Cartoneros y vecinos de Núñez y Saavedra se pronuncian en contra del cierre de la estación de tren Núñez
Los recolectores de cartón pueden perder sus fuentes de trabajo por la decisión del fiscal Marcelo Martinez Burgos, quien afirmó que «los trenes son usados por los delincuentes para llegar al barrio», sin presentar pruebas concretas.
Es por el peligro que corren las fuentes de trabajo de los recolectores de cartón ante las acciones que lleva acabo el fiscal de la zona, Marcelo Martinez Burgos. Este vincula las recientes violaciones con los cartoneros y pretende que el tren en que viajan no circule más por Nuñez. Por eso, desde el barrio, se han empezado a juntar firmas «para que los cartoneros no sean discriminados» y puedan continuar utilizando el servicio por el que pagan.
Desde hace un año, en la esquina de la estación Núñez, sobre Manuela Pedraza, la asamblea de Núñez-Saavedra y vecinos del barrio comparten una olla popular y actividades recreativas con más de 300 cartoneros, que diariamente viajan en el ramal Tigre-Retiro.
Según el fiscal Martinez Burgos, «los trenes son usados por los delincuentes para llegar al barrio». Aunque no presentó pruebas al respecto, el funcionario dio la orden a TBA para que el tren cartonero no se detuviese en esa estación y declaró que «se está tratando de trazar y armar distintas tareas de prevención».
ANRed tuvo la oportunidad de escuchar la opinión de diferentes cartoneros. «A mi que no me vengan a decir que la inseguridad es de los cartoneros. ¡Es el hambre que hay!. No creo que de nosotros salgan los chorros. Así estamos metiendo a todos en una misma bolsa» comentó Rodrigo de 22 años. Un padre de familia agregó que «violencia hay en todos lados, no sólo en Núñez. Pero no porque haya violencia van a echarle la culpa a los cartoneros ¿Por qué nos discriminan de esta manera? Venimos a laburar por nuestros hijos, tenemos que darle un pedazo de pan». «Después que nosotros nos vamos, la inseguridad sigue existiendo» añadió una mujer.
Respecto al crecimiento de operativos policiales en el barrio, un joven cartonero de 18 años manifestó: «la ultima vez que me llevaron detenido, perdí la ropa y el carro, todo. Me querían acusar de robar y me agarraron a mi. Me tuvieron 16 horas, me pegaron, me mandaron a juicio y se me cerró la causa. Como no tenia antecedentes y no tenían pruebas, me largaron. La policía no nos tendría porque parar si estamos trabajando».
En contraposición con la fiscalía de Núñez, el jefe de gobierno Ibarra, señaló en Radio 10, ayer por la mañana que «la mayoría de las violaciones (de la ciudad) corresponden a conocidos, no a los cartoneros». En este sentido, el director de prensa de TBA, Jorge Molina, remarcó que «no hay posibilidad de que viaje cualquiera en el tren (cartonero), es más probable en el tren común», ya que «los cartoneros están identificados» a través del abono que pagan. Además dijo que conoce muy bien a los cartoneros que viajan, y que «no son delincuentes».
Si bien Molina aclaró que los recolectores de residuos abonan una «tarifa social» para viajar, varios cartoneros informaron que pagan «lo mismo que cualquiera, con la diferencia de que para la otra gente hay baños y trenes a horarios».
Por otra parte, TBA habría recibido amenazas de algunos vecinos responsabilizando a la empresa ferroviaria y a los cartoneros de «afear» el barrio y disminuir el valor de las propiedades. El conflicto es similar al ocurrido el año pasado en el barrio de Colegiales, donde se pretendía cerrar la estación de Carranza por iguales motivos. Sin embargo, en ese caso, la movilización y la presentación de firmas por parte de varias asambleas y recolectores informales de residuos produjo la reapertura de la estación.