25/02/2010

«Seguimos de pie, no vamos a irnos de nuestras tierras»

Entrevista_con_Anred2.jpgAmanda Asijak es una mujer de la comunidad Qom La Primavera de Formosa que estuvo hace pocos días en Buenos Aires denunciando la usurpación de sus tierras a manos de terratenientes y el gobierno provincial, además del maltrato y discriminación que sufren por pertenecer a un pueblo originario. Tanto ella como su familia y los más de cuatro mil habitantes que tiene la comunidad luchan y resisten por su tierra. En charla con ANRed relató esa lucha y realizó un pedido de ayuda sanitaria por medicamentos y agua potable.


Los nadies: los hijos de nada, los dueños de nada.

Los nadies: los ningunos, los ninguneados.

Que no son, aunque sean.

Que no hablan idiomas, sino dialectos.

Que no profesan religiones, sino supersticiones.

Que no hacen arte, sino artesanía.

Que no practican cultura, sino folklore.

«Los nadies». Eduardo Galeano.

Amanda Asijak es una mujer de voz pausada, ojos oscuros y mirada profunda. Es integrante de la comunidad Qom (Toba) de La Primavera, ubicada entre Laguna Blanca y Laguna Nainek, a unos 50 kilómetros de Clorinda, en Formosa. Y ella, al igual que los más de cuatro mil habitantes que tiene la comunidad, lucha para que se respeten sus derechos, su cultura, sus costumbres, sus modos de vida y se resiste a ser desalojada de las tierras en la que vive su gente, las mismas que habitaron sus antepasados. «Seguimos en la lucha, seguimos de pie», resaltó Amanda en una entrevista a ANRed durante un viaje que hizo por Buenos Aires para contar las problemáticas de sus hermanos, los olvidados.
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En el monte de la colonia La Primavera, Amanda vive con su marido Félix Díaz (al que conoce desde los 13 años), sus cuatro hijos, Eduardo, Abelardo, Rolando y Jorgelina; y sus tres nietos, Edgardo, María Lujan y Eliana Roxana. Y de la misma forma que ella, sus vecinos viven con sus familias numerosas, en armonía con la naturaleza. Porque su principal objetivo es cuidar el lugar que aman, aunque no cuenten con los medios de producción (herramientas, semillas) necesarios para trabajar sus tierras y para subsistir dependan de pensiones y planes sociales estatales. Peor aún: viven sin agua potable, trabajo y se atienden en un hospital que los discrimina. Pero ellos siguen resistiendo. Y es en esa misma lucha en la que reclaman que se cumpla la Ley Nacional 26.160, sancionada en 2006, que suspende los desalojos judiciales de las comunidades indígenas hasta tanto el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) no realice un relevamiento en todas las tierras que tradicionalmente ocupan.
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«Nos están quitando poco a poco las tierras», se lamenta la mujer. Pareciera ser que la historia no cambió nada en estos cinco siglos de aculturación, matanzas indígenas, explotación indiscriminada de los recursos naturales e imposición de la cultura occidental, luego de la llegada de los españoles a estas tierras morenas, originarias y puras que no conocían las fábricas de producción masiva, la privatización de la tierra ni la contaminación del medio ambiente. Pese al transcurso de los años, la represión y los desalojos continúan: ahora se encuentran en medio de un foco de conflicto que tiene tres actores: la Universidad de Formosa, el Gobierno provincial y el Parque Nacional Río Pilcomayo.

Es que la colonia recibió un sinfín de intimaciones para que le devolvieran sus tierras a una familia criolla de apellido Celía que dice ser la propietaria del lugar. «Ellos dicen que esas tierras son de ellos, pero yo sé que no es así, porque mi abuelo y mi padre vivieron en esta tierra. No es que nosotros ocupamos ahora el lugar. Nosotros nacimos en la colonia La Primavera. Y los Celía vienen de Paraguay», fundamentó Asijak, callada por los medios funcionales al gobernador formoseño, Gildo Insfrán. «Nosotros no vamos a irnos de allí», se pone firme la mujer que guarda en ése pedido la voz de toda la comunidad.
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Sin embargo, la disputa central es entre la comunidad Qom y la Universidad Nacional de Formosa. Porque la familia Celía le vendió esos terrenos al gobierno provincial y éste se los cedió a la Universidad para que pudieran instalar una sede a orillas de la Laguna Blanca, recuso natural que usan los qom para nutrirse de peces. Pero eso no es todo, ya que el Parque Nacional, quien reclama una porción del terreno, no les reconoce a los tobas el titulo de propiedad que les otorgó el gobierno de Formosa en 1985 para habitar legalmente esa zona.

Por ése problema, que ya contó con la intervención del Instituto Nacional Contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi). La Primavera está asediada por la Policía, quienes intimidan constantemente a los miembros de la comunidad pidiéndole identificación o estorbándoles el paso. «La Policía no nos deja ir a buscar agua en el Estero. No tenemos la libertad que nosotros necesitamos. Además, no podemos buscar leña ni vender nuestras artesanías» con total libertad, se lamentó la referente de la comunidad indígena integrada por 800 familias.
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«Como madres estamos sufriendo el tema de la salud. En el hospital no nos quieren atender. Para mí es muy dolorosa esta situación. No nos tienen respeto», contó a ANRed muy preocupada por la precaria situación sanitaria que provoca a los habitantes enfermedades que podrían prevenirse, como chagas, desnutrición, dengue y severes cuadros de anemia. A esto se suma la falta de alimentos y agua potable. «Nosotros caminamos con nuestros bidones cargados con agua hasta el Estero, que queda a siete kilómetros. Por eso, necesitamos que alguien nos escuche. Aunque sea queremos recibir una donación o tener un pozo de agua», pidió Amanda.

Para más información:

www.comunidadlaprimavera.blogspot.com

Amanda Asijak (03718) 15542511

Felix Díaz (03718) 15544050



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