18/07/2005

Jornada por la libertad de los presos y presas de la Legislatura

La agrupación de Compañeros, Amigos y Familiares de los Presos de la Legislatura realizaron el sábado 16 de julio, una jornada solidaria en el Obelisco junto a diversas agrupaciones políticas, sociales y de derechos humanos, al cumplirse un año de la detención y encierro de 15 personas (mujeres en situación de prostitución, vendedores ambulantes y travestis).


Según el programa inicial, la jornada se iba a extender de 14 a 20 horas, pero el clima adverso (mucho frío y viento) obligó a los organizadores a acelerar la lectura de los discursos, solicitadas y apoyos, como así también la realización de los números musicales.

Todo comenzó cuando el abogado Héctor Trajtemberg, abogado defensor de los presos y presas e integrante de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre, ante unas 400 personas, trazó un paralelo entre la situación sufrida por los presos de la Legislatura (y los presos políticos en general), y un pasaje del «Martín Fierro», de José Hernández. «En uno de sus versos, refiriéndose al gaucho, que era el pobre de aquel entonces, decía: para él son los calabozos/ para él las duras prisiones./ En su boca no hay razones aunque la razón le sobre/ que son campanas de palo/ las razones de los pobres», recitó el orador, quien fue retribuido con aplausos.

La realidad supera a la ficción

También se acercó para dar su apoyo la prestigiosa cineasta Lucrecia Martel, quién leyó una carta de Marcela Sanagua, detenida en la Unidad 31 de la cárcel de mujeres de Ezeiza. «Era la segunda vez que iba a una marcha – contaba la carta – Nosotros fuimos a pedirles a los legisladores que no hagan las cosas en contra del pueblo. Yo siempre trabajé, mantenía a mis dos hermanos y mis dos hijos. Vivíamos todos juntos, hasta que nos mataron en vida. Está mal que la policía nos trate mal y arme causas. Todo el pueblo puede mover montañas. No nos dejemos vencer. Sigamos adelante».

Por su parte, la directora de «La ciénaga» y «La niña santa» reflexionó sobre la cobertura que los medios hacen del tema: «me preocupa muchísimo la actitud de quienes considero mis colegas: los periodistas, los que tienen a su hombro cámaras y micrófonos, los que editan las noticias, los que se encargan de construir lo que se emite por televisión, qué temas se tratan y cuales no. La penalización de la protesta no tiene el espacio que merecería. Esta es la única inseguridad que tenemos en el país: que la justicia siga metiendo presos a los pobres».

La voz de Pablo atravesó los muros…

Alrededor de las 16, los organizadores lograron establecer comunicación con Pablo Martín Amitrano, vendedor de panchos, quien desde su celda de Devoto (vía celular) agradeció a todos los que estaban en el lugar. «Quiero pedirle a todos que nos ayuden porque, sinceramente, sentimos que hay una parcialidad en la justicia que está manejada por la política que no nos permite salir. Hay casos, como el de Chabán, Villarreal, y otros, que salen, y nosotros llevamos un año», señaló.

«Nosotros fuimos a pedir por trabajo – relató Amitrano -, y la policía detuvo a cualquiera, sin pruebas. La causa sigue avanzando, llevamos un año, no nos dan ningún tipo de excarcelación. Ya no aguantamos más, ya no creemos en la justicia».

Otra carta

Lohana Berkins y una compañera travesti, de la Asociación de Lucha por la Identidad Travesti Transexual (A.L.I.T.T), leyeron una carta de Jorge Antonio Nieva, militante GLTTB de derechos sociales y políticos, en la cual condena al gobierno de Néstor Kirchner por «soberbio y autoritario» en su «política contra cartoneros, artesanos, cuidacoches, limpiavidrios, prostitutas, travestis, vendedores ambulantes y millones de hombres y mujeres desocupados».

En un pasaje destinado a los habitantes de la ciudad de Buenos Aires, llamaron a la reflexión: «recuerden, vecinos, que ayer fueron 30 mil desaparecidos y asesinados. Hoy somos nosotros quince. Mañana pueden ser sus hijos y nietos los nuevos o nuevas víctimas de gatillo fácil y de la tortura policial».

La lectura se tornó desgarradora cuando abordó las condiciones de la vida carcelaria: «nos humillan. Nos dan un pan cada 28 horas. La carne parece un pedazo de cuero, y es imposible comerla. Las mantas se rompen después de cada sueño: parecen hechas de pelusa».

