Centenar de Policías frente a vecinos de Alto Comedero
En el barrio Alto Comedero ubicado en la ciudad de San Salvador de Jujuy efectivos policiales se hicieron presentes esta tarde donde vecinos protegen un espacio verde y vital en el cual el Ministerio de Educación tomó la decisión arbitraria e inconsulta de colocar una escuela. Dicho espacio verde es el único del sector B5 de Alto Comedero, donde los niños y adolescentes se forman físicamente, toman clases de música, folklore, ajedrez, y donde todo el barrio realiza infinidad de actividades sociales. El gobierno ha accedido a dialogar, sin embargo el centenar de policías sigue rodeando el lugar. Por Vecinos autoconvocados, organizaciones deportivas y sociales de Alto Comedero, Jujuy
Clases de Educación Cívica en Alto Comedero
La educación y la cultura deben ser conceptos lo suficientemente amplios como para contener en su seno al desarrollo integral de la persona, mucho más allá de la mera instrucción, pues sólo de esa manera lograremos personas formadas intelectual, física, emocional y prácticamente para construir una sociedad equitativa y democrática.
Aceptado esto debemos coincidir también en que la negación adrede de alguna de estas fascetas de la cultura a algún sector de la sociedad supone reproducir y multiplicar las las ya dolorosas diferencias de nuestra sociedad y, por supuesto, este sector resultan ser cotidianamente los pobres, los marginados. Si para más esta arbitrariedad se produce rechazando cualquier forma de diálogo, mediación o contacto, en la práctica se está educando a esos pobres en la conciencia de que la democracia es un privilegio de los poderosos.
Desde principios de setiembre un obtuso Ministerio de Educación tomó la decisión arbitraria e inconsulta de colocar una escuela en el único espacio verde del sector B5 de Alto Comedero, donde los niños y adolescentes se forman físicamente, toman clases de música, folklore, ajedrez, y donde todo el barrio realiza infinidad de actividades intelectuales, físicas, sociales… en fin, reconstruye los maltrechos cimientos de un importante sector de la sociedad que ha sido vapuleado por una economía y una política que los quiere condenar a la marginación, bastando ver el barrio para comprobarlo.
Los vecinos entonces se organizaron, y en un despliegue de resistencia ciudadana realizaron una asamblea y luego una consulta popular expresando su negativa a que un beneficio social como la escuela se de a costa de otros beneficios como un espacio verde y vital, negativa a que una forma de educación signifique la anulación de otras formas de educación, más aún cuando a pocas cuadras existen amplios espacios verdes, algunos que inundan al barrio con los fétidos olores del estiercol de caballo.
Creyeron que eso era suficiente expresión democrática, pero no sirvió, y tuvieron que soportar la represión policial sobre la montura de esos mismos caballos, e incluso algunos miembros de una biblioteca popular observaron esta irracionalidad e incultura detrás de los barrotes de una cárcel.
Sin cejar, los vecinos recurrieron a las distintas instancias, denunciaron esta discriminación social y aún se presentaron en la secretaría de protección a la comunidad, supuestamente un recurso gubernamental para la mediación, pero sólo pudieron enterarse por terceros que «la decisión ya está tomada». Lo que quiere decir que una decisión apresurada, irreflexiva, sin la menor consideración urbanística o democrática en un barrio ya hastiado de ello no digna revertirse, en otras palabras «ya que todo el barrio está mal hecho, sigamos amontonando errores».
Tamaña obcecación del Ministerio de Educación también enseña algo más, demuestra a nuestros niños, jóvenes y adultos del barrio que existen ciudadanos de segunda no considerados aptos para el diálogo democrático, para el desarrollo integral, para el goce de todos sus derechos, en fin, enseña que todo eso que aprendieron en la escuela es una pantalla abstracta para cubrir una realidad donde sólo gana el más fuerte y poderoso.
Hoy, luego de un mes sin respuestas, nuevamente estamos resistiendo la presencia de un centenar de policías, y acaso el menos cínico de nosotros piense que al Ministerio de Educación le falta tomar clases de educación cívica. Mientras tanto la resistencia sigue.
Vecinos autoconvocados, organizaciones deportivas y sociales de Alto Comedero