02/08/2009

Honduras: crónica de la represión

99724_violenta_represion.jpgUna brutal represión sufrió el pueblo hondureño el 30 de julio cuando acudió a las calles atendiendo al llamado del Frente Nacional de Resistencia contra el Golpe de Estado. Aquí se presenta una sistematización de los hechos acontecidos en esta trágica jornada de resistencia. Por Roberto Canizales


Roberto Canizales, militante del Frente Nacional de Resistencia contra el Golpe de Estado

Como parte de las manifestaciones contra el golpe de estado en Honduras, el Frente Nacional de Resistencia Contra el Golpe de Estado convocó el día de hoy para las 8 de la mañana a una toma pacífica de carretera, en la salida norte de Tegucigalpa hacia San Pedro Sula. A la hora prevista partieron de la gasolinera DIPSA hacia El Durazno. A las 10:30 entre 100 y 200 policías antimotines a los que en el transcurso de la mañana se les fueron sumando más pelotones intentaron amedrentar a los manifestantes. Al no lograrlo continuaron avanzando con bombas lacrimógenas. La gente intentaba resistir pacíficamente, sin moverse del bloqueo. Pero los policías empezaron a avanzar con balas de goma y más bombas lacrimógenas que incluso eran lanzadas desde un helicóptero que sobrevolaba la zona. Muchos manifestantes empezaron a caer ahogados por el gas lacrimógeno.

Los manifestantes empezaron a ser perseguidos por la policía a lo largo de 10 kilómetros hacia dentro de la ciudad de Tegucigalpa, hasta el mercado del mayoreo, uno de los mercados con más afluencia de visitantes en la capital. Ahí los policías dispararon balas de fuego, balas de goma y gran cantidad de gases lacrimógenos contra la multitud, reportándose decenas de personas en el piso asfixiadas por los gases lacrimógenos. Se reporta al menos una persona herida de bala en la cabeza, un profesor Roger Abraham Vallejo del Colegio de Profesionales de Educación Media (COPEMH) que se debate entre la vida y la muerte. Y se reporta un muerto en la ciudad de Comayagua, que al igual que en la capital de la república reportó a eso de las 2 de la tarde una violenta represión contra el pueblo comayagüense.

Reportes de manifestantes al aire por las transmisiones radiales reportan tiros de fuego vivo contra los manifestantes y contra gente que va pasando en la zona de la represión, se reportan también balas de goma, el uso indiscriminado de gases lacrimógenos, así como el uso de tanquetas y otros vehículos policiacos.

En otros sectores denuncia sabotajes con cortes eléctricos para que la gente no se dé cuenta de lo que está sucediendo en el país.

En el departamento de Colón y Santa Bárbara se han denunciado desde el día de ayer excesos en la fuerza policía y encarcelamiento de líderes sociales.

El departamento de El Paraíso fronterizo con Nicaragua y bastión de la resistencia en estos momentos se ha convertido en una inmensa cárcel dado al Estado de Sitio decretado por el gobierno de facto dictatorial, la represión, los asesinatos selectivos, las detenciones ilegales y la crisis humanitaria que hoy vive, denota la brutalidad con la cual este gobierno golpista se mantiene en el poder usando como lanza la institución castrense hoy repudiada por los hondureños ante esta barbarie que estamos viviendo.

Honduras: La Herida Imperdonable

Estoy intentando convertir en algo positivo esta profunda indignación que me causa el horror perpetrado el día de hoy jueves 30 de Julio por los militares y policías de Honduras a lo largo y ancho del país, especialmente en Tegucigalpa.

Roger Abraham Vallejo, un maestro que formaba parte de la toma de carreta del Norte de la capital en la zona del Durazno, recibió una herida de bala que atravesó su cráneo y está siendo intervenido en el Hospital Escuela. Cientos de heridos y detenidos, hombres, mujeres, menores de edad, civiles y periodistas.

Desde otros rincones del país van apareciendo mujeres violadas y se manejan números indeterminados de personas desaparecidas durante los últimos días; así mismo, se denuncian agresiones similares en otras tomas organizadas el día de hoy en Comayagua, Ocotepeque y San Pedro Sula.

Daniel Molina, vocero oficial de la Policía, declara que la disposición que les orienta es que «toda manifestación en vía pública será desalojada» a la vez que hace un llamado a la dirigencia del Frente de Resistencia para que sea «prudente y responsable» como haciendo eco a las palabras desconcertantes de Clinton, haciendo hincapié en que procederán de igual forma contra cualquier otra toma de carretera que se pretenda organizar.

Entonces me pregunto cómo superar esta última arremetida de las fuerzas de seguridad que comienzan a penas a mostrar su garra y colmillo, con la clara intención de paralizar a la resistencia que se manifiesta, para cortar de cuajo el camino iniciado más de un mes atrás para reivindicar un verdadero Estado de Derecho y no de la «Derecha».

Y es que estas noticias no pueden menos que sacudir nuestra humanidad que a claras luces se ha visto ultrajada aún, o quizás sobre todo, en aquellas personas que siguen insistiendo que «las personas manifestantes se lo han buscado.»

Y me pregunto, ¿cómo perdonar estas palabras cómplices entre todas las voces?

Y aunque puedo escapar al impulso de arder con toda la fuerza de esta ira condensada en el aire, lo que me sucede es que me quedo fría, desconcertada. Me resisto a la idea de tratar de entender la situación y los sentimientos de quienes han herido al pueblo o quienes avalan estas heridas.

Y me vuelvo a preguntar, ¿es posible olvidar estas heridas, dejar de sentir indignación o incluso me cuestiono si sería un error perdonarles?

Más de cincuenta años después de la segunda guerra mundial, algunos de los internados en campos de concentración de las junglas asiáticas aún hoy traman venganza y recuerdan los efectos duraderos de las torturas que sufrieron.

Aquí, hoy, el resentimiento ya se ha asentado en la población hondureña y sus miradas hacia las distintas instancias que deberían velar por la libertad, la justicia y la protección son de desconfianza cuando menos, de repudio en sus extremos. Ni siquiera instancias «humanitarias» como la Cruz Roja Hondureña escapan a esta nueva visión.

Y es que el dolor que siente el pueblo desarmado en las calles nace de reconocer que la herida es imperdonable pues ha sido hecha a personas a quienes se ama.

¿Cómo podrán perdonar los familiares del maestro Roger A. Vallejo la agresión que él ha sufrido la tarde de hoy de manos de un miembro de la Policía Preventiva? ¿Cómo perdonará la dirigencia magisterial este brutal atentado a uno de sus miembros? ¿Cómo recuperar el respeto y la confianza al cuerpo policial?

Por favor, ayúdenme a encontrar respuestas que me hagan recuperar aunque sea un poquito de esperanza.

30 de julio de 2009

Roberto Canizales, estudiante de Historia de la UNAH y militante del Frente Nacional de Resistencia contra el Golpe de Estado

Fuente: El Militante



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