22/04/2009

Arrufat: balance de la primera producción sin patrones

A pocos días de finalizadas las pascuas, los trabajadores de la fábrica de chocalates contaron sus impresiones a cerca de esta nueva etapa. Por corresponsal para ANRed.


Los trabajadores de la fábrica de productos de chocolate Arrufat se encuentran ocupando las instalaciones de la empresa desde los primeros días de este año, cuando su ex dueña decidió bajar las persianas y dejarlos sin el pago de sueldos, aguinaldo ni vacaciones. Con la aproximación de las pascuas los compañeros resolvieron terminar con la falta de respuestas a sus reclamos y empezaron a producir ellos mismos huevos de pascuas, productos característicos para esta fecha. No sin dificultades debido a la falta de energía eléctrica (suspendida por falta de pago), la totalidad de la producción se realizó de forma manual.

Después de cenar, seis trabajadores de esta empresa nos abrieron la puerta de la planta y nos invitaron a charlar alrededor de la mesa sobre lo que había sido la primera producción bajo la dirección de ellos mismos. En sus rostros cansados pero alegres, y el trato amable, dejaban ver por anticipado el efecto de la labor de esta gente que decidió no dejar que los trabajadores paguen el costo de esta crisis.

En la reunión de sobremesa uno a uno fueron describiendo los detalles de la fabricación destacando que la producción total de chocolate fue de más de dos mil kilos con lo que se produjeron aproximadamente 20 mil huevos de pascuas y que, felizmente, la totalidad de los huevos producidos fueron vendidos.

El sábado 18, pasada las 16.00 se vendió el último huevo, pero todo el domingo fue gente a la fábrica desde todas partes para comprar huevos, disfrutarlos con sus familias y ayudar a los trabajadores. Uno de ellos comentó: «Venían de todos lados porque habían visto por los medios, se llevaron desde los más baratos a los más caros». Otro trabajador agregó entusiasmado: «El sábado a la tarde cuando solamente quedaban dos huevos de los más caros, vino una señora desde Escobar porque lo había visto por televisión; se llevó uno que costaba $ 220. Aunque no pensaba gastar esa plata, lo hizo para ayudarnos a nosotros».

La producción tuvo una variedad que partió desde 9 grs para el huevo más pequeño, hasta los 4,5 kg el más grande, con valores desde los $1,5 hasta los $450.

Según contaron, estos valores, sin la ganancia del patrón, fueron los más baratos del mercado porque por ejemplo «Coto un huevo de 90 gramos lo vendía a 12 pesos y nosotros, uno de 100grs, lo vendíamos a 10 pesos, y eso que el chocolate nuestro es de mucha mejor calidad».

Después de diez meses sin producir, recuperaron los costos invertidos y además cada uno de los/as 28 trabajadores/as se llevaron unos pesos a sus casas para aliviar la magra economía familiar después de un tiempo largo sin generar ingresos. Para afrontar los costos de la producción recibieron un préstamo de parte de una entidad que ayuda a este tipo de emprendimiento, a una tasa anual del 1,5 % de interés; deuda que ya fue saldada en su totalidad.

Todo esto ha superado sus propias expectativas y ahora empezaron a producir chocolate para taza, chocolate en barra distinta variedad de peso y también unos deliciosos bombones.

Aunque el esfuerzo fue enorme por la falta de energía eléctrica, destacaron que todo es diferente porque lo producido es para la cooperativa «llegamos a trabajar 72 horas corridas moldeando a mano para alcanzar esta producción pero ahora estamos mucho más unidos, somos más compañeros y trabajamos todos/as a la par».

Por último agradecieron a los vecinos, organizaciones sociales y a los distintos medios que se acercaron a la fábrica y le brindaron sus solidaridad como así también a todos/as aquellos/as que compraron los huevos de pascua Arrufat, algunos/as de ellos/as, venidos/as desde muy lejos.

Luego de que aseguraron que: «aunque ya no trabajaremos bajo patrón, nunca dejaremos de ser trabajadores», anunciaron que, en retribución al apoyo recibido, realizarán un festival en el mes de mayo (fecha a confirmar) frente a la fábrica al que invitan especialmente a todos/as los que entienden que la lucha es la única forma de resistir.



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