28/06/2019

A pedido del FMI, Macri suspendería la «ley de jubilaciones de amas de casa»

Uno de los objetivos del FMI es el sistema previsional. El primer paso lo dio el Gobierno junto con la mayoría de los legisladores de la oposición en diciembre del 2017 cuando reformaron algunos artículos claves de la Ley previsional, afectando a miles de jubilados. Ahora pondría fin a la moratoria para quienes no cuentan con 30 años de aportes. Por Mario Hernadez


El 23 de julio de este año se termina el plazo de 3 años para entrar a la moratoria para quienes no cuentan con 30 años de aportes, como había sido incorporado en la mal llamada ley de «Reparación Histórica» de 2016. La moratoria es conocida como «ley de jubilaciones de amas de casa» porque si bien la medida es válida para ambos sexos, las mujeres son quienes se han visto más favorecidas por la medida.

En segundo lugar, la ley de Reparación Histórica eliminó las moratorias previsionales para quienes no reúnen los años de aporte para jubilarse y las sustituyó por una Pensión Universal para el Adulto Mayor (PUAM), cuyo objetivo es rebajar los ingresos un 20 % respecto de la jubilación mínima que se hubiese alcanzado con moratoria. Además, dicha pensión no es acumulable con otras prestaciones. Y para las mujeres tiene un impacto adicional: la edad de otorgamiento de la Pensión se eleva 5 años, de 60 a 65 respecto a la de la moratoria.

La decisión política que toma Cambiemos a pocos meses de finalizar su gestión, para alcanzar el «déficit cero» exigido por el FMI, apunta brutalmente sobre la clase trabajadora y las mujeres en particular.

“Si el gobierno resuelve no prorrogar la moratoria previsional que vence el próximo 23 de julio, podría impedir la jubilación de hasta 100.000 mujeres por año, de acuerdo con cálculos privados”, señala Randy Stagnaro en una nota publicada en Tiempo Argentino.

Esas mujeres deberían pasar a recibir la Pensión Universal del Adulto Mayor (PUAM), una prestación que equivale al 80% de la jubilación mínima.

Las mujeres que podrían ser afectadas por la caducidad de la moratoria son aquéllas que trabajaron y no completaron los aportes necesarios para jubilarse. También las amas de casa que no hicieron aportes en la medida en que el trabajo en el hogar no es considerado como tal y no es remunerado. Con todo, circulan fuertes rumores de que se mantendría la moratoria hasta fin de año, pero se necesita una Ley del Congreso.

Por otro lado, un informe del Centro de Economía a Política Argentina (CEPA) de marzo pasado indicó que el 80% de las personas que se jubilaron vía moratoria eran mujeres. Sobre un universo de 130.000 jubilaciones anuales por moratoria, unas 100.000 serían de mujeres.

Según la abogada Andrea Falcone, apenas el 7 % logra hacerlo a los 60 años porque tiene los 30 años de aportes cumplidos. El resto no alcanza esa cantidad de años o directamente no los tiene. Y sin moratoria no tendría posibilidades de jubilarse.

Con todo, las moratorias no son la solución al problema de las jubilaciones, especialmente en lo que hace a su valor, que será de $ 11.534 desde junio. A ese haber se le descuenta un monto, el necesario para pagar por los aportes adeudados. La canasta de los jubilados que calcula la Defensoría de la Tercera Edad cotizaba en abril en 30.524 pesos.

Conviene recordar que en la actualidad coexisten tres moratorias. Una de la década del 90, destinada a los autónomos; otra de 2006, que es permanente; y la de 2014, que establecía su vencimiento a los dos años, en septiembre de 2016, y que fue prorrogada con la sanción de la Ley de Reparación Histórica por tres años solo para las mujeres.

Para Falcone, si no se prorroga la moratoria «será un golpe para las mujeres y los trabajadores no registrados. Hay que pensar que la moratoria es una compensación que se hace a los trabajadores por la negligencia del Estado que no combate el empleo no registrado, en la actualidad casi en el 40 % de la población. Por eso hay que desarticular que se trata de una dádiva. Hay moratorias desde 1967».

