17/07/2019

El Gobierno reflota una estrategia de la dictadura: el Servicio Cívico Voluntario

Hoy se conoció oficialmente la noticia de la creación del “Servicio Cívico Voluntario en Valores”, a cargo nada menos que de la Gendarmería y dirigido a la capacitación voluntaria de jóvenes de 16 a 20 años. Según la resolución, está destinado a «brindar capacitación en valores democráticos y republicanos». Una medida similar fue puesta en marcha durante la última dictadura cívico-eclesiástico-militar. Por Mucho Palo Noticias.


En el día de ayer, mediante la Resolución del Ministerio de Seguridad número 598/2019, el Gobierno Nacional confirmó la creación del Servicio Cívico Voluntario en Valores. En su artículo 1ro, la misma expresa: “Créase el SERVICIO CÍVICO VOLUNTARIO EN VALORES como ámbito de cohesión e integración social, dirigido a jóvenes de DIECISÉIS (16) a VEINTE (20) años de edad que se inscriban voluntariamente”.

Según el Artículo 2do de la misma Resolución, la institución tendrá como objetivo “brindar capacitación en valores democráticos y republicanos, fomento del compromiso personal y para con la comunidad, hábitos responsables, estímulo a la finalización del ciclo educativo obligatorio y la promoción del desarrollo de habilidades para el trabajo, culturales, de oficios y deportes”.

El dato que generó más alarma, además de la medida en sí misma, fue que el desarrollo de estas actividades de capacitación e integración en los valores que el Gobierno propone como “normales” y que implican el contacto con jóvenes de entre 16 y 20 años, estarán a cargo nada menos que de la Gendarmería Nacional.

Las reacciones en las redes sociales no se hicieron esperar, tanto a favor como en contra. Entre quienes se expresaron a favor, se encuentran los acérrimos defensores de la política represiva del Gobierno y su Doctrina Chocobar que otorga impunidad a las fuerzas en casos de fusilamientos, muchos de los cuales exigían además el retorno del Servicio Militar Obligatorio, vinculándolo con esta medida que fue, en este sentido, bien recibida y tomada como un paso en esa dirección.

Por otra parte, quienes se manifestaron en contra lo hacen desde posicionamientos que ponen de manifiesto su repudio al accionar sistemático de las fuerzas represivas en general y de Gendarmería Nacional en particular, recalcando especialmente los casos de asesinato y posterior encubrimiento en que la fuerza se vio envuelta, como los de Santiago Maldonado y Rafael Nahuel. Se cuestiona además la mencionada Doctrina Chocobar, caballo de batalla de la gestión macrista que habilita a las fuerzas a disparar contra ciudadanos contando con la impunidad necesaria y el apoyo irrestricto por parte del Poder Ejecutivo y la presión a la justicia que ello implica, lo cual se ve reflejado en situaciones como la reciente Masacre de Monte. En definitiva, se pone en cuestión que quienes aplican dichas políticas de muerte sean quienes vayan a capacitar y formar en valores, paradójicamente, a la misma franja poblacional que más se encuentra en peligro frente a su accionar represivo y letal.

Dentro de las manifestaciones en contra se posicionaron las organizaciones sociales y de Derechos Humanos que repudiaron la medida, y además de lo mencionado ponen de relieve las preocupantes estadísticas respecto a los fusilamientos en manos de las fuerzas represivas del Estado (unx joven muere en sus manos cada 21 horas), recalcando además los niveles de pobreza alarmantes a los que están expuestxs lxs niñxs y adolescentes. Desde este sector se cuestiona además las políticas de desfinanciamiento de áreas sensibles como salud y educación, en contraste con la apuesta a fortalecer a las fuerzas represivas.

Reciclaje

La medida anunciada hoy es una variante de una medida similar puesta en marcha durante los años de la última dictadura cívico-eclesiástico-militar.

En 1979 la imagen de la Gendarmería, que en ese momento aún dependía del Ejército, se encontraba devaluada. Como parte de un plan para mejorar su imagen y legitimar su accionar, se nombró como jefe al genocida Antonio Domingo Bussi, que venía de sembrar el terror como interventor en la Provincia de Tucumán.

En este contexto, y en el marco a su vez de la campaña propagandística que desarrolló en el país el gobierno militar, se puso en marcha el llamado “Plan de Acción Cívica de Gendarmería Nacional”, que tenía como objetivo una especie de integración de la fuerza represiva en la vida civil, mediante tareas como la reparación de edificios públicos como hospitales y escuelas, la donación de alimentos y materiales de construcción, y distinto tipo de presencia en la ciudadanía que buscaba mejorar la imagen que tenía la institución en la sociedad.

En el marco de dicho plan, se llegó a crear una “Gendarmería Infantil”, que era un espacio similar de capacitación, separado de la educación escolar, con la diferencia de que era para niños y sólo para varones, y que tenía como objetivo inculcar y promover en los infantes valores vinculados a lo militar y lo nacional.

Cabe destacar que dicho espacio, con modificaciones, siguió existiendo hasta el año 2012, cuando fue cerrado por decisión el Gobierno Nacional, no sin protestas por parte de las familias allegadas a la vida militar y a la Gendarmería en particular, fervientes defensores de sus valores.

Hoy tal vez no exista la necesidad de mejorar la imagen de la Gendarmería Nacional, ya que tal vez se encuentre pasando por uno de sus mejores momentos, al menos para un amplio sector de la opinión pública, pero el Gobierno con esta medida intenta capitalizar esa buena imagen con la que cuentan sus fuerzas represivas, lograda con la ayuda invaluable de los medios hegemónicos, para realzarla y fortalecerla.


Foto de portada: Pepe Mateos



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