«Hoy hay un encubrimiento legal de la tortura policial – denunció la carta-, ya que las denuncias legales de gays o travestis nunca son consideradas. Siempre los decentes son los policías»
. Y culminó: «Estos son los responsables de un año de cárcel: jueza Silvia Raimond (Juzgado de Instrucción n°37), fiscal Claudio Socca (Fiscalía de Instrucción n°46), y jueces Guillermo Navarro, Mario Filosoff y Rodolfo Argerich (Camaristas de la Sala V en lo Criminal). Ellos protegen y conscienten, así, la violencia institucional contra las minorías sexuales».

Otras voces, todas las voces

Mientras los oradores iban pasando por el escenario para expresar su solidaridad con los presos de la Legislatura, varias organizaciones políticas y sociales exponían en puestos improvisados volantes, afiches, y productos artesanales, a pesar de lo dificultoso que les resultaba por el intenso viento.

También estuvieron presentes Valeria Amitrano, hermana de Pablo Amitrano; Gerardo Fernández, del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS); Roberto Gargarella, profesor de Derecho Constitucional; Claudio Pandolfi, que es abogado de organizaciones sociales e integrante de Alerta Argentina; y la organización AMMAR.

Por otra parte, el Hotel Bauen (administrado por sus trabajadores) se hizo presente en la voz de Fabio Resino, uno de sus delegados: «nos une algo en común. Nosotros también somos víctimas del Código Contravencional. El jueves pasado, por tercera vez, la policía y una jueza contravencional vino a cerrar el hotel y dárselo al dueño, que es un estafador, un vaciador que, hoy que el hotel está recuperado, quiere volver». Además, agregó, el hotel se pone a disposición «para que el día que estén libres los compañeros de la Legislatura, puedan festejar allí su libertad».

De la misma manera, Diego Rozengardt, un familiar de un caído en la masacre de Cromañón, relacionó el de caso de la Legislatura con el de Once, definiendo al sistema como un «un gusano» que es el mismo en todos los casos, por lo cual «la lucha es exactamente la misma». «Supongamos que la causa no está armada – imaginó el orador -, y que yo rompí la Casa Rosada a palazos. Entonces voy preso por eso, y no son solo policías los testigos en mi contra. Supongamos, además, que yo confieso que lo hice. Ahora: yo estoy preso un año sin derecho a excarcelación y, al mismo tiempo, en el mismo país, una serie de personas que están acusadas de matar de casi 200 personas es excarcelado. Entonces, ¿las cosas son más importantes? Es decir, un vidrio, el auto del vicepresidente de la legislatura, etc., ¿son tanto o más importante que la vida de todos esos pibes que fueron a un recital?», concluyó, demoledor e inatacable, con su ejemplo.

En tanto, la última oradora fue Nora Cortiñas, de la Asociación Madres de Plaza de Mayo (Línea fundadora), quien aseguró que «si nosotros permitimos esto calladamente, y dejamos correr el tiempo, somos cómplices de este momento de gran injusticia». También recordó que actualmente hay «más de 4000 procesados por pedir trabajo, por cortar las rutas y calles», y propuso: «¿Hay otra manera? Si alguien conoce otro sistema de protesta, que venga y lo traiga».

A lo lejos también se divisaba a Laura Guinsberg, titular de la Agrupación por el Esclarecimiento de la Masacre Impune de la Amia (APEMIA) que, además de apoyar el reclamo en el Obelisco, repartía volantes y afiches para convocar a la gente a la marcha del lunes a las 18 horas, en Pasteur y Corrientes, en reclamo de justicia por haberse 11 años del atentado a la AMIA, sin resolución aún.

Otras voces, otros sonidos

Por último, alrededor de las 18, varias bandas musicales le dieron un cierre a la jornada.

Se hizo presente la tanguera Orquesta Típica Fernández Fierro, ya un clásico en todo escenario donde se reclame justicia y respeto por los derechos humanos.

En tanto, el Equipo de Educación Popular «Pañuelos en Rebeldía» brindó un taller participativo, y la Universidad Trashumante, uno de murga, mientras que, alrededor de las 19, el grupo de teatro callejero «Brazo Largo» realizó lo que se conoce como «performance».

Siguieron los integrantes de la murga «Los Chapitas de Los Troncos». Y más tarde, por último, tuvieron lugar las actuaciones de las bandas «La Negra», «Shangrila», «Somáticos» y «Pibes de Barrio».



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