17/08/2005

El acampe piquetero en Plaza de Mayo comenzó con una amenaza de desalojo por parte de la policía Federal

Las organizaciones de desocupados, que exigen aumento de 200 pesos en el monto de los planes, se quedarán en la plaza hasta el viernes a la tarde. El gobierno dijo a los medios que no va a ceder y todavía no accedió al diálogo. La policía secuestró camionetas e impidió el paso de baños químicos para el cuidado de la plaza. «Ante esta sordera del gobierno, nuestra actitud es la de quedarnos y no dejarnos amedrentar», dijeron los manifestantes.


Hoy comenzó el acampe piquetero por aumento de planes sociales, que durará hasta el viernes a la tarde. Unas 15 mil personas, de diversas organizaciones sociales, marcharon desde la Plaza de los dos Congresos, este mediodía, en dirección a la Plaza de Mayo, donde instalaron carpas para pasar la noche.

Como respuesta, el ministro del Interior Aníbal Fernández y el jefe de Gabinete Alberto Fernández, coincidieron en afirmar que no tocarán el monto y la cantidad de los planes, y al mismo tiempo confirmaron que no van a reprimir.

Sin embargo, a las 21 horas, el comisario inspector Carlos Arturo Kevorkian, se acercó a la protesta para pedir el desalojo de la plaza, pero sin orden judicial. La respuesta de las organizaciones fue negativa y unos 500 desocupados, entre hombres, mujeres y niños, permanecieron en el lugar.

El operativo policial fue amenazador: alrededor de una decena de camiones hidrantes y un centenar de efectivos de la policía federal e infantería se apostaron detrás del ballado de la plaza, custodiando la Casa Rosada, mientras los piqueteros negociaban una salida pacífica con las autoridades policiales.

Por otra parte, las organizaciones de desocupados denunciaron que la policía secuestró dos camionetas y un trailer que llevaban el sonido para el acto central, que fueron retenidas en las comisarías 2ª y 4ª de la capital. También fueron retenidos, en la Av. 9 de julio, los transportes con los baños químicos que habían pedido los piqueteros para el cuidado de la plaza.

Jerónimo Altschuler, referente de la Unión de Trabajadores Piqueteros, manifestó que «el gobierno está sordo a nuestros reclamos, no nos da ninguna respuesta, ninguna señal, ni positiva ni negativa, nos manda las fuerzas represivas con actitud de apriete, nos dice que no nos podemos quedar en la plaza, que tenemos que sacar las carpas. Ante esta sordera, nuestra actitud es la de quedarnos, no dejarnos amedrentar. No nos vamos a ir hasta que tengamos una respuesta. Exigimos una reunión con alguien del ministerio, como Aníbal Fernández o el mismo presidente, no vamos a aceptar menos que eso».

La medida de fuerza responde a un plan de lucha que comenzó en abril, y recientemente se agudizó con cortes en los puertos el pasado 18 de julio, y el bloqueo de los accesos a la Capital Federal los días 2 y 10 de agosto. El reclamo central es el aumento del monto de los planes a 350 pesos, pero también comprende otras demandas, como la universalización de los mismos y la libertad de los presos políticos.

Hacia el jueves y viernes, las medidas de protesta se irán intensificando, en tanto el gobierno continúe con la negativa.

Este plan de lucha se fue consolidando con la unidad de casi todas las organizaciones de trabajadores desocupados del país: La Corriente Clasista y Combativa (CCC), el Movimiento de Trabajadores Desocupados (MTD) Aníbal Verón, el Polo Obrero, el Movimiento Sin Trabajo (MST) Teresa Vive, el Frente Popular Darío Santillán, la Unión de Trabajadores Piqueteros (UTP), el MTD 1º de Mayo, el Frente de Trabajadores Combativos (FTC) Nacional y la Coordinadora de Trabajadores Desocupados (CTD) Aníbal Verón, entre otros.


Las declaraciones del gobierno

Antes de comenzar la movilización, el ministro del Interior, Aníbal Fernández, rechazó la suba en el monto de los planes, y aunque dijo a los medios que «hablando es la única manera que se resuelve el problema», todavía no accedió al diálogo con los piqueteros. Con respecto a la salida pacífica del conflicto, confirmó que «nosotros lo hacemos sin sangre, sin heridos y sin muertos».

El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, también respaldó la postura de no reprimir: «no se explica por qué se recomienda el uso de la mano dura para desalojar la calle, cuando el método de la persuasión no ha sido malo». Pero advirtió a las organizaciones que no continúen con la protesta: «por simple que pueda ser un reclamo, se vuelven insoportables por la metodología usada».


Prensa:

Jerónimo Altschuler (UTP): 15-6017-4954



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