…) por lo que queda despedido por su exclusiva culpa»

APA, ¿un sindicato o un enemigo?

Frente a un sindicato que avaló los despidos, los trabajadores despedidos buscaron una alternativa y nuevamente APA apareció en escena. «Hicimos contacto con la Secretaría de Transporte. Nos habían prometido que nos iban a ubicar en InterCargo que es una empresa del Estado. Pero APA se encargó de ir y decir que nos volvían a reincorporar a Aerolíneas, cosa que nunca ocurrió. De esto hace 3, 4 meses que nos vienen diciendo «dentro de una semana, en 3 días». Nos vienen mintiendo todo el tiempo; cuando nosotros lo único que queremos es trabajar», expresa Chávez. «La Secretaría de Transporte dice que no nos pueden incorporar hasta que APA no diga que no nos puede reincorporar en Aerolíneas. El Estado no se puede hacer cargo de nosotros hasta que el sindicato no salga del medio y APA hace todo lo posible para que no ingresemos a trabajar. Es una persecución sindical. Es una persecución caprichosa de APA porque pone trabas. Se preocupan más por el hecho de que vamos a decir nosotros si volvemos a entrar: si es por ellos, si es por el campamento. El sindicato está jugando con nuestra fuente de trabajo».

Chávez también señala que la persecución se refleja en las elecciones internas del sindicato: «Hubo dos listas que le hicieron frente a la oficial y fue un escándalo porque parece que hubo fraude. Uno de los chicos que despidieron es hijo de quien se presentaba como secretario general en una lista opositora. Él está con nosotros, Fabián Roos. El otro es Trotta: la madre se había postulado en otra lista de oposición y también lo echaron».

Cuando los trabajadores se acercaron a APA para solicitarles un aporte al fondo de huelga, la respuesta del sindicato fue: «No subsidiamos desocupados».

Del campamento a la huelga de hambre

«Finalmente, empezamos a recurrir a otros sectores, a gente que nos podía dar una mano, y decidimos poner este campamento. Primero lo poníamos a la mañana y lo levantábamos a las 19 cuando ya no había más pasajeros. El motivo era para sustentar nuestras casas. La poca limosna que nos dan acá los pasajeros la llevamos a casa. Así estuvimos 6 meses», cuenta Andrés.

A su vez, indica que «APA nos llama y nos dice que están negociando con la empresa. Pero nunca nos llaman para decir que vayamos nosotros a las negociaciones. Nos dice que ya vamos a entrar y así vienen dilatando las negociaciones. Por ese motivo es que decidimos hacer la huelga de hambre. De esto hace 7 meses y no hay ninguna solución concreta ni de Aerolíneas ni del sindicato ni de la Secretaría de Transporte».

«Nuestras familias están destrozadas porque nosotros no nos vamos a casa. Tenemos chicos chiquitos, mi mujer está embarazada. Nosotros recibimos visitas médicas del SAME que nos controlan a última hora algunos ya tienen baja presión y están débiles; otros tienen presión alta. Es complicado», sostiene.

Como el campamento está en Aeroparque, los trabajadores suelen cruzarse con políticos. «Nos encontramos con Alicia Kirchner y mandaron gente de Acción Social a nuestras casas», comenta Andrés. De hecho, ese fue el único contacto con el gobierno nacional: una casualidad.

Entre presiones y condiciones insalubres

De los 20 despedidos entre marzo y abril, «APA reincorporó a dos; pero, en realidad, son recontrataciones y además los cambiaron de base y los mandaron a Ezeiza. Los seis primeros éramos todos efectivos. Los otros 14 ante la ley también, porque tenían contratos sucesivos de casi un año. Ellos (se refiere a Aerolíneas) usan este tipo de contratos para presionar a la gente. Los tienen de rehenes porque no les aseguran la fuente laboral. Por eso las intimidaciones que mandaron en el mes de marzo a todos los que participaron de la asamblea. Y también las suspensiones», indica el trabajador. «Los delegados de base y los trabajadores, en su mayoría, se solidarizan y nos ayudan en lo que pueden. Muchos no se acercan porque tienen miedo de que los sancionen. A muchos compañeros los aprietan. Es otro ejemplo de la persecución gremial que vivimos todos los días en esta empresa».

El promedio salarial de un empleado de rampa de AeroHandling es de 800 pesos. Trabajan 9 horas diarias en turnos rotativos (mañana, tarde, noche). Con respecto a las condiciones laborales, Chávez señala que «las bodegas de los aviones no llegan al metro 50. Tenés que laburar agachado. Hay compañeros operados de hernia de disco. Es insalubre: estás con los ruidos, con los gases tóxicos de los aviones, con las vibraciones que producen todos los motores. Un tipo de 40, 50 años no puede seguir siendo maletero. Es terrible el maltrato y encima no poder decir nada es aún más terrible».

La solidaridad entre los sectores resulta indispensable para la lucha de los trabajadores de rampa, según explica Chávez, «cuando para un técnico se paraliza el avión, lo mismo un piloto. De rampa, cuando nos echan, traen gente de afuera, de las escalas, de otros lugares. Agarraron a gente de vigilancia, le pusieron la ropa y les dijeron anda a cargar avión sin tener credencial, una habilitación, nada. Los pilotos también están en plan de lucha pero, como nosotros somos de rampa, el hilo se corta por los más débil y fuimos despedidos por eso».

Los trabajadores de LAFSA apoyaron la lucha de los despedidos y realizaron un ayuno de 24 horas, durante el pasado miércoles. «Ahora la gente de Ezeiza planea otro campamento en nuestro apoyo con gente de base, que pertenecen al mismo gremio que nosotros», comenta Andrés. Y continúa: «la solidaridad es de todos los sectores: partidos de izquierda, organizaciones sociales y de derechos humanos. Gracias a eso seguimos en la lucha también».

Por último, Andrés Chávez afirma que «la idea es que nos definan de una vez por todas si vamos a entrar o no en Aerolíneas o en InterCargo. Nosotros estamos reclamando pacíficamente lo que es justo: queremos trabajar. Nosotros seguimos acá y vamos a seguir hasta el final».


ANRed agradece los aportes de Andrés Chávez y Fabián Aquino para la realización de esta nota.


Contactos

 Fabián Ross 15-6052-8004

 Guillermo Cortegoso 15-5596-9648

 Pablo Tavolaro 15-5302-9472

 Carlos Platkowski 15-5056-3811

 Gastón Laigle 15-5331-8142



0 comentarios

1000/1000
Los comentarios publicados y las posibles consecuencias derivadas son de exclusiva responsabilidad de sus autores. Está prohibido la publicación de comentarios discriminatorios, difamatorios, calumniosos, injuriosos o amenazantes. Está prohibida la publicación de datos personales o de contacto propios o de terceros, con o sin autorización. Está prohibida la utilización de los comentarios con fines de promoción comercial o la realización de cualquier acto lucrativo a través de los mismos. Sin perjuicio de lo indicado ANRed se reserva el derecho a publicar o remover los comentarios más allá de lo establecido por estas condiciones sin que se pueda considerar un aval de lo publicado o un acto de censura. Enviar un comentario implica la aceptación de estas condiciones.
Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Ir arriba