19/04/2010

Asesinato de Silvia Suppo: «hay denominadores comunes con el caso López»

silvia_suppo_01_350.jpgEl 29 de marzo Silvia Suppo fue brutalmente asesinada.
Testigo clave en la causa Brusa, Suppo impulsó un nuevo juicio que implica
a policías que hasta hoy caminan libres como responsables de
la desaparición en 1977 de Reynaldo Hattemer, su novio. Silvia señaló
sentirse hostigada e intimidada en diversas ocasiones, particularmente desde
que comenzó el proceso de la causa Brusa. La explicación de que se habría
tratado de un «robo común» no satisface
a los organismos de derechos humanos
ni a los familiares de Silvia, que exigen el esclarecimiento absoluto de los
hechos. Días antes del asesinato, el gobierno provincial había sido advertido
por la Casa de
los Derechos Humanos de Santa Fe de la posibilidad de una escalada
en la
serie de amenazas y hechos de intimidación contra testigos y querellantes. Desde
las esferas oficiales, sólo la vicegobernadora Griselda Tessio señaló,
en discordancia, que podría tratarse de «sicarios». Por Indymedia
Rosario.

Quién era Silvia

Es ahora, entre todas las versiones alrededor del asesinato de Silvia Suppo,
cuando conviene recordar quién era, qué le pasó y a quiénes logró llevar a la
justicia.

El 25 de enero de 1977 Reynaldo Hattemer, de 23 años, militante de la
Juventud Peronista
, asistió al casamiento de su hermano en
la Iglesia Sagrado Corazón
de Jesús, en Rafaela. Al finalizar la ceremonia, un grupo armado, de civil,
lo secuestró a la vista de todos
. Nunca más se supo de él.

Suppo tenía 17 años y fue secuestrada el 24 de mayo de 1977. La fueron
a buscar a su lugar de trabajo. Antes habían pasado por la casa familiar, de
donde también se habían llevado a su hermano, Hugo. Ambos fueron trasladados
a Santa Fe, en un auto en cuyo baúl también había otro compañero, Jorge Destéfani.

Silvia fue trasladada a la seccional 4ta de Policía en Santa Fe. De allí la
llevaron al centro clandestino de detención «La Casita«, donde estuvieron secuestrados los tres.
Allí, Silvia fue violada reiteradas veces. Eso permitió que ella denunciara
el abuso sexual como metodología de tortura hacia las mujeres detenidas
durante la dictadura.

Al poco tiempo Silvia pasó a ser una presa legal y fue derivada a la Guardia de Infantería Reforzada
(GIR), donde el jefe era Juan Calixto Perizotti, acompañado por una joven
que cumplía todas sus órdenes: la carcelera María Eva Aebi. Allí, descubrieron
que Silvia estaba embarazada. «A este error hay que repararlo», dijo
Perizotti frente a Aebi. Así, la carcelera junto a otros oficiales de civil
que se hicieron pasar por familiares, la llevaron con un médico de Santa Fe
que le practicó un aborto.

«Silvia fue una detenida política de la década del 70 y Silvia fue una
militante que asumió el compromiso de aportar a la justicia testimoniando en
la llamada «Causa Brusa» el año pasado, a partir de la cual se condenó por primera
vez a seis de los represores de Santa Fe, entre ellos, la primera vez en la
historia del país que se condena a un miembro del Poder Judicial que era el
ex juez Brusa
«, la recuerda Milagros Demiryi, integrante de la Casa
de Derechos Humanos de Santa Fe
.

«Pero, además de eso, Silvia estaba como querellante en una causa que está
en instrucción y que se está por elevar a juicio que ya es una megacausa porque
tiene alrededor de entre cuarenta y cincuenta desapariciones y, en el contexto
de este juicio, Silvia denunciaba la desaparición de su compañero e imputaba
a varias personas que ella pudo reconocer. Y es de destacar que entre los
imputados hay personal de la policía y hay dos personas que viven aquí en Rafaela,
que están libres
«
, agregó.

marcha_en_rafaela02.jpg

Intimidaciones y amenazas

Pisando la década del 80, Silvia Suppo y Jorge Destéfani fueron liberados.
Pasado el tiempo, se casaron y tuvieron hijos. Decidieron quedarse en Rafaela
y luchar juntos, por memoria y justicia para Reynaldo Hattemer, el novio de
Suppo desaparecido a manos de los genocidas.

