30/04/2005

Del 1º de Mayo a la Patagonia trágica

fotoptragicap.jpg Principales hechos de los primeros 50 años del movimiento obrero argentino. (Foto: trabajadores detenidos durante la Patagnia trágica)


Situación obrera a fines del siglo XIX

Para sobrevivir se debía trabajar un promedio de 14 a 18 horas diarias, en condiciones deplorables y con menor paga las mujeres y los niños, lo que solo alcanzaba para un poco de pan y un cuarto en un conventillo.

Ante las condiciones de superexplotación los obreros comienzan con sus demandas para revertirlas. Los dueños del poder desarrollan la represión abierta.

1ª huelga

El 2 de septiembre de 1878 se escandalizó toda Buenos Aires ante la huelga de los tipógrafos -la primera en el país. Más de mil operarios aprobaron la medida de fuerza. La firme convicción de los huelguistas dio por resultado el reconocimiento de sus demandas de limitación del trabajo infantil, aumento de salarios y reducción de la jornada a 10 horas. Fue la gran victoria Argentina, aunque la patronal sentenció que: «el socialismo usa las huelgas como instrumento de perturbación, pero el socialismo es una necedad en América».

Durante los años siguientes se organizaron los diferentes oficios en sociedades, al principio pequeñas. Debido a la gran caída del poder adquisitivo, entre los años 1888 y 1890 se produjeron 36 huelgas que llegaron a movilizar hasta 10 mil trabajadores.

1er acto del 1º de Mayo en 1890

Entre los emigrados alemanes en la Argentina se forjó la tarea -de acuerdo a la resolución de la Segunda Internacional, coordinación de los movimientos obreros a nivel mundial- de celebrar el 1º de mayo con homenajes a los mártires de Chicago, por la jornada laboral de 8 horas y la solidaridad internacional del proletariado.

Discursos pronunciados en castellano, italiano francés y alemán, fueron escuchados por más de 3 mil personas, a pesar de la amenaza patronal de expulsar a los obreros que faltasen a sus tareas. La diversidad de lenguas no fue obstáculo para que en esa jornada se uniera políticamente la clase obrera.

Rápidamente se formará la primera central sindical, la Federación de Trabajadores de la Republica Argentina, que luego de tres años dejaría sus actividades debido a la cada vez más creciente desocupación por la crisis económica del territorio, disidencias internas y represión.

Huelga de 1902

Para el segundo año del nuevo siglo se plantearon diversos conflictos en Buenos Aires, Bahía Blanca, Rosario y Zárate, donde fueron detenidos varios huelguistas, suceso que motivó la solidaridad de los frentes obreros, como los peones de Barracas y el Mercado Central de frutos de Avellaneda, que amenazaba con frenar la exportación, ante la actitud intimidatoria del gobierno. La FOA (Federación Obrera Argentina) anunció el paro general. El poder respondió con la declaración del Estado de Sitio y la primera ley represiva gubernamental: la de Residencia -que autorizaba a expulsar del país a cualquier extranjero acusado de perturbar el orden público. Los obreros más combativos resultaron deportados inmediatamente. Para los representantes del capitalismo local ya no quedarán dudas sobre la fuerza que manejan los obreros organizados.

Huelga de 1904

Para 1904 el asesinato de un obrero panadero, de Rosario, a manos de la policía, generó un masivo acto en el entierro, que fue reprimido dejando muertos y heridos. Se declaró entonces un paro general de 48 horas, que alcanzó nivel nacional.

Huelga de Inquilinos 1907

La histórica huelga de inquilinos movilizó a los organizados gremialmente y los de trabajo domiciliario contra los abusos en el precio de los alquileres. Para finalizar el año, en Ingeniero White fue atacada una asamblea de huelguistas, con el saldo de 6 muertos y 24 heridos. El paro no se hizo esperar y el país se detuvo por dos días.

Huelga de 1909: La Semana Roja

Un año antes del centenario de la Revolución de Mayo la violencia alcanzó su punto más alto al ser atacada por las tropas del orden una manifestación de la FORA -en plaza Lorea- matando e hiriendo a varios participantes. La ciudad reaccionó con la huelga general de una semana, llena de incidentes y enfrentamientos. La denominada Semana Roja finalizó cuando el gobierno cedió a los reclamos de liberar los presos, permitir la reapertura de los locales sindicales y abolir del código de penalidades.

1910, un año de grandes movimientos huelguísticos a pesar de la dura represión de 1909

Ya no quedaban dudas, la represión debía ser sistematizada y efectiva, para lo cual el gobierno volvió a instaurar el Estado de Sitio ante la inminente movilización en el centenario de la revolución de mayo, que exigiría la derogación de la Ley de Residencia, y que estaba siendo organizado por las centrales obreras (CORA y FORA). Entonces se clausuraron los locales sindicales, se detuvieron a los periodistas de la prensa anarquista, y se dictó la nueva ley de «Defensa Social», que controlaba el ingreso de inmigrantes, prohibía toda propaganda anarquista, como también las reuniones políticas, llevando el castigo hasta la pena de muerte por provocar desorden publico, sabotaje, incitación a la huelga o insulto a las autoridades nacionales.

