10/06/2011

Ciclo-debate: «Ahora Juicio y Castigo a las empresas y civiles»

1-515.jpgCon eje en la exigencia de Juicio y Castigo a las empresas y civiles cómplices de la última dictadura militar argentina, se desarrolló en Rosario una charla-debate, parte de un ciclo realizado en la región, que contó con la presencia de trabajadores y delegados de los años 70. Los obreros señalaron la responsabilidad de quienes se beneficiaron y enriquecieron con la implementación del modelo económico que impulsó la dictadura. Esta iniciativa de carácter nacional marcó su paso por la ciudad de Santa Fe, Rosario y Villa Constitución, donde contó con la organización del Plenario Obrero y Popular y la Unidad Antirrepresiva por los Derechos Humanos (UADH). Por Indymedia Rosario.


Julio Dalessandro, trabajador y activista sindical en Mercedes Benz en la época, integra el grupo de trabajadores y delegados de los años 70 que se vienen organizando para luchar por el Juicio y Castigo a las empresas y civiles cómplices con el genocidio. En ese carácter, se hizo presente junto al documentalista Aldo Getino, de Mascaró Cine Americano, para participar de la charla-debate que tuvo lugar en la sede de AMSAFE Rosario el viernes pasado.

Dalessandro manifestó que durante la década del 70 las empresas multinacionales «fueron cómplices” en la organización e instauración del terrorismo de Estado que ejecutó la ultima dictadura cívico militar, para abrir camino al modelo económico neoliberal. La activa participación de las empresas se manifiestaba en las listas que ya en 1973 se conocían en fábricas como la de Mercedes Benz, Ford, Tensa, entre otras, y la tortura dentro de las mismas como modelo para desbaratar a la organización obrera que venía creciendo.

Los comandos de organización dentro de las empresas contaban con el Batallón 601 «disfrazados de directores y jefes de seguridad”, afirmó el activista sindical. El plan de persecución, secuestros y desapariciones se ejecutó en las principales industrias como Ford, Acindar, Mercedes Benz, en donde fueron desaparecidos 14 trabajadores.

Dalessandro sostuvo además que el objetivo central era apuntar a la clase obrera y su poder de organización, como también atacar a las fábricas que producían para el mercado interno, habilitando la importación de productos a bajo costo para eliminarlas.

El grupo de trabajadores y delegados de los 70 está trabajando activamente en la recolección de pruebas y testimonios y en este sentido están desarrollando en conjunto con Mascaró Cine Americano un documental titulado «Buscamos Vida”, para utilizarlo como herramienta de difusión y también para presentarlo en los juicios «para que cualquier compañero que haya atravesado esa experiencia pueda difundir y decir quien era el enemigo de la clase obrera”.

A continuación, compartimos la entrevista realizada a Julio Dalessandro:

«Que la gente entienda quienes son los responsables del genocidio para que no vuelva a ocurrir lo mismo”

 Soy Julio Dalessandro, trabajé en Mercedes Benz en los años 70. Estábamos adhiriendo a la Lista Marrón y ahí construimos una oposición al sindicato Smata, que estaba primero Klosterman y después Rodríguez. Ambos culpables también del genocidio en la Argentina.

 Indymedia Rosario: ¿De qué se trata la actividad que están exponiendo los compañeros trabajadores de los 70?

 J.D.: Nosotros siempre sostuvimos que las empresas se habían organizado junto con los militares. Con otros compañeros nos juntamos a través de los juicios de Campo de Mayo, ya no como Asociación de Mercedes Benz y compañeros de los desaparecidos de Mercedes Benz, sino con grupos de Tensa, de Cantábrica, de Ford. El objetivo que tenemos es que se acerquen otros compañeros que tienen pruebas, también que fueron torturados dentro de fabricas, como es el caso de los compañeros de Ford, de Acindar, de Tensa, donde los torturaban el mismo sindicalista de la Concentración Nacional Universitaria, parte de las tres A.

En todas las fabricas, ya en el año 73, estaban las listas para empezar a descabezar al movimiento obrero que no podían parar. Todo este tipo de pruebas es la que estamos presentando para que se lleve a juicio a estas empresas, que haya algún fallo técnico.

Tenemos armadas los casos de dos fábricas que si cualquier juez tiene que levantar esa causa tendría que meter en prisión perpetua a los responsables de las empresas Ford y Mercedes Benz. Esta última, más agravante todavía porque tiene 5 hijos apropiados, uno el gerente, otro el hermano, Tasselkraut, y después otros más.