Permanecer en Rafaela no fue fácil. En el testimonio que brindaron al programa
santafesino «Ciudad Oculta» que acompaña a esta nota, Silvia y Jorge
también relatan lo difícil que les significó volver a Rafaela luego de su liberación
y su intento de reinserción en una ciudad que, dicen, los «demonizaba». Algunos
de sus vecinos y amigos relatan que Destéfani decía que se sentía vigilado
por la policía, de la cual desconfiaba,
y por ello mismo no se sentía seguro
en Rafaela.

Jorge murió el año pasado y no llegó a testimoniar en la
Causa Brusa
, ni acompañar a Silvia en el momento de la sentencia.

«En Rafaela, lo que sucedía era que pasaba un patrullero, que se le
instalaba en la puerta de la casa, o personas se le instalaban frente al comercio,
que se quedaban mirándola
. A algunos, ella los conocía»
, asegura Lucila
Puyol,
integrante de HIJOS Santa Fe y la abogada que representa a
los hijos de Silvia Suppo en la causa por el asesinato de su madre. «Todos
los hechos que sucedieron fueron informados a la
Secretaría
de Derechos Humanos
«
, resalta la abogada.

La sentencia de la causa Brusa llegó
el 23 de diciembre
. Silvia, en particular, dejó de recibir amenazas, según
informaron sus
propios hijos
.

Pero desde los organismos de derechos humanos, con gran preocupación, se
temía una escalada de persecuciones y provocacione
s por parte de la mano
de obra desocupada de la última dictadura. Pocos días antes del 24 de marzo,
desde la Casa
de los Derechos Humanos de Santa Fe se advirtió al gobierno provincial la posibilidad
de una nueva agresión contra testigos y querellantes

Al respecto, Jorge Castro, de la
Casa
de Derechos Humanos de Santa Fe, declaró al diario
El Ciudadano
que «a este gobierno se le suministraron suficientes pistas
sobre los servicios de inteligencia y la participación policial para que iniciaran
investigaciones concretas. En tres años, no hicieron nada. Al contrario, lo
único que hicieron es romper el diálogo con la
Casa
de Derechos Humanos»
, hecho que Castro fechó «el
5 de mayo de 2009″
. Castro agregó que,
«entonces, no es que no fueron advertidos. Al contrario. Para este 24 de
marzo se ideó, con ellos, un sistema de seguridad, donde les recalcamos que
lo principal eran los días posteriores, que no iban a actuar antes del 24
de marzo
«
.

El crimen

Cerca del mediodía del 29 de marzo, Silvia Suppo fue gravemente herida a puñaladas
mientras atendía, sola, un local comercial en el centro de Rafaela, en un hecho
de violencia completamente inusual para la realidad de esa localidad. Fue encontrada
por una clienta y trasladada al hospital, donde falleció. Dos días más tarde,
en el barrio Yapeyú de la ciudad de Santa Fe fueron detenidos dos jóvenes pobres,
Rodrigo «Sosita» Sosa, de 19 años y su primo de 22, Rodolfo
Cóceres
, que confesaron ante la policía ser los autores del homicidio.

Estos son los hechos. Alrededor de los mismos, se tejió desde el primer momento
un cúmulo de versiones, basados en trascendidos policiales que apuntaban en
todo momento a reforzar la hipótesis de «robo violento» y que algunos
medios se apresuraron a repetir acríticamente. Otros elementos, en cambio, tuvieron
escasa difusión.

