Diversidad, intercambio y debate en el Primer Encuentro Latinoamericano de Teatro del Oprimido
San Salvador de Jujuy fue sede del evento, entre los días 15 y 24 de enero, con la presencia de más de 200 personas de diversos países y ámbitos. Se abrieron espacios de talleres de formación, de presentaciones de técnicas relacionadas a la metodología y de discusiones orientadas al perfeccionamiento de la temática. El encuentro finalizó con intervenciones callejeras. Cobertura especial de CONTRAPUNTO desde Jujuy.
Un homenaje a nuestra Madre Tierra y el saludo de cada uno de los presentes fue la bocina de inicio de este primer encuentro de TO (Teatro del Oprimido). El Centro Polivalente para las Artes, complejo cultural y educativo de la ciudad de San Salvador, ya empezaba a tomar mas forma de casa que de establecimiento pedagógico.
Sonaron los tambores y al siguiente día, casi en una sincronía exacta, diferentes grupos partieron a cooptar diferentes zonas de la provincia: Perico, Palpalá, Tilcara, Susques, y otras tantas comunidades que fueron receptoras de talleres y puestas en escena relacionados a la técnica de Augusto Boal.
Grupos de Argentina (Rosario, Córdoba, Buenos Aires, Jujuy, Tucumán, etc) Colombia, México, Guatemala, Chile, Brasil, Bolivia, Uruguay, hacían gran parte del evento.
El comienzo de semana no se hizo esperar. Las propuestas se afincaron tanto en barrios de la ciudad, como en cárceles, en salas de teatro y en escuelas, así como también en el mismo Centro Polivalente.
Las formaciones se dieron también de forma interna, para y entre los mismos grupos participantes. Uno de los talleres incluso, fue dictado por Geo Britto, integrante del CTO Río (centro de teatro del oprimido de Río de Janeiro) el centro donde el mismo Boal generaba sus investigaciones.
En general, el teatro foro fue la técnica del teatro del oprimido que mas se dio en los diferentes espacios. El teatro foro propone al público no ser parte pasiva de una puesta en escena que muestra una situación clara de opresión, sino más bien participar de manera coyuntural y activa, proponiendo opciones para cambiar la situación que se está observando. En este ámbito, un «curinga» o coordinador, ofrece de mediador entre quienes tienen opciones de modificar el curso de la puesta y los actores.
Esto generó largos debates y conclusiones respecto a la técnica y respecto a las problemáticas planteadas.
En base a los días trabajados, las diferentes organizaciones y/o agrupaciones presentes, lograron generar un documento que responde a qué se entiende por Teatro del Oprimido; a si hay necesidad de formación y cuales son los obstáculos que tienen los facilitadores de esta técnica.
Para culminar el encuentro, se trabajaron diversas técnicas del TO entre los participantes, como ser teatro invisible, teatro imagen; y se los trasladó al espacio callejero a modo de cierre del evento.
