14/03/2010

Se cumplen cinco años del secuestro de Florencia Pennacchi

florencia.jpgHace cinco años y en marzo. Del barrio de Palermo por la calle Güemes de la Capital Federal, Florencia Pennacchi salió de su casa en ojotas, musculosa y pollera, sin plata ni documentos. Fue el 16 de marzo del 2005. Por OYR, desde Neuquén


Su desaparición no es novedad. Como tampoco es novedad en la Argentina del 2010 que más de 600 mujeres, niñas y niños salgan de sus casas con lo puesto y no vuelvan. En lo referente a Florencia, se saben pocas cosas. Se sabe que su familia y sus amigas la están buscando, que al fiscal Marcelo Retes (a cargo de la causa) no le interesa profundizar en las líneas de investigación que lo llevarían por el camino de la trata de mujeres para la explotación sexual y se sabe que funcionarios, gobernantes y diferentes autoridades, provinciales y nacionales, han prometido muchas cosas y no han hecho ninguna.

Se sabe que a Florencia la vieron dos chicas que se escaparon juntas de un prostíbulo, en distintos lugares dentro del circuito de las redes de trata. Se sabe también que una cambió su testimonio después de que le balearan la casa y que la otra volvió a desaparecer misteriosamente. Se sabe también que el fiscal no tomó en cuenta más que el testimonio cambiado.

Lo último que se sabe es que Retes extorsiona a sus amigas. El fiscal Retes está «enojado» porque un grupo de amigas de Florencia que se organizaron en su búsqueda -en el grupo feminista Sin Cautivas- lo denuncia como negligente y como el responsable central de la ausencia de investigación en el caso. Según le hizo saber a la familia de Florencia, de mantenerse este nivel de denuncia, él optará por cerrar la causa.

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ACÁ NO ZAFANADIE

El jueves 11 de marzo, el diario Río Negro publicó una nota en Policiales en la que cuentan las desventuras de una pareja de amigos del Chañar que se hicieron pasar por clientes de una «Casa de Masajes» ubicada en Jujuy al 300 pero su verdadero propósito era robarles a quienes consumían prostitución en dicho lugar. Tuvieron la mala suerte de que un cliente iba entrando y al darse cuenta de la situación alertó a un «vecino» quien avisó a la policía. Raudamente la policía acudió a la escena y apresó no sin dificultades a los malhechores que huían en plena calle Carlos H. Rodríguez.

¿Y qué tiene esto que ver con Florencia? Esta nota del diario representa cómo una buena parte de la sociedad naturaliza e interpreta la realidad que toca mayoritariamente a las mujeres y que da cuenta de la prostitución, el secuestro, la violencia, el consumo y la objetivización de las mujeres. ¿Quién se puso a disposición del prostíbulo ubicado en pleno centro de la ciudad de Neuquén? la policía; ¿quién alertó a esa institución? un vecino (la sociedad civil, la gente); ¿quiénes estaban dentro rodeados de mujeres prostituidas? hombres que consumen prostitución (otra vez la gente); ¿quiénes son los encargados de que ese lugar exista? El municipio y los juzgados; y finalmente ¿quiénes hicieron de ese hecho una noticia? los medios de comunicación liberales y funcionales al statu quo. Acá no zafa nadie.

Con el caso de Florencia Pennacchi, como con cualquier caso de mujeres desaparecidas para las redes de trata -como el de Marita Verón, Fernanda Aguirre, Andrea López (para nombrar sólo los más conocidos)- se evidencia esta connivencia: los tres poderes del Estado, los medios de comunicación y la sociedad civil son responsables de la existencia de las redes de trata, bajo lógicas sistémicas e ideológicas de control, consumo y hegemonía.

Que aparezcan las chicas es un reclamo que hay que hacer en todos lados, con todo el cuerpo y con posiciones decididas y firmes. El reclamo por Florencia es puntual y genérico, es puntual porque hace 5 años que falta su sonrisa por la calle, su alegría y solidaridad y es genérico porque no sólo falta ella, faltan cientos y porque no fue un monstruo el que se la llevó sino una sociedad y sus poderes.

OYR (Organización y Resistencia)



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