Una de las primeras versiones fue que Silvia habría dicho, al llegar al hospital,
que se había tratado de un robo. Marina, su hija, lo desmintió categóricamente:
«Eso no es cierto, ella nunca habló y cuando lo hizo fue en estado
de shock, por lo que hay que tomarlo con pinzas teniendo en cuenta esa situación»
,
dijo a Página
12
.

Otra de las versiones de las fuentes policiales aseguraba que los asesinos
de Silvia se habrían alzado con «monedas extranjeras, alhajas y otras pertenencias»
por un monto que hasta calcularon en 10 mil pesos. Pero esto es falso. Según
se reveló luego, entre el cambio de la caja registradora y la cartera de Silvia,
del local no se llevaron más de 300 pesos. No robaron la platería fina,
ni la ropa cara o las camperas de cuero, ni el dinero que Silvia guardaba en
su domicilio, atrás del local, y que había juntado porque en una semana pensaba
viajar a Francia a visitar a su hermano.

La policía también informó que el teléfono celular de Silvia fue secuestrado
en la casa de uno de los presuntos asesinos, pero esto tampoco está demostrado.
Los policías intentaron que los hijos de Silvia confirmen que el celular que
les mostraron y que tenía la memoria vacía, era el mismo de su madre.

Otro elemento contradictorio surge de la declaración de los imputados, según
la cual la violencia de los asaltantes se habría desatado por la supuesta resistencia
de Silvia. «Pero la perito de parte que nosotros solicitamos que esté presente
en la autopsia, dice que no tiene marcas ni en los brazos ni en las manos, ni
de cuchillo, ni de haber sido apretada, ni de golpes, lo cual indica que
ella no se resistió
«
relató la abogada Puyol.

Algo que en cambio se difundió poco, es que ese fue el primer día en mucho
tiempo en que Silvia estaba sola en el local, porque su hijo había conseguido
un trabajo nuevo, para el cual había estado tramitando papeles la semana previa.

El mismo día del crimen, al caer la tarde, Silvia iba a asistir a un acto
conmemorativo del 24 de Marzo
, en cuya organización había participado y
al cual estaban invitadas a hablar Madres de Plaza de Mayo de la ciudad de Santa
Fe.

Hipótesis de «robo»

En las dos semanas que han transcurrido desde el crimen, algunos medios
han machacado insistentemente con la versión del robo
, e incluso han ido
más allá, poniendo en duda la voluntad de los hijos de Silvia de presentarse
como querellantes y descalificando, no muy veladamente, a Lucila Puyol.

Basta leer algunas notas de los diarios locales para verificarlo. Por ejemplo,
«La Opinión« empieza
su nota del
día 7 de abril
afirmando que «Contrariando las afirmaciones de la abogada
de H.I.J.O.S. Lucila Puyol, los familiares no se presentaron en la causa y por
ende, los hipotéticos cuestionamientos hacia la misma, se tornan retóricos»
.
Poco después, el anónimo redactor afirma que «no sería extraño un cambio
de planes en la estrategia comandada por Puyol que derivaría en el desistimiento
de la presentación
, ante el cúmulo de incontrastables evidencias que avalan
la hipótesis de un suceso de robo con el conocido y desgraciado desenlace»
.
Ya dos días antes, el diario Castellanos concluía una
nota
afirmando que luego de las declaraciones de los imputados, «el
móvil político quedó completamente descartado
«
.

Al respecto, Lucila Puyol consideró que «los medios del lugar están
utilizando mucho el tema
. Vos no sé si has visto las declaraciones hoy en
el diario Castellanos que salieron ayer y de La Opinión. Están diciendo
que la causa estaba desde el viernes en sede judicial y que nosotros no nos
presentamos como querellantes, por ejemplo. Y, bueno, imposible porque yo no
puedo ir a presentar un escrito un día feriado de ninguna manera (…) Nosotros
estamos haciendo los pasos como corresponde. Estamos en una etapa inicial. Los
chicos recién hoy declararon como hijos, dieron su testimonio. A nosotros no
nos corre nadie. Eso son en todo caso intereses mediáticos».