Eso es parte de esto que estamos diciendo que en Campo de Mayo hubo 200 chicos apropiados, que masacraron a la clase obrera más organizada y a las organizaciones revolucionarias. De esto se encargó el Ejército y justamente en Campo de Mayo funcionaba una oficina de la CIA, las tres A, el plan Cóndor, comando de organización que tenían el Batallón 601 de Inteligencia dentro de todas estas fábricas disfrazado de directores, jefes de seguridad. Nosotros teníamos a Lavallén, que era el comisario de San Justo, que tenía una nieta recuperada, la primera. A él lo meten preso por la nieta recuperada, no por haber secuestrado y matado y hacer desaparecer compañeros de Mercedes Benz, que son catorce trabajadores. Tenemos infinidad de pruebas y con esto lo que queremos es que estos jueces, que están haciéndose los distraídos, son cómplices, que lo demuestren si no son cómplices, levanten eso y que hagan justicia. Con esto vamos a hacer presión y una movilización tan grande que van a tener que quedar escrachados como lo que son, o sino levantar estos juicios.

Lo que queremos con esto es también que se acerquen estos compañeros, en cada lugar que hacemos algo se acercan compañeros, donde están dando pruebas de un montón de cosas que tuvieron que ver con las empresas. Siempre se decía que era un golpe militar. Nosotros dijimos que es un golpe cívico militar, ahora estamos diciendo que era más cívico que militar porque son las empresas las que ahora se están beneficiando de ese golpe.

 I.R.: Ustedes, como trabajadores de estas grandes empresas, denuncian que estas apoyaron el golpe y lo impulsaron. ¿Cuáles eran las razones que tenían esas empresas para actuar de esta manera?

 J.D.: Cuando se reunían Martinez de Hoz y López Aufranc en el año 73, una vez al mes con el grupo Perrieau, tenían dos cosas: primero, descabezar al movimiento obrero para tratar de meter esto que metieron ahora, el laburo precario, todo este tipo de sistema neoliberal. Por otro lado, asociándose a las multinacionales, querían tratar de que todas las fábricas que eran para el consumo interno del país, eliminarlas. Es lo que hicieron apuntando como blanco a la clase obrera y las fábricas que trabajaban para el mercado interno fueron eliminadas con las multinacionales que hacían entrar los productos a bajo costo para eliminarlas. En ese momento parte de la industria nacional se fueron a Brasil y las otras trabajaron más especulando de lo que produjeron. Ese fue el blanco, por un lado la clase obrera y por otro la industria nacional. Esas eran las razones.

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 I.R.: Contanos sobre tu experiencia, vos trabajas en Mercedes Benz. ¿Cómo lo viviste?

 J.D.: Nosotros lo que fuimos a hacer en Mercedes Benz fue lo que venía del Cordobazo, éramos hijos del Cordobazo y empezamos a trabajar, pero como ya había represión en Córdoba y en otros lugares lo hicimos de forma clandestina para no ser echados por la patronal que estaba con los alcahuetes de Smata de José Rodríguez. Habían puesto a toda la policía, los grupos policiales estaban en las fábricas para detectar quienes eran los clasistas. Eliminaban a los clasistas pero también a quienes iban a apoyar a los clasistas.

Nosotros mismos somos parte de una Comisión de Campo de Mayo y cuando vamos a los juicios, los genocidas reconocen que de acuerdo a los manuales de guerra de Argelia, lo que había que hacer era romper una parte para que por veinte años quede intacto el miedo y el pánico. Entonces de ahí que a los más capaces y los mas revolucionarios y conscientes se encargó el Ejército de eliminarlos y a otros los dejaban sueltos para sembrar el pánico dentro de la población. A ellos les fue bien porque dijeron ‘por veinte años vamos a estar tranquilos’. Eso lo dicen los mismos manuales de guerra de Argelia. El capo máximo de eso, el que se jacta de ser el mejor, incluso de enseñarle a los norteamericanos era López Aufranc, que en el 73 y una vez al mes se reunían para ir planificando junto con las empresas este tipo de genocidio. Por un lado, se reunían López Aufranc y Martínez de Hoz con el grupo Perrior y otros que eran empresarios nacionales según ellos, pero que representaban a una gran industria.

