Un monumento para visibilizar a los Pueblos Originarios
El historiador y periodista Osvaldo Bayer y el artista plástico Andrés Zerneri impulsaron un proyecto «participativo y solidario” que apunta a la recolección de llaves y objetos de bronce para la construcción del monumento más grande del patrimonio escultórico de Argentina (de diez metros de altura) con la figura de la Mujer Originaria. En una entrevista con esta agencia, el artista plástico destacó que el objetivo es «ayudar a visibilizar la presencia de los pueblos originarios en la sociedad».
Con el objetivo de hacer visible y reivindicar a los pueblos originarios, que forman parte del pasado pero también del presente y el futuro de nuestra historia el historiador y periodista Osvaldo Bayer y el artista plástico Andrés Zerneri impulsaron un proyecto «participativo y solidario” que apunta a la recolección de llaves para la construcción del monumento más grande del patrimonio escultórico de Argentina (de diez metros de altura) con la figura de la Mujer Originaria. La iniciativa tiene además un doble objetivo: donar a la Ciudad de Buenos Aires esa pieza escultórica para que sea reemplazada por la del genocida Julio Argentino Roca, ubicada en Perú y Diagonal Sur, Capital Federal.
«La idea es ayudar a visibilizar la presencia de los pueblos originarios en la sociedad. Por eso la realización de la escultura es toda una estrategia de comunicación para poder hablar de ellos y en este tipo de proyectos el arte sirve como una herramienta para subirles el volumen a los pueblos callados, oprimidos”, explicó en una larga entrevista con Anred, el artista plástico que en junio de 2008 realizó el monumento al Che en la ciudad de Rosario, Santa Fe.
Lo que le da vida a este proyecto es la participación colectiva ya que para la realización de la escultura se necesitan diez mil kilos de bronce donado solidariamente. «Vemos al arte colectivo como un generador de actos simbólicos que inspiran cambios de conciencia necesarios para consolidar modificaciones a nivel social. Es importante que la misma ciudadanía se reapropie de lo público y de nuestra historia, asumiendo un rol participativo y protagónico”, resaltó Zerneri.
¿Cómo surge el proyecto del Monumento a la Mujer Originaria?
— Surge a partir de la experiencia que veníamos cultivando a raíz del monumento al Che, el primer monumento de bronce a Guevara, una escultura que fue donada a la Ciudad de Rosario en 2008 producto de la donación de 75 mil llaves, entregadas por 14.700 personas. Esta escultura fue un proyecto colectivo y participativo. Nunca antes 55 mil personas se juntaron en un espacio físico tras las ideas del Che. Tras esa inauguración Osvaldo Bayer, en un lugar público dijo, casi como una sugerencia que sería bueno que se le rindiera un homenaje a los pueblos originarios de la misma manera, aprovechando de esa experiencia. Y quienes estábamos presentes ahí y ya teníamos toda esta red de amigos que se habían unido para rendirle homenaje al Che dijimos poner la experiencia en ese proyecto nuevo. Y la primera actividad que hicimos fue consultarles a los pueblos originarios qué les parecía la idea de hacer una escultura rindiéndoles un homenaje.
¿Qué respuestas tuvieron de las comunidades?
— Nos encontramos con que para los pueblos originarios no es importante hacer un monumento y mucho menos de bronce porque tiene una connotación fría, institucional, casi asesina también. Teniendo en cuenta que la persona más reproducida en monumentos en Argentina es el General Roca. Entonces la idea de hacer un monumento en la Capital de Argentina tiene que ver con una estrategia de comunicación, una posibilidad mediática de llamar la atención sobre los problemas, denuncias y cuestiones culturales que ellos quieren propagar. Entonces ahí si les es favorable a las comunidades originarias entender que se puede hacer un monumento de estas características que ellos lo van a apoyar y está bueno que tengan participación en el proyecto.
¿Con qué comunidades se contactaron?
— Con casi todas. Hay entre 26 y 30 naciones dentro de nuestro país y hemos hablado con casi todas. Desde hace un año que estamos yendo una vez por mes a los lugares en los que hay comunidades. Tenemos documentada su opinión y cómo se ven a ellos mismos para ser retratados en una escultura. Tenemos opiniones muy distintas, pero también la construcción de la escultura es colectiva entonces en esa parte ellos tienen una expresión y una opinión.
¿Por qué elegiste la figura de una mujer para representar a los pueblos originarios?
— La figura de la mujer se dio primero como un hecho muy natural. En términos escultóricos cuando hablamos de una escultura hablamos en femenino sobre la raza humana toda. En una escultura es mejor hablar desde la figura de una mujer para hablar del futuro, de la gestación, las nuevas generaciones. Queremos hacer un monumento que hable de los pueblos originarios pero no en relación al pasado solamente, sino del presente y el futuro, que conforman nuestra familia, nuestro país. Esta idea de pensar a los pueblos originarios y las nuevas generaciones me parece que se dice mejor desde el cuerpo femenino. Entonces nos vemos representados todos: hombres y mujeres en ese cuerpo femenino, en la Pachamama, en la gestación, lo que da la tierra. Todo eso es femenino por eso me parece mejor hacerlo así. Así que se dio como un hecho natural en términos escultóricos y no estrictamente como la defensa del género. Creo que simbólicamente se representa mejor así. Y después se fue llenando de otras cuestiones más políticas del género. Pero nació como un hecho muy natural.
¿Crees que actualmente hay una reivindicación de esas comunidades?
— Creo que ahora estamos entendiendo nuestro origen latinoamericano, estamos atravesando un nuevo paradigma de quiénes son los dueños de la tierra. No es que los aborígenes se ven más sino que estamos más sensibilizados por todo un contexto que tiene que ver quizás porque tenemos un Evo Morales en nuestra región, porque muchos grupos de aborígenes ya tienen muchos años de militancia.
¿Presentaron algún proyecto para reemplazar este monumento por el de Roca?
— No presentamos ningún proyecto porque no tenemos que presentar proyectos para regalarle una escultura al gobierno de la Ciudad, se lo vamos a regalar igual. Queda luego en el consenso legislativo aceptarlo y hacer el cambio de un monumento por otro y lo que vamos a hacer nosotros es (está tipificado en el código civil como) una «donación con cargo”, sería una donación bajo condición, esa es la figura legal. En este caso la condición es que saquen el monumento de Roca para poner en ese lugar la escultura más grande de todo nuestro patrimonio escultórico del país. En la iniciativa están involucradas más de 45 mil personas que son las que donan las llaves y de esta manera están haciendo la donación a la Ciudad.
¿Crees que la escultura va a visibilizar los Pueblos Originarios?
— Sí, ese es el objetivo. Nos hemos propuesto una tarea muy difícil, con un camino difícil que requiere mucho esfuerzo pero sabemos que es el más legítimo porque sabemos que hace participar a mucha gente. Creemos que cuando la escultura esté terminada la sensibilidad social con respecto a este tema será aun mayor. Mucha gente que no sabe que en nuestro país no se habla un solo idioma, sino existen 14 lenguas o no saben que el 61 por ciento de la población Argentina tiene algún vínculo genético con nuestros pueblos originarios, en el camino de esta construcción se va a enterar.
Participá acercando tu llave a Cabrera 3653, Palermo viejo.
Informes al (011) 4862-8051