Además, Pujol puntualizó el reclamo que lleva adelante: «Yo
tampoco salgo a decir, ni siquiera sus hijos, ni nosotros como agrupación HIJOS,
salimos a decir ‘la mataron por su condición de testigo’. En todo caso ellos
quieren decir que nosotros tenemos esa excusa. Pero no es así. Nosotros pedimos
esclarecimiento
. Y en todo caso lo que nos preguntamos es cuál es la causa
de la muerte. Nos parece que eso es lo que hay que dilucidar a lo largo de un
proceso que recién se inicia y que lo que no queremos es que se esté ni contaminando
ni mal informando ni desinformando»
.

Finalmente, el miércoles pasado los hijos de Silvia Suppo se
presentaron como querellantes en la causa. Ese mismo día hubo novedades en la
causa. El juez de Instrucción Nº 2 de Rafaela, Alejandro Mognaschi, procesó
los dos detenidos acusándolos de «homicidio calificado», que se castiga con
perpetua. El expediente había arrancado como «homicidio en ocasión de robo»
que tiene una pena menor. Ese mismo día, el fiscal Rodolfo Zehne pidió
entrecruzar información
para saber si hubo conexión de los detenidos con
imputados en causas por delitos de lesa humanidad. De esta manera se empieza
a avanzar en la segunda hipótesis, la del crimen por encargo.

marcha_en_rafaela.jpg

La responsabilidad política

Lamentablemente, también en estos días se ha escuchado «off the record»
a distintos funcionarios del gobierno provincial tomar estas versiones
mediáticas como fuente para machacar a su vez con la hipótesis del «robo»
e intentar darle un cierre al caso.

Pero que el gobierno provincial privilegie tratar de no pagar el costo
político
, antes que propulsar el pleno esclarecimiento de un hecho de esta
gravedad es de una irresponsabilidad suprema y una demostración de cinismo.

El gobierno de Hermes Binner ya ha cometido importantes traspiés en
su política de derechos humanos. A poco de comenzar la gestión, la Secretaria de Derechos
Humanos de la Provincia,
Dra. María Bressa, debió renunciar luego de sugerir ampliar el Programa
de Protección de Testigos y Víctimas del Terrorismo de Estado
a los propios
verdugos de la dictadura, a quienes prometió «asistencia psicológica»
para afrontar los juicios en los que debían responder por sus crímenes.

Desde las esferas oficiales, sólo la vigobernadora Griselda Tessio
señaló en discordancia que podría tratarse de «sicarios».

«Llama mucho la atención el enseñamiento del asesinato. Somos concientes
que el crimen puede aparentar un robo y estar pagado por otras personas»

declaró Tessio
a LT10
. Además, lamentó que Suppo no haya ingresado nunca al Programa de
Protección de Testigos.

No obstante, Puyol hace hincapié en que «en primer lugar, la protección
desde el Estado a las personas se debe en todo momento. No tiene que ver si
están o no en el Programa de Protección de Testigos, eso no es ninguna excusa,
nadie puede plantear que esto le pasó a Silvia porque ella no estaba en el Programa.
Sobre todo teniendo en cuenta que en esta provincia, mucha de la gente que sí
está en el programa fue igualmente amenazada. Especialmente te puedo nombrar
a Amalia Ricotti (querellante del juicio contra Horacio Barcos)
que siempre estuvo en el Programa y tuvo un montón de atentados. Y ella identificó
a una de las personas que la intimidaron, que fue detenido y luego puesto en
libertad y hoy está prófugo. No lo encuentran. Entonces, me parece que decir
que la gente que está bajo el Programa no sufre intimidaciones, no es cierto.
Más allá de que corresponde al Estado en todos los casos proteger».

