25/05/2010

Lo que no se contó de la reapertura del Teatro Colón

TAPAAA.jpg En la reapertura del Teatro Colón, del 24 de mayo, no todo fue color de rosa. El trabajador y productor del documental «Preludio de un teatro», Héctor Vidaurre dialogó con ANRed sobre la grave situación de los trabajadores del teatro y el Plan de refacciones llevado a cabo por el gobierno porteño, que perjudicó la acústica, entre otras cosas.


«La situación de los trabajadores del Teatro Colón sigue siendo muy grave porque desplazaron a 138 compañeros, que quedaron «a disposición», es decir no tienen un lugar específico donde trabajar», denunció Héctor Vidaurre a ANRed , un trabajador del teatro en el que se llevaron adelante – durante los últimos tres años – modificaciones en las distintas áreas y que tuvo su reapertura el 24 de mayo, en el marco de los festejos por el Bicentenario, de la mano del Jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri.

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No todo es color de rosa en el teatro más importante de la Argentina. Detrás de los telones se encuentra gran parte de los trabajadores. Los que luchan día a día por mantener sus puestos de trabajo, que en los últimos tres años, en los que se llevaron adelante refacciones, corrieron el riesgo de desaparecer. En una charla extensa con ANRed, el artista Vidaurre habló a cerca de esta situación, desde adentro.

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Cuando comenzaron las obras del Master Plan «nos desplazaron de los puestos de trabajo y luego nos prohibieron la entrada a todos los trabajadores», explicó Vidaurre, que es productor y realizador del documental «Preludio de un teatro», material que pone en evidencia las contracaras de la supuesta remodelación del teatro.

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 ANRed: ¿Cómo y cuándo comenzaron los planes que desbarataron el Colón?

Héctor Vidaurre: Las refacciones comenzaron a hacerse hace tres años y a muchos de los trabajadores nos sacaron del teatro. Nosotros estábamos haciendo la producción en los talleres internos. Nos dijeron que estaban acondicionando los espacios para trabajar. Como trabajadores en conjunto, algunos en la parte de esceno-técnica, otros en el sector administrativo y artístico, nos dispersaron por toda la ciudad, nos separaron a todos y por eso perdimos mucha fuerza, y las asambleas, que antes eran multitudinarias, empezaron a ser de muy pocas personas porque nos desarticularon. Nos dijeron que íbamos a un lugar para trabajar que supuestamente estaba acondicionado. Le llamaban «La Nube» porque le faltaba el techo. Era un tinglado, todo vacío, donde nos moríamos de frío.

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 ANRed: ¿Qué sucedió con los trabajadores durante la etapa de refacciones del teatro?

H.V.: Pensamos que los arreglos se llevarían a cabo con los trabajadores adentro, rotando según las modificaciones, y el teatro funcionando. Pero todo lo contrario, cuando lo cerraron y nos sacaron estábamos en plena producción, y las puestas se tuvieron que derivar a otros teatros como El Coliseo. Se alquiló el Luna Park y el Teatro Alvear, para terminar con las temporadas. Seguimos trabajando en estos espacios y después nos prohibieron la entrada a todos los trabajadores, excepto los directivos.

 ANRed: ¿Cuántos trabajadores había hasta ese momento?

H.V.: Hasta ese momento éramos cerca de 1200 personas. Pero García Caffi tenía la idea de que el Colón podía funcionar con sólo 800 personas. El teatro estuvo trabajando con 800 artistas, pero sin hacer óperas. Solo había ballet y obras que no requieren toda la capacidad. Ahora que retornamos al teatro, este año, nos dimos cuenta de que falta personal en todas las áreas.

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 ANRed: ¿Qué pasó con los trabajadores después de las refacciones?

H.V.: Ahora somos pocos, muchos se jubilaron, algunos fueron despedidos, otros se fueron, y lógicamente, falta gente para el escenario. Y a los que están en el sector de utilería, una vez que terminan de hacer toda la producción los mandan a cubrir el espectáculo.

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 ANRed: ¿Cuál es ahora tu situación y la de tus compañeros?

H.V.: Este año volví como trabajador al teatro. Pero la situación sigue siendo muy grave porque desplazaron a 138 compañeros, que quedaron «a disposición», es decir no tienen un lugar específico donde trabajar. Supuestamente si estabas desafectado del cuerpo del teatro tenías que buscarte un lugar en la Municipalidad donde trabajar. Cuando desplazaron a los trabajadores, el Ministerio de Cultura tomó algunos trabajadores y luego muchos entraron en el área de Salud o en otras que no tienen nada que ver con lo artístico. Te mandaban a Recursos Humanos de la Ciudad y si no te asignaban un lugar en seis meses, perdías el puesto, te indemnizaban y quedabas sin trabajo.

 ANRed: ¿Cómo continua esta grave situación?

H.V.: Con toda la lucha y peleas gremiales eso logró evitarse. Muchos trabajadores volvieron al teatro. También se hizo un juicio que implicaba a los trabajadores y a la parte edilicia. El teatro se rige por una Ley de Autarquía, que si bien ha venido siendo rechazada por su política de privatización, hay que destacar que en uno de los puntos dice que si se desplaza a los trabajadores fuera del teatro se tiene que respetar la cantidad que son y el espacio físico que se posee dentro del teatro. Claro que no se respetó nada. Las autoridades fueron en contra de la ley, hicieron todo lo que no se podía hacer. Y como la justicia es muy lenta, hicieron lo que quisieron, y recién ahora el fallo salió mostrando que estaba prohibido. Y las modificaciones en el espacio no se pudieron evitar, rompieron muros históricos, pero nadie va preso. El teatro no se cayó de milagro.

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 ANRed: ¿Cuáles son las modificaciones más importantes que se llevaron adelante en el teatro?

H.V.: Supuestamente la parte de acústica del teatro no se podía tocar. No se saben los valores de las mediciones que se hicieron antes de los cambios, porque no se hicieron públicas. Sin embargo aseguran que está igual, pero eso no es así. Se modificó parte de la sala principal, el foso de la orquesta, el escenario, la zona de platea la abrieron, y todo eso repercute en la acústica. Es una sala que no se debería tocar, pero las remodelaciones se hicieron y fue casi un milagro. Luego lo único que se arregló es lo que se va a ver en televisión: la fachada, el foyer, la sala y el escenario; pero todo lo otro que implica la esencia del teatro, como el subsuelo donde está la producción, no se arregló. El teatro no es solo lo que se ve de afuera, sino que tiene tres subsuelos. Por abajo es más grande que por arriba. Además tiene cuatro pisos hacia arriba y hay que tener en cuenta que una de las características primordiales del Colón es la producción propia total y eso es lo que nosotros defendemos. Es lo que se va a perder, se va a cambiar un modelo de producción por uno de importación de producción, que al Estado le va a salir más caro también.

 ANRed: ¿Qué acciones van a continuar realizando como trabajadores del teatro?

H.V.: Estamos buscando alternativas de lucha. El documental «Preludio de un teatro» que lo realicé junto con compañeros de sonido e imagen, luego de recopilar mucha información, lo seguiremos difundiendo por todos los medios, para que sirva como muestra de la problemática de los trabajadores en el teatro. Con el dinero que se utilizó se podrían haber construido cuatro teatros como el Colón.

Por María Marta Matías (Pichi) y María Luz Carmona



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