Rappi paga multas, pero no reincorpora a los despedidos
La empresa de delivery Rappi pagó una multa dispuesta por la justicia porteña, pero se negó a desbloquear a 3 trabajadores despedidos. Los operarios cesanteados forman parte de la comisión directiva de la Asociación de Personal de Plataformas (APP). Por ANRed.
Los directivos de la empresa de delivery Rappi decidieron abonar una multa de 58 mil pesos impuesta por la Justicia Laboral Porteña por haber despedido sin causa a 3 repartidores. Sin embargo, continúan sin reincorporar a los trabajadores cesanteados. Se trata, a las claras, de una conducta anti sindical, ya que forman parte de la comisión directiva de la Asociación de Personal de Plataformas (APP).
El 19 de marzo pasado, la justicia porteña falló en favor de los trabajadores: «cese, en forma urgente, con la conducta antisindical desplegada y proceda inmediatamente a desbloquear el acceso a su aplicación informática y móvil (Soy Rappi), mediante las respectivas identidades digitales de los actores, a fin de que continúen prestando servicios.»
Cabe destacar que el modelo de trabajo de las apps se ajusta a la flexibilización del trabajo, tan cuestionada como promovida por el Gobierno de Cambiemos a través de la exigencia de una reforma laboral. En Rappi, las y los trabajadores no tienen derechos laborales ni de organización sindical, cómo tampoco cuentan con obra social ni jubilación. Por supuesto, ni siquiera gozan de indemnización ante un despido.
En declaraciones a los medios, el abogado de la Asociación de Personal de Plataformas (APP), José Tribuzio, expresó: «la empresa planteó que no va a cumplir porque es ajeno a su modelo de negocios e hizo el depósito de las multas. Prefiere pagar la sanción hasta que salga la sentencia definitiva». «Cumplir va contra su modelo de negocios, prefiere pagar, ni siquiera lo embargamos».
A cuatro meses de que la Justicia Laboral porteña fallara en favor de los trabajadores, los directivos de Rappi continúan incumpliendo el fallo. Mientras tanto, las y los trabajadores de las apps mantienen sus denuncias ante la precariedad extrema a la que son sometidos a diario; a la vez que se organizan por el reconocimiento de sus derechos laborales básicos.