«Por otro lado, el Programa no tiende a investigar quiénes están detrás
de estos hechos. A lo que tiende el Programa es a poner un teléfono celular
o un custodio. Lo que nosotros solicitamos es desde el Ministerio de Seguridad,
fundamentalmente, una investigación a fondo de quiénes están detrás de estos
hechos. Acá hay recursos humanos y recursos materiales que se ponen en movimiento
para que estos hechos se produzcan.
Si no, ¿cómo funciona esto? No vamos
a creer que los genocidas, que tienen entre 70 y 80 años, van a salir a hacer
pintadas, a intimidar gente, a producir amenazas, robos, golpes, volanteadas,
o hechos gravísimos como el que le sucedió a Silvia Suppo, si es que fuera en
el marco de las causas por el terrorismo de estado. Acá tiene que haber una
investigación más seria y más de fondo, que es la que no se está produciendo»
,
enfatizó.

López, Suppo

Días atrás, el señalamiento del móvil político en el asesinato de Silvia
vino de un lugar inesperado: de la boca de un genocida
.

En la última
ronda de declaraciones
en el juicio por delitos de lesa humanidad «Guerrieri-Amelong»,
el imputado Eduardo Constanzo, quien aportó a la causa denunciando a los
otros represores, aseguró que teme ser asesinado «como (el ex represor Héctor)
Febres, Julio López y este último caso de Rafaela, Silvia Suppo»
.

El 2 de abril, en la multitudinaria marcha realizada en Rafaela, Milagros
Demiryi, de la Casa de Derechos Humanos de Santa Fe, señaló que existen «denominadores
comunes con el caso del compañero Julio López.
Necesariamente estas relaciones
las hacemos».

«No podemos olvidar lo que pasó con Julio López, que también en un primer
momento se echó a rodar la información de que podía ser que se hubiera ido por
sus propios medios, que estaba asustado»
, opinó Demiryi. «Esto hizo que,
por un lado, la investigación fuera por el lado de que se había ido voluntariamente
y, por otro lado,’ que se demorara la reacción que afortunadamente acá se está
dando de manera rápida, porque nosotros decimos que tenemos que aprender de
la experiencia y aprender de nuestra propia historia porque tenemos memoria
y porque buscamos la verdad»
, continuó.

La militante por los derechos humanos también sostuvo que «lo que estamos
demostrando es que como pueblo incorporamos nuestra propia historia, tenemos
memoria y vamos a seguir luchando incansablemente hasta que lleguemos a la verdad,
por más dolorosa que sea, y a que se haga justicia»
.

«Silvia, a pesar del sufrimiento y del dolor, luchó por
la vida y la verdad y nos compromete»
, concluyó.


Videos:

Entrevista a Silvia Suppo
realizada por el programa Ciudad Oculta, de la ciudad de Santa Fe, en septiembre
de 2006. Ver
video en línea
(en Archive.org) / Descargar
video
(clic derecho y «guardar como») / Enlace
original

Entrevista a Queca Kofman,
Madre de Plaza de Mayo de Santa Fe, presente en Rosario para la sentencia
en la causa Guerrieri Amelong el 15 de abril / Descargar
video
(clic derecho y «guardar como»)

Entrevista a Milagros Demiryi,
de la Casa de Derechos Humanos de Santa Fe, en la marcha por Silvia Suppo
realizada en Rafaela el 2 de abril / Descargar
video
(clic derecho y «guardar como»)


0 comentarios

1000/1000
Los comentarios publicados y las posibles consecuencias derivadas son de exclusiva responsabilidad de sus autores. Está prohibido la publicación de comentarios discriminatorios, difamatorios, calumniosos, injuriosos o amenazantes. Está prohibida la publicación de datos personales o de contacto propios o de terceros, con o sin autorización. Está prohibida la utilización de los comentarios con fines de promoción comercial o la realización de cualquier acto lucrativo a través de los mismos. Sin perjuicio de lo indicado ANRed se reserva el derecho a publicar o remover los comentarios más allá de lo establecido por estas condiciones sin que se pueda considerar un aval de lo publicado o un acto de censura. Enviar un comentario implica la aceptación de estas condiciones.
Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Ir arriba