La primera vez: un ramo de flores clavado en la espalda
Con adaptación y dirección de Alejandro Genes Radawski, se repone La primera vez, una obra escrita por Michal Walczak, joven dramaturgo polaco, donde el humor se abre paso en una comedia atravesada por el absurdo. La repetición de lo que debiera ocurrir en lugar de lo que está pasando nos instala como testigos de lo imposible. Las actuaciones hilarantes de Luján Bournot y Damián Albariño, junto a la potente voz de María Espina, generan un mecanismo de risa y pérdida con el que nos identificamos. Por Andrés Manrique para ANRed.
El ensayo del ensayo del ensayo de la vida que se vuelve más y más compleja en busca de “lo perfecto” que nunca va a llegar. Porque “lo perfecto” se sostiene a costa de todo y nos tiende la gran trampa: empieza a repartir el sentido de una manera tan extraña que lo aleja cada vez más. Encima, en el terreno imaginario junto con la obsesión, juega sus mejores cartas.
Mi primera vez podría estar ocurriendo dentro de una cabeza y los espectadores podríamos ser grupos de neuronas llevadas y traídas por las fuerzas de la obsesión y del amor romántico. No sabemos si es el de Marcos, el de Gloria (los personajes) o el nuestro; sólo entendemos que el ramo de flores duele clavado en la espalda; las flores allí además señalan que las cosas no están donde debieran. Lo que en principio parece un capricho va cobrando significación: de una alacena sale el canto, juegos de colores ruedan por el suelo desde un electrodoméstico; la mesa es una silla que es una grada que es un lugar para el amor y para la cama. Lo siniestro muestra su costado lúdico y vital cuando los colores inesperados se vuelcan en escena. La mención recurrente de Marcos empapado por la lluvia y la ciudad mal iluminada señalan un afuera entre las fisuras de una cuarta pared, a través de la cual los espectadores pasamos a formar parte de ese mecanismo defectuoso entre Gloria y Marcos. Detrás de las paredes sabemos que están los vecinos -mediante un bello recurso que no vamos a revelar- entregados a sus vidas diarias. La gracia de nuestros personajes se halla, en cambio, en que son renuentes a entregarse. Hay una pregunta que surge desde el comienzo, ¿cómo actuar que se está actuando sin caer en el cliché, en la exageración burda? Ese es su primer desafío y, tanto el actor como la actriz, saben sortearlo con cambios en tonos, en actitudes y físicamente. Con algunos procedimientos de la comedia del arte, actúan lo que desearían vivir sin llegar a vivir lo que desean, y eso es al mismo tiempo cómico y desesperante. Por más que guionen cada paso, la vida no descansa; esto lo sabe el inconsciente y opera preciso ni bien bajamos la guardia. Lo inesperado se cuela inevitablemente en el guión: del otro lado de las cosas ocurre lo importante; lo que se muestra no es lo que está pasando; lo que ellos se dicen termina siendo el telón cerrado de lo que sienten.
Cuando comienza la obra, Gloria lagrimea mirando Corazón Valiente, la película del redentor escocés, en un pequeño televisor. Nosotros no vemos las imágenes pero la reconocemos por la música; algunos datos nos permiten suponer que la escena es aquella en la cual el soldado inglés degüella a la novia de Wallace. De aquí en más, el amor romántico se cristaliza y Marcos sólo puede inventarse historias para mantenerlo congelado y vivo, detenido en el tiempo.
La primera vez no es todo lo importante que se dice ni mucho menos gozosa, en general es lo contrario: una experiencia fallida e incómoda y las que le siguen casi siempre son mejores.
El último encuentro en el bar nos deja a los espectadores del otro lado de la barra. No sabemos por qué ellos parecieran estar del lado del barman, sirviéndonos su historia, pero nos permite pensar que, en definitiva, se están mirando en nosotros: el espejo que presencia en silencio la imposibilidad del amor.
Ficha técnico artística:
Dramaturgia: Michal Walczak
Adaptación: Alejandro Genes Radawsk
Traducción: Elzbieta Bortkiewicz
Actúan: Damián Albariño, Luján Bournot, María Espina
Escenografía: Alejandro Genes Radawski, Florencia M. Tutusaus
Iluminación Ricardo Sica
Diseño de vestuario: Martina Cazaux Fotografía: Natalia Soubielle
Diseño gráfico: Julieta Duran
Asistencia de dirección: Melany Biurrun Dirección: Alejandro Genes Radawski
Web: https://www.facebook.com/laprimeravezteatro