En Campo de Mayo, en cambio, los que se reunían eran el grupo de las empresas multinacionales con el Ejército. Ahí estaban la CIA y estaban todos los más rancios y más fuertes del Ejército. El Batallón 601 tenía en todas estas fábricas un elemento que respondía al 601. El 601 respondía a su vez al instituto militar y ahí cocinaban todo entre la embajada. Tenemos compañeros del grupo de trabajadores y delegados de este grupo que estaban en la lista, de Ford por ejemplo, que poseía la embajada de Estados Unidos. Iban a buscar los legajos que tenían los compañeros y estaban también en la embajada de EEUU. El que era jefe de seguridad de Ford, cuando elimina toda la oposición clasista, va a trabajar a la Embajada de Estados Unidos de nuevo. Es clarito todo eso. Tenemos muchas pruebas y con esto que estamos haciendo es hacer saber a la población quien es el genocida. A los que apretaron el gatillo los estamos juzgando, pero a los otros, quienes se están beneficiando hoy en día, los tenemos que tocar porque ellos se tienen que hacer cargo. Nosotros tenemos una lista hecha, originalmente por el alemán Snuk, que es el jefe, con toda la gente que tiene que salir de fábricas porque eran compañeros dirigentes. Ellos salían e iban a ser detenidos y desaparecidos.

En Ford por ejemplo, hay un grupo que es secuestrado y desaparecido y otro grupo que apoyaba a este Smata lo van a torturar dentro de la fábrica, en un quincho, lo van a meter preso y después de 3 años lo van a dejar. Justamente ellos hacían la diferencia entre la gente que era peligrosa, que era la que quería participar del poder y algunos tomar el poder y otros que se organizaban para defender los derechos del trabajador

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 I.R.: ¿Cómo se organizaron con estos compañeros, cómo se encontraron para llevar adelante esta iniciativa?

 J.D.: Justamente nosotros veíamos que Campo de Mayo estaba cerrado, que Campo de Mayo no se tocaba. Se tocaba la ESMA, se tocaban mucho lugares y sabemos que Campo de Mayo no. Uno de los motivos es que todavía hay 400 represores, milicos genocidas. Ahí estuvieron las empresas multinacionales, que ahí estuvo el Plan Cóndor y su jefatura, que ahí estuvieron las tres A. Entonces Campo de Mayo era muy difícil de tocar. Cuando se logra con el impulso de la lucha de los compañeros de Derechos Humanos, se abre el primer juicio del negrito Floreal, un chico que tenía 15 años, que lo matan, era comunista y lo matan porque el padre trabajaba en Tensa y era un dirigente obrero.

Nosotros siempre acompañamos todas las veces que hay audiencias de los juicios de Campo de Mayo, estamos presentes con una bandera donde están todos los logos de las empresas (no todos porque son más de 600) que financiaron y son las que después se van a beneficiar con el golpe. Ellos financiaron, organizaron junto con el Ejército y después se beneficiaron. En esta bandera están las principales y ahí estamos presentes en todos los juicios de Campo de Mayo.

En el primer juicio veíamos que todos los compañeros estábamos diciendo lo mismo, si en mi fabrica había uno que era jefe, había muchos policías y ahí empezamos a juntarnos y en el primer juicio de Campo de Mayo con el compañero Floreal y otros compañeros de Astarsa, de Cantábrica, de Tensa formamos este equipo y queremos que se agrande, sabemos que hay muchos compañeros que están en la misma situación y que nos tienen que ayudar a difundir esto.

Este documental que estamos haciendo es una herramienta que vamos a presentar en los juicios para que cualquier compañero que haya atravesado esa experiencia pueda difundir y decir quién era el enemigo de la clase obrera, el que mató, el que robó chicos y todo lo demás. Decimos que es un genocidio porque ellos mismos lo dicen, tuvieron que sacarle los hijos a los compañeros y robárselos porque sino podían ser terroristas. Para ellos terroristas era alguien que trataba de participar del poder, de no ser sometido por todas las dictaduras que venían unas tras otras hasta el año 76 en toda América.

Ahora se va a hacer un grupo de abogados en donde van a participar el compañero Pablo Llonto, uno de los abogados nuestros, Héctor Ratto, un sobreviviente de Campo de Mayo. De 5000 quedaron 40, uno es él. Estamos formando un grupo para ir directamente contra los cómplices civiles empresarios. Van a participar el Serpaj, la Liga por los Derechos del Hombre, los humanistas, porque tiene que salir a la luz. Acá hubo un genocidio con los pueblos originarios, hubo otro genocidio en el 76 y no queremos que haya otro.

El objetivo nuestro es que la gente entienda quienes son los responsables del genocidio para que no vuelva a ocurrir lo mismo.

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