Huelga en solidaridad con los Talleres Vasena en 1919

A principios de 1919, los metalúrgicos de los Talleres Vasena emprendieron una huelga que fue reprimida. Un policía resultó muerto y los huelguistas fueron ametrallados. La solidaridad proletaria se plasmó en un paro general de actividades y en una masiva concurrencia al cortejo fúnebre. A su paso asaltaron armerías, incendiaron tranvías abandonados y vagones de trenes que intentaron frenar su paso. En el cementerio y los talleres las fuerzas del orden dejaron nuevamente varios muertos. Por miedo a una revolución social el gobierno dispuso el acuartelamiento de las fuerzas policiales, de esta manera las calles parecían quedar bajo el control obrero, pero la represión se estaba reorganizando. Reaparecieron las patrullas junto con la Liga Patriótica Argentina, organización parapolicial formada por los principales empresarios. Y en medio de combates desesperados, la calma oficial se reinstauró.

Represión en la Patagonia (1920-1921)

En el sur le llega la hora a los «bandoleros», peones rurales que en 1920 se nucleaban en la Sociedad Obrera de Río Gallegos. Debido a la crisis del mercado de la lana, los estancieros querían ahorrar la mano de obra y no cumplir los convenios con los trabajadores. Ante el reclamo de éstos, los patrones los desalojaron de las estancias y de los hoteles con la complicidad del ejército y la policía atacando estancias, requisando caballos y provisiones, lo que motivó que desde Buenos Aires se enviaran tropas de «pacificación» que realizaron persecuciones y fusilamientos colectivos.

Fusilamientos de 1931

El gobierno dictatorial de Uriburu mantuvo el Estado de Sitio y la Ley Marcial, que será la base oficial para fusilar en 1931 a tres obreros anarquistas, Di Giovanni, Scarfo y Penina, además de la constante deportación de extranjeros y el confinamiento de los «rebeldes» a las cárceles del sur.

1936: Huelga General de los obreros de la construcción

Quizá uno de los reclamos más significativos de la década, con un alto grado de combatividad, dirigido por comunistas y gran apoyo de la clase proletaria. Otro hecho inusual fue la intervención del Estado para negociar.

El sindicato buscaba nuclear a todos los trabajadores de la rama y organizó una huelga de albañiles y peones, que en los primeros días logró una adhesión del 95 %. Los empleadores solo respondieron con promesas, pero los huelguistas se organizaron para impedir el acceso al trabajo y atacar a la policía que se acercaba.

La creación del comité de defensa y solidaridad con la huelga convocó a un mitin popular en una plaza pública donde se resolvió un paro general del transporte, a la vez que se quemaron varios colectivos y tranvías. Los trabajadores tomaron las calles y la policía los enfrentó dejando varios obreros muertos. A las 24 hs. el Poder Ejecutivo decidió intervenir. Luego de 96 días la huelga llegó a su fin en base a un acuerdo de aumento de salarios, jornadas de ocho horas, y el reconocimiento de la Federación Obrera Nacional de la Construcción.

Si la historia la escriben los que ganan…

Hay hechos que por su relevancia se tienden a minimizar. Tal seria el caso Mañasco que referencia el poder de la unión de los explotados en un logro inusual para nuestro territorio. El foguista Eusebio Mañasco, militante de la FOM, logró organizar en San Ignacio (Misiones) el Sindicato de Obreros Yerbateros que realizó su primera huelga victoriosa. El activista recorrió las diferentes poblaciones organizando nuevos sindicatos y fue reconocido como líder obrero, hecho que despertó la ira de los patrones, que conjuntamente con la policía lograron acusarlo por la muerte de un vecino. Los trabajadores realizaron una intensa campaña de protesta el 1º de mayo de 1927. Ante la unánime y enérgica movilización obrera, el presidente Alvear le concedió el indulto.

La liga patriótica y la triple A

Durante los gobiernos de Yrigoyen y el 3er gobierno de Perón, que fueron expresión de aspiraciones de sectores populares, se produjeron auges de lucha del movimiento obrero. Estos gobernantes, como ha quedado comprobado por diversos trabajos históricos, fomentaron la conformación de grupos parapoliciales para reprimir a los mismos que los apoyaban. López Rega, ministro de Perón, y Karles, interventor de Yrigoyen, fueron los jefes y responsables de miles de muertes obreras. Las exigencias superaban ampliamente lo que el sistema capitalista podía dar y trágicamente los gobernantes, considerados como los más democráticos y populares, fueron los que inventaron estas macabras máquinas de la muerte.



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