Eduardo Lucita explica la encrucijada Garrahan
Eduardo Lucita, director de la revista Cuadernos del Sur e integrante del colectivo Economistas de Izquierda (EDI), dialogó con ANRed acerca del conflicto entre los trabajadores no médicos del hospital Garrahan y el Gobierno nacional. Mientras que la política económica de Néstor Kirchner apunta al superávit fiscal y a la política de desendeudamiento, «los subsidios del Plan jefes y jefas tienen los mismos 150 pesos que antes de la devaluación y los empleados estatales tienen sus salarios prácticamente congelados desde hace 13 años», sostiene Lucita. Asimismo, el economista aclara la relación mítica entre inflación y aumentos salariales y afirma que «el gobierno nacional ha convertido el conflicto del Garrahan en un conflicto político».
Eduardo Lucita es economista, director de la revista Cuadernos del Sur e integrante del colectivo Economistas de Izquierda (EDI). Ha publicado notas de análisis para otros medios y editó libros como «La patria en el riel» y «La patria periodística». También coordinó diversos encuentros; el último, «América Latina hoy: una nueva fase política», se está desarrollando en el Hotel Bauen.
En dialogo con ANRed, explicó la relación entre un gobierno que apunta al superávit y a los pagos de la deuda externa, pero que mantiene los sueldos congelados, y expone las razones por las cuales el conflicto del hospital Garrahan es un «caso testigo».
Antecedentes de la lucha de los trabajadores no médicos del Hospital Garrahan
«El conflicto del Garrahan hay que ubicarlo en el marco del alza de conflictos sindicales que acompaña el actual ciclo expansivo de la economía nacional: el PBI creció 8.8% el primer año, 9% el segundo y este parece cerrará entre el 7 u 8%, lo que anunciaría un piso tal vez del orden del 5% para el 2006.
«Los conflictos de telefónicos y subtes marcaron un punto de inflexión, pues hasta ese momento los reclamos salariales eran por superar el nivel de pobreza (hoy de $780), pero estos conflictos levantaron el techo y es lo que hoy pide el Garrahan: los $1800 que cuesta la canasta familiar histórica».
El por qué del superávit fiscal
«La acumulación de superávits que hace el Estado obedece a varias razones: por un lado los pagos de la deuda, hasta fin de año vencen más de 10.000 millones de dólares y no es seguro que puedan refinanciarse.
«Por otra parte está ahora de moda la «política del desendeudamiento» que el gobierno la hace pasar como una iniciativa propia pero que en realidad es una imposición del FMI que quiere bajar su exposición crediticia, a tal punto que la política de desendeudamiento la están llevando a cabo la Argentina, Brasil y Turquía que son los tres países que más le deben al FMI.
«Pero además el gobierno necesita el superávit excedente para los subsidios a las empresas. Sea para servicios públicos privatizados para que no aumenten las tarifas o para usarlos en la renegociación de los contratos, o bien como apoyo al complejo industrial exportador, en el que se incluyen algunas PyMES».
El gobierno dice: Sí al pago de la deuda
«El extraordinario superávit fiscal existente es producto de que el Gobierno Nacional tiene buena parte de sus ingresos fiscales dolarizados, por las retenciones a las exportaciones que están alcanzando un récord histórico, en tanto que los egresos siguen en pesos. Por ejemplo, los subsidios del Plan jefes y jefas tienen los mismos 150 pesos que antes de la devaluación y los empleados estatales tienen sus salarios prácticamente congelados desde hace 13 años. Por otra parte, diversos estudios muestran que medidas en moneda constante las partidas presupuestarias destinadas al gasto social se han reducido.
«Este alto superávit es lo que ha facilitado la renegociación de la deuda externa, donde el gobierno ha tomado un compromiso nunca antes conocido de transferir al exterior el 3.2% de superávit, que llega al 3.9 si se le suman los 0.7% de las provincias. Pero el superávit real es mayor porque está calculado exprofeso sobre estimaciones más bajas de crecimiento de la economía y porque hay muchas partidas presupuestarias que se subejecutan, por lo que el superávit real supera el 5%. Por esta razón es que el FMI está ahora presionando para que se comprometan a transferir al exterior hasta el 4.5%.
«Pero de esto también son conscientes los trabajadores del sector público que piden aumentos conociendo que ahora hay plata para pagarlos. De la misma manera que los trabajadores del sector privado conocen que las ganancias empresarias han aumentado más del 50% en estos años. Los trabajadores buscan así recuperar parte de lo que le sustrajeron en los años pasados».
Romper el mito de aumentos salariales vs. inflación
«El problema de la medición de la inflación y la pobreza es que la línea de pobreza se mide por el valor de la canasta básica, por lo tanto, cada vez que suben los precios, especialmente los de primera necesidad, más gente queda por debajo de la línea hoy en $780. Si los precios bajaran, habría menos pobres porque cada punto de inflación genera más de 100 mil personas pobres.
«En relación a que si «los aumentos salariales generan inflación», esta afirmación se desarma
fácilmente: en la industria automotriz el valor de la mano de obra en el costo final de un vehículo es del 3% (según declaraciones del Secretario General del SMATA); acaba de publicarse un estudio sobre la industria plástica donde se señala que el costo salarial no supera el 5 ó 6%; en la industria de autopartes es del 6%; sube un poco en las empresas de servicios pero no más del 12 o 15%.
«Por lo demás de los 400 convenios ya firmados, el 85% la burocracia sindical los firmó por mínimos que no superan los 700 pesos. Es difícil demostrar esta afirmación, por el contrario la verdadera causa de la inflación está en el carácter oligopolico de la economía argentina: unas 200 empresas son las formadoras de precios. Y en el modelo primarizador exportador, que exporta básicamente lo que se llaman bienes salarios, cuanto más se exporta más tienden a subir los precios internos, granos, harinas, aceites vegetales, azúcar, petróleo, etc.».
Garrahan: caso testigo
«El gobierno nacional ha convertido el conflicto del Garrahan en un conflicto político: lo utiliza en la campaña electoral, pero también como caso testigo. Si el gobierno derrota a los trabajadores, esto impactará en el conjunto y será utilizado como un símbolo de fortaleza ejemplificador para el resto de los trabajadores. Si triunfan los trabajadores no sólo le doblarán el brazo al gobierno sino que habilita y potencia el resto de los conflictos salariales, sobre todo en el sector público».
Los trabajadores no médicos del Hospital Garrahan decidieron hoy en Asamblea no realizar paro durante esta semana. La decisión es momentánea y está vinculada a que «hemos votado una jornada de esclarecimiento el miércoles a las 15 en Corrientes y Callao», según declaró Gustavo Lerer, delegado de la Junta Interna. El objetivo de esta jornada es dar a conocer el reclamo legítimo de los trabajadores y el por qué de los paros y un gobierno que hace oídos sordos.
Por otra parte, Lerer relató que «hoy reiteramos el pedido de una reunión urgente de paritarias, para tratar la propuesta que ya es pública que es que con la misma masa salarial, en lugar de que el director se lleve 1200 pesos y una enfermera 200, haya un reparto, una distribución equitativa. Si no hay respuesta, iremos al Ministerio de Trabajo para ver si podemos realizar la reunión. Hoy la pelota la tiene nuevamente el gobierno».
Con respecto a la posibilidad de despido y al descuento salarial de los días de paro, Lerer afirmó que «son golpes que hemos recibido con un estoicismo importante, todos los trabajadores» y resaltó que «estamos en asamblea permanente y preparándonos para seguir movilizándonos».