25/08/2003

La Salud en manos de los trabajadores

El miércoles 6 de agosto los trabajadores de la Cooperativa de Salud Medrano (Ex Asociación Mutual Evangélica) fueron notificados de la sanción judicial que les otorga la tenencia de la clínica que permanecen ocupando desde octubre de 2002, desde que decidieron detener el vaciamiento que estaban realizando los por entonces dueños.

La noticia fue bien recibida por los trabajadores ya que, si bien no esperaban no esperaban intimaciones, representa un importante paso en el camino a la expropiación.
«Fuimos despacio – comenta Daniel, de la Cooperativa – nunca nos apresuramos porque si das el segundo paso antes que el primero se te puede complicar. Esperamos la quiebra, que fue el 20 de mayo, luego presionamos para que se hiciera el inventario, que es fundamental para que se otorgue la tenencia. Ahora comienza una nueva etapa para nosotros».

La clínica reabrió sus puertas el 18 de noviembre realizando atención primaria, como se está haciendo en la actualidad, aunque el crecimiento fue muy importante: comenzó a funcionar con dos médicos, en la actualidad son 43 junto a los trabajadores de la salud que conforman la cooperativa que forma parte del Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas. En la actualidad la cooperativa, cuenta con 240 socios adherentes.
«Nuestro objetivo es ahora abrir la clínica de manera integral – señala Mario – tenemos cuatro quirófanos listos para ser utilizados ya, una sala de terapia intensiva, y una unidad coronaria completamente equipada». También se pudieron cancelar las deudas con las empresas de servicios, permitiendo la reconexión a los mismos. «Durante estos años fue muy común hacer clínicas como negocios rápidos, se hicieron miles de dólares rápidamente y se vaciaron, dejando en la calle a los trabajadores». En este caso particular, los trabajadores pudieron precisar que el último en adquirir la clínica fue Héctor Lombardo, ex ministro de Salud de De la Rúa, cuyo cargo le permitió realizar grandes negocios con obras sociales que pagaban los servicios, aunque la clínica no pagaba a los trabajadores ni a los proveedores de insumos.

El vaciamiento de la clínica contó, como es habitual, con la burocracia del sindicato (en manos de Héctor Daer, hermano del titular de la CGT oficial), pero fue muy importante el apoyo de los trabajadores de la Lista Bordó, opositora en el gremio, de los hospitales de la zona y el Garraham que les acercaron ayuda muchas veces. «Algunos compañeros teníamos alguna experiencia sindical, pero a pesar de eso no había ni siquiera una comisión interna.

Sin embargo, pudimos ayudar a los compañeros que no estaban movilizados, ya que este reclamo comenzó como un reclamo sindical, por el pago de los salarios atrasados».
Uno de los desafíos más importantes para los trabajadores es llegar a desarrollar un proyecto de salud que mantenga este valor al resguardo de la mercantilización al que ha sido históricamente sometida la salud. Como señala Daniel, «Nosotros trabajamos con un tema muy delicado. Si vos te equivocás en cualquier trabajo, sin subestimar a las demás empresas y fábricas recuperadas porque somos todas parte de la misma lucha, se te muere una persona. Nosotros, que llevamos trabajando muchos años en esto estamos convencidos de que la salud puede ser muy barata y accesible para todo el mundo. En el caso nuestro, nos podemos llevar un sueldo a casa porque no existe la plusvalía que se lleva el patrón, no tenemos gerentes ni encargados ni dueños. No hay sobreprecios, hacemos un costo real y recargamos un pequeño margen para no perder plata, no para obtener ganancias extraordinarias».

Los trabajadores dedican los lunes y miércoles cuatro horas a atender desocupados sin cobrarles el bono de consulta. «La idea es conseguir una espalda económica para solventar los insumos, si pudiéramos trabajar sin cobrar nada lo haríamos, porque nuestra idea no es ganar plata, sino hacer una atención solidaria y poder vivir brindando un servicio a los trabajadores».



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