Crece la PUAM

La Pensión Universal del Adulto Mayor (PUAM) es la solución que el gobierno ofrece a todas las personas que quieran jubilarse pero no tienen los años de aporte necesarios. Equivale al 80% de la jubilación mínima. La PUAM es mayormente aplicada a varones desde que caducó la moratoria para ellos, en septiembre de 2016. En diciembre de 2018, ya sumaban 10.000 los beneficiarios de la PUAM, mientras caía a 12.500 el número de personas que se jubilaba vía moratoria.

A las personas que no cumplen los requisitos para jubilarse sólo les quedará como opción la PUAM.

Para la abogada Andrea Falcone, la PUAM se ubica en una categoría inferior respecto de una jubilación. «Si muere el titular, no genera una pensión para el familiar directo», observó. Además, indicó que la aplicación de la PUAM implica el desconocimiento de los aportes parciales que hubiera hecho la persona que se jubila. «No refleja el esfuerzo contributivo que hizo la persona», indicó.

Cien mil mujeres no podrían jubilarse si el gobierno no prorroga la moratoria

Julia Lorenzo en La Izquierda Diario señala que: “La Ley nacional de Moratoria fue un proyecto que se sancionó en 1995 pero recién la implementó el presidente Néstor Kirchner en 2006. La decisión fue una respuesta de emergencia ante su rotunda negativa de incluir en la agenda el reconocimiento del 82 % móvil. Y yendo un poco más profundo, el kirchnerismo tampoco eliminó la informalidad laboral que se tradujo en una brutal precarización, sobre todo para las mujeres”.

Es por eso que esta moratoria cubrió el acceso a una jubilación, pero dejó sin solución el verdadero origen de la falta de aportes: un trabajo registrado.

Entre los años 2003 y 2016 se jubilaron por la moratoria previsional a la ley 24.746 un total de 1.796.439 mujeres.

Si se observan los datos duros vemos que las trabajadoras en Argentina perciben en promedio un 25,2 % menos que los varones. La informalidad también las tiene como protagonistas con un 37 % de empleo no registrado.

Otro ejemplo contundente de las razones por las cuales miles de mujeres a la edad de jubilarse no pueden hacerlo por falta de aportes realizados, es que el 94,7% del trabajo en casas particulares es hecho por mujeres, en la mayoría de los casos nadie realiza los aportes jubilatorios que obliga la ley.

Pero queda el factor más importante que muchas veces obliga a las mujeres a aceptar trabajos precarios, sin aportes o con jornadas reducidas y es la “obligación” de hacerse cargo del trabajo en los hogares: limpiar, cocinar, cuidar de los hijos o de los adultos mayores y una lista que sin dudas podría continuar si observáramos un día en la vida de una mujer. Esta es la razón que hace que las mujeres destinen en promedio 6 horas diarias a estas tareas domésticas.

Desde el minuto cero, y tomando un discurso que parte de un sentido común exacerbado, el gobierno de Cambiemos intentó instalar que “es injusto que la gente que contribuye reciba lo mismo que la gente que no contribuye”.

Este argumento sobre la supuesta injusticia no solo es canalla sino que parte de una premisa equivocada. En nuestro país cerca del 40 % de los trabajadores y las trabajadoras tienen trabajo no registrado, de modo que no aportar al sistema de previsión social no es una decisión que pueda tomar el trabajador sino una condición impuesta por la patronal.

Pero este engranaje entre Estado y patronales es uno de los mecanismos que le garantizan al sistema capitalista su funcionamiento. El incremento de trabajos precarios y no registrados seguramente irá aumentando a medida que avance el ajuste que exige el FMI.

Es decir, las mujeres realizan el doble del trabajo no remunerado. Tareas que al no ser reconocidas implican un “ahorro” para el Estado capitalista y los empresarios.

Ochenta y seis por ciento de mujeres que accedieron a la moratoria no son solamente un número, son miles de mujeres que dentro o fuera de sus casas trabajaron sin opción ni posibilidad de exigir un sueldo en blanco. Eliminarla sin siquiera tener una alternativa para garantizar una solución es vulnerar una vez más un derecho humano básico.

Fuentes: La Izquierda Diario, Resumen Latinoamericano, Tiempo Argentino



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